El maestro Dussel y su legado

El maestro Dussel y su legado

Es poco frecuente leer a autores que reflexionan a partir de experiencias que son comunes, que comparten “mundos de sentido” (diría María Lugones) y que profundizan en temas que nos preocupan.

15/11/2023

Enrique Dussel en una conferencia sobre Ley de Pueblos Originarios y Comunidades Indígenas del Distrito Federal . / Foto:
Secretaría de Cultura de la Ciudad de México

El lunes 6 de noviembre por la mañana despertamos con la triste noticia de que el filósofo Enrique Dussel había fallecido a los 88 años de edad en la Ciudad de México, donde vivía tras exiliarse de Argentina durante la dictadura militar. Dussel, entre tantas cosas, fue uno de los iniciadores de la teología de la liberación e impulsor de la perspectiva descolonial. En su extensa trayectoria académica mantuvo un firme compromiso con las luchas de liberación de los pueblos oprimidos.

En un contexto donde la palabra y el pensamiento continúan monopolizados por hombres cis blancos europeos y estadounidenses, leer a Dussel es una experiencia a la que estamos pocos acostumbradas. Es poco frecuente leer a autores que reflexionan a partir de experiencias que son comunes, que comparten “mundos de sentido” (diría María Lugones) y que profundizan en temas que nos preocupan. Esto es algo importante para quienes hemos vivimos el robo de la historia, de la memoria, del tiempo, de los significados. Es una posibilidad de reparación, de entender la realidad y nombrarla desde otra perspectiva.

La obra de Dussel nos ayuda a comprender el mundo en el que vivimos, en especial en estos momentos tan crueles donde asistimos el intento de exterminio al pueblo palestino por parte de Israel. Su amplia producción teórica explica con gran lucidez la profundidad de la trama colonial y sus efectos en la actualidad para los pueblos colonizados. También apunta a la complicidad del pensamiento eurocentrado en la reproducción de este paradigma y refuta con detalle las premisas del pensamiento moderno colonial.

En su largo recorrido teórico, advierte que la conquista y colonización de lo que se llamó América produjeron un cambio en el patrón de poder mundial y dieron inicio a una nueva etapa histórica: la modernidad. Frente a la idea dominante de que esta etapa de la historia se trata de un despertar del pensamiento racional luego del adormecimiento de la edad media, Dussel explica que tiene una cara oculta, irracional, que es constitutivamente violenta. Es por ello que los procesos modernizadores han requerido, y continúan requiriendo, del ejercicio de la violencia inaudita e irracional, pero justificada por la salida del “atraso” de los pueblos sometidos.

Dussel señala que cultura europea se autodefine como una civilización superior a otras culturas, más desarrollada. Lo cual le obliga, como exigencia moral, a desarrollar a los más primitivos, a los bárbaros

En su crítica al “mito de la modernidad”, Dussel señala que cultura europea se autodefine como una civilización superior a otras culturas, más desarrollada. Lo cual le obliga, como exigencia moral, a desarrollar a los más primitivos, a los bárbaros. El camino para el desarrollo será el ya recorrido por Europa, es unlineal. Pero cuando los bárbaros se oponen o se resisten al proceso de dominación, la praxis moderna puede ejercer la violencia para destruir los obstáculos que se presenten. Si bien esto produce vícctimas, para el colonizador, el bárbaro es quien tiene la culpa por oponerse al sacrificio salvador, por no haber aceptado salir de la barbarie de manera voluntaria, racional. Así, la modernidad no solo se presenta como “inocente” de la violencia ejercida sino también como “salvadora”. La salida de la barbarie produce sufrimiento y sacrificios pero es por el propio bien de los pueblos atrasados, inmaduros, salvajes.

Si analizamos los ataques que enfrenta el pueblo palestino desde la perspectiva que propone Dussel, podemos advertir que reproducen la praxis moderna colonial. En los relatos dominantes, es el pueblo palestino el responsable de la violencia ejercida en su territorio por oponerse y por resistir al proyecto de dominación liderado por Israel bajo la complicidad de las democracias occidentales. Son quienes resisten, los responsables de su propio exterminio. Y quienes colonizan, que se autodefinen como humanistas y garantes de la paz, los inocentes porque se defienden de la barbarie.

El legado de Dussel nos brinda perspectivas para encontrar respuestas a este tenebroso presente, pero sobre todo nos invita a transformarlo, a pasar a la acción, a iniciar procesos descolonizadores y desvelar la violencia intrínseca de la praxis moderna colonial frente a los relatos que la normalizan. El maestro se fue y nos sentimos un poco más solas. Pero nos queda su obra, quienes aprendimos de él lo recordaremos por su rigurosidad, su generosidad y, sobre todo, por esa capacidad que tienen solo algunas personas: saber transmitir las ganas aprender.

 

Este texto fue publicado inicialmente en catalán por La Directa.
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