El patrón del silencio

El patrón del silencio

El arranque del #MeToo supuso una revolución en Hollywood. Las denuncias arrastraron también a fotógrafos y diseñadores del mundo de la moda, pero de forma más tímida. La dinámica, salvando algunas iniciativas en redes sociales, sigue siendo el hermetismo y las denuncias anónimas.

31/01/2024

Adaptación de la portada del monográfico de Moda.

“Quiero añadir mi voz a la del resto para que Alexander Wang quede expuesto como el monstruo que es. Una vez después de un show, hizo el mismo truco de la ‘molly water’ [expresión coloquial en inglés para llamar al agua con MDMA] conmigo. Entonces no lo sabía pero soy bipolar y la ‘molly water’ me llevó a un episodio maníaco seguido de psicosis”.

Este relato anónimo es uno de los publicados por la cuenta de Instagram Shit Model Management [Mierda de gestión de modelos] narrando los supuestos abusos sexuales perpetrados por el diseñador de moda estadounidense Alexander Wang. La publicación del 19 de diciembre de 2020, que recopila varias declaraciones, acumula 1530 comentarios entre personas que se solidarizan con los testimonios, voces defensoras del diseñador y algunos otros contando historias similares. Bucear entre los comentarios supone ir enlazando un relato con otro, completando una fotografía espeluznante del sector. “Riccardo Tisci es el siguiente. Subraya mis palabras. Las chicas de las que ha abusado están cerrando sus bocas por el poder de Burberry’s”, escribe una usuaria.

El movimiento #MeToo [Yo también] que dio lugar a cientos de testimonios, sobre todo de mujeres, de abusos y violaciones en Hollywood se desencadenó en 2017. El primero en ser acusado por distintas mujeres fue el productor de cine Harvey Weinstein, que había cometido abusos durante los últimos 30 años. También fue la primera cabeza en caer y hoy es el ejemplo de que las repercusiones pueden alcanzar hasta a los más poderosos.

Weinstein fue destituido de la productora The Weinstein Company, de la que era fundador y director. A él le siguieron otros nombres y las denuncias se fueron extendiendo, salpicando también al mundo de la moda. El primer caso sonado fue el de Terry Richardson, fotógrafo de Ives Saint Laurent, entre otras marcas. La cantidad de denuncias llevó al grupo Condé Nast, que edita revistas como Vanity Fair o Vogue, a prescindir de sus servicios.
Entre 2017 y 2018 le siguieron los casos de los también fotógrafos Bruce Weber o Mario Testino. The New York Times hablaba entonces de los testimonios de hasta 15 modelos masculinos que acusaban a Weber, por ejemplo, de sesiones de fotos con desnudos innecesarios y tocamientos más allá de lo profesional. El calificativo a Testino era de “depredador sexual”. Los denunciantes coincidían en que estas prácticas eran algo sabido en el mundo de la moda.

Las acusaciones contra Alexander Wang comenzaron en redes sociales a finales de 2020. El modelo Owen Mooney publicó en su cuenta de TikTok un vídeo contando el abuso que había sufrido en 2017. No mencionó el nombre del diseñador, pero lo reconoció después. La cuenta de Instagram Dieta Prada republicó el vídeo junto a otros testimonios. Los relatos repiten una misma estrategia: aprovechando ambientes de fiesta, el diseñador drogaba a sus víctimas sin que estas lo supieran.

Wang, que comenzó negándolo todo, terminó por admitir en redes sociales que estaba arrepentido. Reconocía así las acusaciones vertidas contra él, pero solo en parte, ya que decía que no coincidía en muchos detalles. Aun así, decía que quería dar ejemplo, disculparse y enmendar su conducta. Aparte de que se llamara al boicot de su marca desde las redes sociales, de momento no ha habido más consecuencias. Hay, al menos, 11 víctimas.

Del #MeToo anónimo a los juzgados

Para ilustrar hasta qué punto permanece el patrón del silencio en los abusos sexuales en el sector sirve el caso de Cameron Russell. Instagram fue, de nuevo, la red social que sirvió para exponer un problema que, según explicó la top model en su cuenta en 2017, no es aislado y afecta a toda la industria: “No estamos hablando de uno, cinco o incluso 20 hombres. Estamos hablando de una cultura de la explotación y debe parar. SI QUIERES COMPARTIR TU HISTORIA DE FORMA ANÓNIMA, ENVÍAME UN MENSAJE DIRECTO y publicaré tus palabras”.

El texto acompañaba un mensaje de una amiga suya que contaba la agresión que sufrió a los 15 años durante una sesión de fotos. El hecho de que Russell llamara a denunciar de forma anónima da una idea de lo difícil que es alzar la voz. Muchas temen no volver a ser contratadas.

En aquella publicación Russell invitaba a contar también las historias públicamente, a quien quisiera, bajo la etiqueta #myjobshouldnotincludeabuse (mi trabajo no debería incluir abuso). El hashtag se ha convertido en un almacén de recortes digitales de publicaciones y testimonios sobre abusos sexuales. Pero no solo eso, también se denuncian las condiciones a las que se somete a las modelos. La cuenta The model manifiesto (El manifiesto de las modelos) habla de Vlada Dzyuba, una modelo de 14 años “que murió en China después de ser obligada a trabajar 13 horas al día”. A esto se suma otro tipo de maltrato, como las coacciones para forzar a las modelos a perder peso de formas poco saludables, algo que también denunciaba la cuenta Shit Model Management, mencionando los nombres de agencias que “presuntamente” ejercen estas prácticas. La ristra de historias muestra a modelos muy jóvenes, adolescentes o niñas, coaccionadas o abusadas por adultos.

Era el año 1999 cuando la cadena británica de televisión BBC emitió un documental sobre los abusos sexuales en la agencia internacional de modelos Elite. Una periodista de la cadena se infiltró en la agencia haciéndose pasar por modelo. El documental mostraba al entonces director de la agencia en Europa, Gérald Marie, ofreciéndole 85.000 pesetas por acostarse con él, según informaba El País. También se le acusaba de haberse “acostado” con una modelo adolescente de 15 años. En aquel momento, la modelo Benedetta Barzini describía las agencias de modelos como “burdeles disimulados”. De nuevo, las drogas y las fiestas salieron a relucir en los testimonios. El asunto se intentó despachar rápido. Algunas modelos salieron en defensa del director. Como parte de las historias tuvieron lugar en Milán, el fiscal general de entonces decía que era una invención “para hacer daño a la ciudad”. La agencia abrió una investigación interna y cesó a Marie. Pero poco después lo readmitió y presentó varias demandas contra la BBC por difamación. El juicio se resolvió con un pacto de silencio entre ambas partes.

En septiembre de 2020 la Fiscalía de París decide abrir una investigación contra Gérald Marie, ya exdirector de la agencia. Cuatro mujeres le acusan de violación y abuso sexual en los años 90, una de ellas cuando era menor de edad. Hablamos de una de las agencias más importantes del mundo, la que hacía y deshacía en las décadas doradas de las top models, la que representaba a Claudia Schiffer, Cindy Crawford, Naomi Campbell y Linda Evangelista, la que fue su esposa y que rechazó las acusaciones en contra de Marie. En septiembre de 2021, modelos como Milla Jovovich o Carla Bruni han mostrado su apoyo públicamente a las víctimas de Marie.

Las silenciadas

Las denuncias en el Estado español existen, pero no acaparan los focos. Las víctimas no son caras famosas, el fotógrafo en cuestión no tiene el glamur de Testino. Los casos vuelven a remontarse a los años 90. El 7 de marzo de 2018 el abogado Mario Díez lanza un vídeo de denuncia en YouTube contra el fotógrafo José Juan Cabezudo, alias Kote Cabezudo, por “estafa, injurias, revelación de secretos, amenazas, abuso sexual, producción y difusión de pornografía infantil, corrupción de menores y violación”. El abogado, que en estos años no ha hablado con este medio a pesar de contactar con él en diversas ocasiones, lanzó el vídeo para denunciar la inacción de la justicia y de las fuerzas de seguridad. “Hace hoy exactamente dos años, cinco meses y un día, una presunta víctima de Kote Cabezudo acudió a comisaría de la Policía Nacional en San Sebastián. Interpuso una denuncia por delitos de pornofrafía infantil y violación entre otros muchos”, explicaba Díez, además de asegurar que con la denuncia se aportaban direcciones de pornografía infantil en internet donde podían verse los abusos e incluso una de las violaciones denunciadas. Según se expone en la web de la Asociación Justicia Poética creada por el abogado para esta defensa del caso, 17 víctimas denunciaron al fotógrafo. “Durante más de cinco años, todas las peticiones de prisión provisional caen en saco roto. Ni los cuerpos policiales, ni la Fiscalía, ni la Magistrada instructora mueven un solo dedo por retirar el ingente material pornográfico de carácter infantil autoría de Kote Cabezudo que inundaba las redes”, reza la página web.

Hombres adultos y con poder pueden silenciar a mujeres -y niñas- para evitar las represalias de haber abusado de ellas

El vídeo fue el empujón que necesitaba el caso para que los medios prestaran atención. Y, al parecer, también lo hizo la justicia. Dos meses después, Cabezudo entra finalmente en prisión preventiva sin fianza y se pone en marcha la retirada del material pornográfico de la web. En la actualidad, Cabezudo cumple una condena firme.

En el mismo mes en que Cabezudo entraba en prisión provisional, Díez daba una entrevista a Intereconomía en la que se preguntaba ¿por qué ahora sí entra en la cárcel y en todo este tiempo no? En el programa se reconocía que había hechos nuevos que se habían producido desde la última petición de prisión, pero que además había que ver por qué la magistrada había desestimado hasta diez peticiones anteriores de prisión y el magistrado sustituto la había admitido a la primera. Más allá de los intereses de unos y otros respecto a este caso -con la sospecha de políticos y otras personalidades relacionadas siempre sobrevolando en las palabras del abogado-, la respuesta que podemos dar desde aquí, no somos Intereconomía, es la de siempre: hombres adultos y con poder pueden silenciar a mujeres -y niñas- para evitar las represalias de haber abusado de ellas.

“No conozco ningún caso de abuso sexual -decía una persona cercana al sector de la moda a cuenta de este reportaje-, pero es que hay mucho hermetismo”. El silencio tiene una sombra larga. Aun así, como dijo en 2020 la abogada de una de las denunciantes de la agencia Elite: “Espero que esta investigación permita a otras tener el valor de tomar la palabra”.

 

Este reportaje fue publicado en 2021 en el monográfico de Moda, que puedes conseguir en nuestra tienda online.
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