¡Lo quiero!

Selecciono doce largometrajes, doce ventanas a vidas que me han permitido experimentar mejor el mundo y experimentarme mejor a mí misma. Algunas son desoladoras, destructivas, nihilistas. Otras son sobrias, elegantes, bellas. La mayoría son todo a la vez en todas partes: infinitamente des/esperanzadoras. Estas son las películas que nos merecemos, y que están en Filmin.

1. Pechos eternos (Kinuyo Tanaka, 1955)

Descubrí la filmografía de Kinuyo Tanaka con Girls of Dark (1961), la historia de una prostituta que intenta rehacer su vida después de haber sido encerrada en un reformatorio. Tanaka es reconocida como la segunda directora mujer de la historia de Japón, después de Tazuko Sakane, y la primera con una carrera como directora de cine en paralelo a una exitosa carrera actoral (actuó en más de doscientas películas, entre las que se encuentran obras de Kurosawa, Ozu o Mizoguchi). Pechos eternos recrea la trágica vida de la poeta de tanka Fumiko Nakajō, marcada por la enfermedad y el deseo.

2. Poesía (Lee Chang-dong, 2010)

Poesía está también protagonizada por una poeta atravesada por la enfermedad. En este caso, tiene 66 años, un nieto insoportable, y los primeros signos del alzhéimer. Yoon Jeong-hee, estrella del cine coreano de los años 60 y 70, aparece en su primer papel protagonista desde 1994, en un personaje que Lee Chang-dong escribió especialmente para ella. Las películas de Lee (Peppermint Candy, Oasis, Burning…) yuxtaponen violencia y belleza con una naturalidad conmovedora. Poesía es de los mejores ejemplos.

3. Inu-Oh (Masaaki Yuasa, 2021)

Las cintas de animación son mi absoluta debilidad. Más aún si tienen la estética bizarra, psicodélica e imaginativa de Masaaki Yuasa (Mind Game, The Tatami Galaxy, The Night is Short, Walk on Girl, Devilman Crybaby…). Como la ya clásica Belladonna of Sadness (1973), Inu-Oh hereda un pie en la tradición y otro en la modernidad: música de biwa mezclada con rock, identidad, discapacidad, el poder del arte para desestabilizar la hegemonía y preservar la memoria histórica… en definitiva, ¡una rareza queer inolvidable!

4. Ella, una joven china (Xiaolu Guo, 2009)

La escritora y cineasta chino-británica Xiaolu Guo (autora de algunos de mis libros de la diáspora asiática preferidos, como A Concise Chinese-English Dictionary for Lovers o Radical) se inspira en la película de Godard La Chinoise para contarnos el trayecto migratorio de una joven llamada Mei, atravesada por la disociación y la fragmentación, desde un pueblo de la provincia china de Sichuan hasta el Reino Unido.

5. La novelista y su película (Hong Sang-soo, 2022)

Cuando pienso en cómo creadoras como Xiaolu Guo abordan de manera similar o diferente rodar una película y escribir una novela, me acuerdo mucho de una de las obras recientes de Hong Sang-soo, el cineasta conocido por sus escenas de “realismo doméstico” llenas de tabaco, soju y conversaciones tan mundanas como hipnóticas. En ella, una reconocida novelista en crisis creativa se decide a dirigir su primera película.

6. A todos nos gusta el plátano (Rubén H. Bermúdez, 2021)

La primera película del fotógrafo Rubén H. Bermúdez (autor del fotolibro Y tú, ¿por qué eres negro?) es un retrato colectivo que refleja la cotidianidad e intimidad de un grupo de siete personas negras en España (Ebebe Miranda, Oumoukala Sow, Ken Province, Nadia y Hannah, Chumo Mata, Agnes Essonti y Sofía Perdomo). Con sus propios teléfonos móviles, se graban y se autorrepresentan, elaborando un diario de “imágenes pobres” (como las llama y defiende Hito Steyerl) que homenajea la vida en toda su amplitud y complejidad.

7. Suk Suk (Ray Yeung, 2019)

Suk Suk narra con sutileza y elegancia el encuentro entre Pak, un taxista de 70 años, casado y con hijos, que se resiste a jubilarse, y Hoi, un padre divorciado de 65. En las calles de Hong Kong, después de toda una vida ocultando su homosexualidad, se enamoran. En esta película, la ternura y la verdad se dan la mano para ofrecernos un refugio del mundo durante la eternidad de un instante.

8. Un perro ladrando a la luna (Lisa Zi Xiang, 2019)

Lisa Zi Xiang nació en Beijing, vive en Barcelona y se considera apátrida. Junto al cineasta español José Val Bal, trabajó en esta película de múltiples capas, que transcurre en distintos períodos para mostrar los devenires de una familia china cuya principal disfuncionalidad y tragedia, aparentemente, es el descubrimiento de la homosexualidad del padre. Nada es lo que parece, no obstante, y como espectadoras nos sentiremos muchas veces tan desoladas como la hija, cuyas peleas con su madre están, como dice Sara Torres, a la altura de las guerras y duelos de dos apasionadas amantes.

9. La posesión (Andrzej Zulawski, 1981)

La posesión es mi película favorita de terror psicológico. Antes de que un amante me la enseñara, recuerdo ser una adolescente obsesionada con las escenas que aparecían en Tumblr y que no conseguí contextualizar hasta varios años después. Las guerras entre madre e hija se parecen a las de dos amantes, pero quizá, eso sí, no llegan al extremo de las de Anna y Marc, la pareja protagonista de La Posesión, que son puro y horrible caos.

10. La ceniza es el blanco más puro (Jia Zhangke, 2018)

Como pareja destinada al desastre, es difícil competir con la de La posesión. Pero al cine y a la vida le sobran ejemplos, y cada una es infeliz “a su manera” (como lo fueron León Tolstói y Sofía Behrs). Una de mis favoritas es la de La ceniza es el blanco más puro, de uno de los directores más aclamados del cine independiente chino. Protagonizada, como muchas otras películas de Jia Zhangke, por la actriz Zhao Tao, transcurre en el mundo de la mafia de Datong, una antigua ciudad minera empobrecida.

11. Falso culpable (Julie Ha y Eugene Yi, 2022)

Este documental de precisión artesana es inspirador y desgarrador a partes iguales. Disecciona la violencia del racismo antiasiático en Estados Unidos a través de un caso paradigmático, el de Chol Soo Lee, un inmigrante coreano que con 20 años fue condenado injustamente a cadena perpetua. A partir de entonces, la comunidad asiático-americana exige su liberación y la organización alcanza niveles sin precedentes. Así, a finales de los años 70 y principios de los 80, se desata uno de los capítulos del movimiento panasiático-americano más trascendentes.

12. I Am Not Your Negro (Raoul Peck, 2016)

El legendario escritor y activista por los derechos de las personas afroamericanas James Baldwin murió en 1987 dejando inacabado un ensayo, que había empezado casi diez años antes, titulado Remember This House, sobre el racismo antinegro en Estados Unidos y las luchas de sus amigos asesinados, los activistas Malcolm X, Martin Luther King y Medgar Evers. Raoul Peck recoge las treinta páginas acabadas del manuscrito y crea con ellas y mucho más este documental a la par doloroso y asombroso.