El tarot frente a la represión de la espiritualidad femenina

El tarot frente a la represión de la espiritualidad femenina

Vogel y Noble investigaron el origen del patriarcado y estudiaron la religiosidad patriarcal creando la baraja Motherpeace ya en el 95. El año pasado una universidad de Reino Unido anunciaba un grado en magia y ciencias ocultas.

Texto: D. Egia

El cuatro de bastos, en la baraja de Vogel y Noble, simboliza los ritos de paso.

24/04/2024

Las artes adivinatorias han formado parte de todas las sociedades. La peculiaridad del tarot es que no viene del mundo clásico, sino del Medievo. Puede definirse como un vocabulario visual de las emociones humanas representadas en setenta y ocho naipes. Al consistir principalmente en imágenes plasmadas en cartas es, en esencia, una mezcla de arte y juego. Como producto medieval, suele decirse que el tarot carga con un gran componente pesimista en comparación con otros saberes tradicionalmente predictivos, como la astrología. Esto es así por la gran cantidad de cartas que simbolizan la visión de la vida como valle de lágrimas propia de la sociedad feudal. En su lado positivo, contiene arquetipos femeninos como la papisa y las reinas de los diferentes palos, pero aparecen ausentes figuras del disciplinamiento moderno, como la ama de casa o la madre abnegada. No existen cartas que representen mujeres dentro de la familia burguesa. Aunque mucha gente cree que sirve para leer el futuro, en la actualidad, su uso tiene más que ver con una reflexión sobre el presente o la proximidad inmediata. Como en la antigüedad, son un instrumento privilegiado de socialización para grupos excluidos del positivismo europeo.

Generar algún tipo de discurso autorizado a través del tarot puede haber sonado a broma absurda hasta hace poco, pero en octubre de 2023 supimos que la Universidad de Exeter, en Reino Unido, ofrece desde este año un grado en magia y ciencias ocultas en el curso 24/25. La directora del departamento a cargo de este grado, la profesora Emily Selove, justifica la puesta en marcha del programa ante el creciente interés por la magia, así como la imperante necesidad de descolonizar, explorar epistemologías alternativas e integrar el feminismo y el antirracismo en los temarios universitarios. El tarot es un producto europeo premoderno. Es de los pocos elementos de la tradición occidental anterior al estallido del capitalismo blanco depredador que han sobrevivido. Como tal, ha sido perseguido. Fue parte de la llamada hechicería castigada por la Inquisición durante la caza de brujas histórica. Con la Ilustración, fue relegado a estulticia, superstición y saber que no merecía un puesto de valor en la sociedad.  Sin embargo, su esencia como conocimiento divergente se articula básicamente igual desde la Edad Media hasta hoy: son cuatro palos que representan cuatro elementos (bastos/creatividad, espadas/intelecto, copas/emociones y oros/bienestar material). Se articulan en dos formas: arcanos mayores (energías ancestrales) y arcanos menores (momentos de rito de paso). Sus combinaciones e interpretaciones son infinitas.

El tarot es un producto europeo premoderno, de los pocos elementos de la tradición occidental anterior al estallido del capitalismo blanco

Los debates acerca de la construcción del conocimiento tuvieron uno de sus puntos álgidos durante la segunda ola del feminismo estadounidense, siendo quizá el ejemplo más contundente, aunque no el único, el grupo activista W.I.T.C.H, que en la Nueva York del 68 resignificaron la etiqueta de bruja, apropiándosela. Es precisamente en la década de los setenta cuando Vicky Noble y Karen Vogel comenzaron a explorar el artefacto llamado tarot. Vogel es bióloga y antropóloga; Noble, especialista en estudios de género. Ambas quisieron encontrar la raíz del patriarcado y creyeron hacerlo en la represión a partes iguales de la sexualidad y de la espiritualidad de las mujeres. Iniciaron un proceso de investigación en historia de la religiosidad matriarcal. La baraja Motherpeace es hija de esta empresa, que cristaliza, tras muchos años de trabajo, en 1995. Podemos citarlas como algunas de las primeras académicas blancas de clase media en reconocer que su subjetividad formaba parte del proceso de investigación, rompiendo la ilusión de la revolución científica europea en la objetividad de la episteme occidental, algo que comienza a ser cada vez más frecuente, y que también hizo Donna Haraway al hablar del conocimiento situado. Sin embargo, como sabemos todes, aún existen infinidad de discursos sociales que se pretenden universales e infalibles.

Muchos artistas contemporáneos han dibujado sus propias barajas del tarot. Seguramente las más famosas sean las de Salvador Dalí y Alejandro Jodorowsky. Ninguna de las dos está pensada desde el punto de vista del feminismo. Motherpeace sí fue diseñada con perspectiva de género como la más reciente Next World Tarot (una baraja sindicalista y antirracista que merecería artículo aparte) y tantas otras, donde los personajes caracterizados como varones europeos pierden peso en favor de diosas, chamanas, sabias, sacerdotisas, hijas, guerreras, amantes y, en general, arquetipos femeninos introducidos desde tradiciones no eurocéntricas. Vogel y Noble descentralizaron el tarot de la cultura occidental. La primera foto, por ejemplo, es una de mis cartas preferidas: el cuatro de bastos, símbolo de los ritos de paso, dibujado como la celebración de la menarquia en un grupo de jóvenes.

Para Vogel y Noble el tarot es una forma antigua de pasar información a través de los siglos. No toda la trasmisión del saber se ha hecho de forma escrita, lo cual es especialmente cierto cuando los emisores fueron artistas, sanadoras o paganas supervivientes. En el libro que acompaña a este juego de naipes, las autoras declaran: “Para comprender nuestra baraja, te invitamos a explorar la historia de la diosa que representamos en nuestras cartas”. Durante su proceso de creación reunieron una enorme cantidad de imaginería prehistórica y arte primitivo donde abundaban las figuras femeninas. Aprovecharon el producto cultural medieval y lo transformaron en otra cosa, restándole el pesimismo feudal y sustituyéndolo por simbolismo ancestral anterior al patriarcado europeo. Poner a las mujeres y a los pueblos originarios en el centro de los personajes del tarot marcó el proyecto, que no pretende ser antropológico, sino artístico y lúdico.

La historia de La Loca o La Tonta

Como casi todas las artes adivinatorias, el tarot cuenta una historia. Se trata del viaje de La Loca, un ser inmaduro que irá pasando por distintos estados hasta convertirse en El Mundo. En Motherpeace, La Loca o La Tonta no es una carta negativa. Precisamente es su curiosidad lo que nos sumerge en la magia. Asimismo, El Mundo no es un triunfo sobre los otros, sino una mujer experimentada, satisfecha y lista para recomenzar un nuevo ciclo. Dejando el pasado atrás, sabe que una importante faceta de su vida ha concluido. Está lista para empezar la siguiente y volver a ser La Loca.

Carta de La loca o La tonta en la baraja Motherpeace.

Vogel y Noble ofrecieron un instrumento de reflexión personal, en lugar de un conjunto de órdenes y directrices. Las autoras pusieron el foco en la expresión artística y el momento del ritual. La primera particularidad notable de Motherpeace es la forma redonda de sus cartas, lo que implica una mayor creatividad desde el acto inicial del barajar. Los naipes nunca están del todo hacia una dirección, sino que su posición en la tirada es mucho más matizable de lo que vemos en una baraja rectangular. Las autoras parecen no contemplar la figura de una tarotista profesional que “lea” para otres. En todo momento se dirigen a alguien que usará la baraja para sí misma, en momentos de tranquilidad e introversión. Advierten de que la intuición debe estar por encima del mensaje escrito. Recomiendan que las interpretaciones ayuden a desarrollar un pensamiento crítico único y personal en cada situación. Como persona altamente nerviosa que soy, en momentos de tensión he encontrado mucha quietud y calma observando el arte que Noble y Vogel imprimieron en su baraja y haciendo lo mismo que hago con otras artes: reflexionar e interpretar sobre los significados del mundo.

Para este artículo, le pedí a mi baraja Motherpeace una imagen. Salió un arcano menor cuyo significado tenía que ver con la duda, así que saqué otra carta y esta vez apareció el arquetipo femenino por excelencia: la Alta Sacerdotisa. Incluso en una baraja tradicional, La Alta Sacerdotisa o Papisa se concibe en oposición al Hierofante, Papa o Sumo Sacerdote. Ella simboliza la espiritualidad, la potencia y el misterio; mientras que él representa la estructura, el sistema de creencias y la identificación grupal.

Carta de la Suma Sacerdotisa en la baraja Motherpeace.

En esta carta, la Suma Sacerdotisa está menstruando sentada en la puerta de la sabiduría. La diosa le pide que haga de portal entre dos mundos representados en las columnas: el pasado y el porvenir. De la misma manera, el tarot, un juego y un arte del pasado, puede abrir numerosos caminos en el presente.

Utilizo dos tiradas que me enseñaron mis amigas doce años atrás. En ambas busco lo mismo que en otros productos culturales: reflexión y diversión. De hecho, la baraja está construida con elementos narrativos y pictóricos. La interpretación de las tiradas del tarot es un momento de recreo que se suma al juego de naipes que ya de por sí es el tarot. La primera consiste en siete cartas en forma de mariposa que me sirve de meditación personal. Esta la ejecuto al menos una vez al año. La otra se realiza en columnas para visualizar un conflicto entre dos personas y, por tanto, la hago cuando alguien me pregunta . Al ser una tirada más social, es la más popular en fiestas y reuniones. Así, la gente puede ver en imágenes qué le está pasando con su jefa, su madre, su vecina o su amante. Aunque los instrumentos de adivinación están sujetos a reglas, estas no están estandarizadas. Cualquiera puede crear sus propias tiradas.

Cada naipe poseen un conjunto de significados, pero nadie dice que la carta en cuestión no pueda hablarle individualmente a la consultante. Por ejemplo, el tres de espadas (un corazón atravesado por tres dagas) tiene un significado de dolor emocional intenso meridanamente claro. Sin embargo, en las sotas de todos los palos suele aparecer una persona joven en un momento ambiguo de la vida, en el que cualquiera puede dar un paso en falso con independencia de la edad que tenga. Es un ejemplo de naipes que nunca dejarán de admitir interpretaciones nuevas.  El tarot no ofrece verdades ni pretende cuestionar el pensamiento hegemónico. Brinda líneas de fuga, supuestos no idénticos, conexiones múltiples y grandes dosis de tranquilidad, ya que las tiradas necesitan concentración.

Todes quienes practicamos el tarot sabemos que estamos obteniendo un conocimiento propio. También somos conscientes de que nuestras habilidades de interpretación basadas en la intuición están consideradas por los núcleos de poder blancos y académicos como una chorrada. Nuestro saber en torno al tarot no es legítimo, no representa un conocimiento social válido. Sin embargo, nosotres sí estamos obteniendo un entendimiento privilegiado de nosotres mismes. Nuestras lecturas son una herramienta para el cultivo de la imaginación como puerta de acceso al pensamiento, a un pensamiento otro que nos ha traído hasta hoy la Loca, la Maga, la Papisa, la Emperadora y todos los personajes de los setenta y ocho naipes.

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