Menos psicólogas para las víctimas de violencia machista

Menos psicólogas para las víctimas de violencia machista

El Servicio de Mujer e Intervención Familiar de la Diputación Foral de Bizkaia ha prescindido de tres de las cuatro psicólogas del equipo. Las mismas trabajadoras han denunciado que el nuevo modelo de atención deja fuera a muchas mujeres.

Manifestación frente a la Diputación de Bizkaia, el pasado 9 de febrero. / Foto cedida

24/04/2024

Las psicólogas del Servicio de Mujer e Intervención Familiar de la Diputación Foral de Bizkaia recibieron una noticia en enero: tres de los cuatro puestos de psicólogas que formaban parte del servicio desaparecían, e iban a ser reubicadas en otro puesto, dejando así a una única psicóloga en el servicio. Las expertas han advertido de que este cambio acarreará graves consecuencias para las mujeres víctimas de violencia machista y sus hijos e hijas a cargo.

El Servicio de Mujer e Intervención Familiar fue creado en 1987 y atiende a mujeres víctimas de violencia machista y a sus hijos e hijas. Entre 2001 y 2022, formaban parte del servicio dos trabajadoras sociales y cuatro psicólogas de intervención social. Con el paso de los años, han ido equiparando la cifra de ambas profesionales.

Una trabajadora social y una psicóloga realizaban “en pareja” la valoración de las necesidades de las víctimas. “Además de conocer a las mujeres, hacíamos una entrevista motivacional, para empezar con el acompañamiento en la toma de conciencia”, cuenta una de ellas. Las cuatro han accedido a hablar con Pikara Magazine, pero prefieren no dar su nombre. A partir de ahora, la valoración se limitará a las trabajadoras sociales. Según las psicólogas, esto traerá graves consecuencias e insisten en la necesidad de una valoración y atención “integral”.

El servicio pertenece a la Dirección de Inclusión Social, dirigida por Óscar Seco dentro del Departamento de Empleo, Cohesión Social e Igualdad. “El modelo de atención cambió en 2021; no es nada nuevo”, ha explicado Seco. El modelo cuenta con un instrumento nuevo de valoración que se puso en marcha en 2022. “Ahora mismo, estamos haciendo una reorganización del servicio”, añade.

Las psicólogas destacan su preocupación por las mujeres que sufren violencia machista, más que por sus puestos de trabajo. Aunque el nuevo modelo fue publicado en 2021, los cambios vienen de antes, cuentan: “Desde que el PSE-EE llegó a este departamento en 2015, no han tenido en cuenta la formación y la experiencia técnica de las propias trabajadoras del Servicio de Mujer e Intervención Familiar”.

Sin acceso directo

Además de la reorganización de las psicólogas, las trabajadoras mismas han denunciado la falta de acceso directo al servicio. Según han explicado, antes de 2015, las víctimas tenían la posibilidad de llamar directamente al servicio y ser derivadas a servicios especializados, sin pasar por los servicios sociales de base, evitando así la “revictimización”. Ahora existen tres vías para acceder al servicio especializado de la Diputación. Por un lado, hay un acceso directo, es decir, sin necesidad de pasar la herramienta de la valoración de la desprotección, contactando directamente con el servicio especializado o con los servicios sociales de base. Las mujeres pueden acceder directamente al servicio de atención psicológica, al servicio de asesoramiento socio-jurídico, al servicio de intervención de violencia filioparental, al servicio de intervención familiar para menores víctimas y al centro de atención en crisis a víctimas de violencia sexual. La segunda y tercera vía para acceder son el procedimiento de urgencia y el procedimiento ordinario.

Las mujeres que acceden por el procedimiento ordinario deben pasar previamente por los servicios sociales de base para ser derivadas a Diputación donde se realizará la valoración de la desprotección. Este procedimiento alarga los procesos generando listas de espera de meses. Desde el punto de vista de las psicólogas, esto es inaceptable: “Las leyes de atención a víctimas dicen que la atención debe ser urgente, inmediata e integral; además, hay que evitar la revictimización, una mujer no tiene que contar mil veces su historia”, apuntan las trabajadoras.

Es más, recuerdan que los servicios sociales de base están “saturados” y que es “difícil” conseguir una cita: “Si una mujer tiene que concertar cita en los servicios sociales de base para pedir ayuda y tiene esperar tres meses, será tarde. Durante este tiempo existe la posibilidad de volver a relacionarse con el agresor y prescindir de la ayuda”, explican.

Muchas mujeres quedan fuera

El nuevo modelo de atención puesto en marcha en 2022 solo puede ser utilizado por la Diputación Foral de Bizkaia. De hecho, la herramienta no está publicada en el Boletín Oficial de Bizkaia. Para su puesta en marcha, la Diputación realizó un pilotaje hace dos años con 11 ayuntamientos de Bizkaia.

El instrumento está compuesto por 17 dimensiones y analiza diferentes ámbitos de la violencia, valorando así la desprotección social de la mujer. Según Seco, los casos de “riesgo de desprotección” son derivados a los servicios sociales de base, porque “así lo contempla la ley”. Mientras que la Diputación, según las psicólogas, atiende los casos de “desprotección grave”.

Según datos de Emakunde en 2022, el servicio de acogida inmediata de la Diputación Foral de Bizkaia atendió a 170 mujeres y a 115 hijas e hijos. Estas cifras fueron confirmadas el pasado noviembre por la diputada del área, Teresa Laespada, que compartió en las Juntas Generales datos del Observatorio de la Violencia de Género en Bizkaia. La Diputación presta “un servicio especializado en atención psicológica de intervención familiar, en supuestos de maltratos y agresiones sexuales”, en palabras de Laespada, que atendió en 2022 a 1.717 personas, la gran mayoría mujeres y niñas “víctimas de alguno de los tipos de violencia que aborda el programa”. Ante los números, las cuatro psicólogas se preguntan “¿dónde están los datos de las mujeres que no son atendidas?”.

Las psicólogas sostienen que la herramienta “es una adaptación del instrumento de valoración de la exclusión social de la Diputación Foral de Bizkaia”, que se utiliza para realizar “una criba” y que “defiende intereses políticos”. En concreto, el instrumento decide que la Diputación atenderá únicamente a las mujeres víctimas si la herramienta deduce que sufren una desprotección social grave. “En estos últimos años, la demanda ha crecido exponencialmente y el sistema no puede asumirla, por lo que han creado esta herramienta para hacer una criba y decidir qué casos se atienden en una u otra institución”, cuentan las psicólogas.

Por lo tanto, muchas mujeres quedan fuera de la atención, como quienes no presentan dificultades de vivienda, quienes no tienen problemas económicos o quienes presentan autonomía personal o tienen una red familiar o social. “La herramienta dice que no tienen desprotección grave”. Por este motivo, no tienen acceso al servicio especializado, volviendo así a los servicios sociales del municipio. Y no solo eso. La herramienta no tiene en cuenta que salir de la violencia es un proceso. “Esta herramienta mide un momento puntual y encima en el momento de mayor crisis de la mujer”, apuntan. Por lo tanto, la herramienta no mide todo el daño que les ha generado la violencia.

Una única psicóloga

“La sociedad quiere que las mujeres estemos calladas y que digamos sí a todo”, han criticado las psicólogas. Por eso, bajo su punto de vista, las han movido de sitio. Además de eso, la dirección del área ha argumentado que no son psicólogas “clínicas” y que no pueden hacer valoraciones específicas. “Efectivamente, no somos psicólogas clínicas, llevamos años trabajando en el ámbito psicosocial, haciendo valoraciones de la situación y dando respuesta a las necesidades de las mujeres”, contestan.

Seco ha explicado que quieren contar con nueve trabajadoras en el servicio. Hasta ahora, han contado con cuatro y Función Pública les ha dotado de presupuesto para otros dos puestos. Por lo tanto, han decidido mover a tres psicólogas para asignar esos puestos a otras tres trabajadoras sociales. Las psicólogas subrayan que “cualquiera que entienda la violencia machista sabe que el primer impacto que genera es sobre la persona, sus emociones y su identidad; por eso, no pueden quitar a las psicólogas de ahí”.

Las funciones de la trabajadora social y la psicóloga son “complementarias” para atender a una mujer, “la interdisciplinariedad está recogida en todos los artículos de todas las leyes”, justifican las trabajadoras. En ese sentido, las psicólogas tienen claro el porqué del cambio: “Porque hemos cuestionado el nuevo modelo y tenemos mucha más formación y experiencia técnica en esta materia”.
Las psicólogas no son las únicas que tienen esta opinión. En concreto, han enviado un escrito firmado por 150 trabajadoras sociales y psicólogas a la Diputada General de Bizkaia. En él, dejan claro su desacuerdo con la decisión de apartar a las tres profesionales: “Esto supone una gran pérdida en el ámbito profesional como en la lucha contra la violencia machista”. Además del escrito, el 9 de febrero las trabajadoras de la Diputación Foral de Bizkaia se concentraron frente al Palacio Foral en defensa de una atención intersdisciplinar.

“Postureo morado”

Conscientes de la gravedad, el mes pasado EH Bildu interpuso una moción en las Juntas Generales de Bizkaia. Bea Ilardia, juntera de EH Bildu, ha explicado que “están eliminando programas que han funcionado durante años y están desmantelando el servicio”.

En las Juntas Generales, Ilardia recordó que “la puerta de acceso a todos los recursos” siempre ha sido “directa”. Así, las mujeres encontraban “reparación”, porque eran atendidas por “profesionales especializadas en la materia que les hacían sentirse cómodas”. Sin embargo, la situación ha cambiado. “Su idea es derivar a todas las mujeres que han sufrido violencia a los servicios sociales de base”, apunta la juntera. El objetivo, opina, es reducir la demanda: “Tan solo acudirán la mitad de las mujeres; por un lado, siendo pueblos pequeños, por vergüenza, y, por otro lado, porque el recorrido se alarga”. Lejos de acortar el recorrido, Ilardia ha explicado que el Departamento realiza cribas y establece procesos burocráticos interminables. Así, reducen la demanda para poder decir que dan respuesta a toda la demanda existente. Ante esta situación, Ilardia denunció el “postureo morado” de quienes dirigen el Departamento. Y así lo han corroborado las psicólogas: “Los partidos políticos se han apoderado del discurso feminista, pero, en la práctica, es un discurso sin contenido”.

Las psicólogas lo han dejado claro: “No son conscientes de la gravedad de la situación, porque no tienen conocimiento ni información de la realidad de las mujeres que enfrentan violencias machistas”. Y piden que las personas que dirijan estos Departamentos deben tener formación en perspectiva de género y en violencias machistas.

Si crees que estás sufriendo violencia machista, puedes llamar al 016. Un servicio gratuito, en funcionamiento las 24 horas del día, y en el que serás atendida por profesionales especializadas en esta materia. Este servicio garantiza la confidencialidad de los datos de las personas usuarias y atiende en 53 idiomas. También puedes comunicarte por WhatsApp en el 600 000 016 y por correo electrónico escribiendo a: 016-online@igualdad.gob.es
Download PDF

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

Download PDF

Título

Ir a Arriba