La vida es otra cosa y esto no es una reseña

La vida es otra cosa y esto no es una reseña

La obra de teatro  ‘La vida es otra cosa’,  en la que ha participado nuestra compañera Marta Plaza,  denuncia la violencia psiquiátrica con cariño y cuidado

Las actrices de 'La vida es otra cosa' en una escena de la obra./ Ruka Teatro

12/06/2024

Esto no es una reseña. No es una reseña por muchas razones. En primer lugar, porque no me gustan mucho las reseñas. Sé que puede parecer insustancial, pero nunca he llegado a entender bien qué interés tienen. Además, hace poco, escuché en algún lado, no recuerdo dónde, que las reseñas han sustituido a las críticas, que cada vez es más difícil encontrar textos que no alaben un libro, un concierto, una obra. No. Esto no es una reseña, pero tampoco es una crítica. No podría serlo. Fui a ver La vida es otra cosa, de Ruka Teatro, porque me hacía ilusión ver la obra en la que había participado Marta Plaza. Marta Plaza es colaboradora de esta revista y es mi amiga.

No. Esto no es una reseña.

Es un espectáculo, que yo pude ver en el Teatro del Barrio, que nace, según palabras de sus creadoras, de la necesidad: “Surge porque estamos rotas, y miramos alrededor y nuestras amigas también. Surge porque no queremos ni podemos adaptarnos a un sistema que nos enferma y luego nos responsabiliza de ello, surge porque necesitamos nombrarnos, reconocernos en colectivo, tejer una red más amplia, que nos sostenga, nos empuje, nos arrope, nos acepte, nos haga posible seguir vivas”.  El elenco, formado por Teresa Alonso, Julia Eme, Seli Ka y Julia Nicolau, se expone ante el público, con una escenografía sencilla, para tratar de acercarnos a las violencias de la psiquiatría. Lo hacen con cariño y cuidado.

El espectáculo “surge porque estamos rotas, y miramos alrededor y nuestras amigas también”

A veces, nos sobrepasan las emociones. No podemos asumirlas, contenerlas. Nos desbordan. Lo podemos llamar ansiedad o bicho, lo podemos llamar como queramos, pero ahí está. Nos pasa. A todas. A algunas, a veces. A otras, más a menudo. Perdemos el control de lo que estamos sintiendo porque, amigas, la realidad es too much.

Mientras las actrices, todas vestidas de blanco, se mueven por el escenario, de fondo se escuchan testimonios de personas que, en algún momento, han sido psiquiatrizadas. Eso sí que impone, eso sí que duele. Silvia García, formadora en salud mental desde la experiencia en primera persona, destaca en su blog cómo “los cuerpos se convierten en despojos de encierro, como muchas veces lo son los cuerpos de las personas psiquiatrizadas” y señala “la invasión de los otros que te rodean”: “Esas palabras, que bien podrían ser esos ideales sociales que van cayendo encima de ti, aplastándote con un ruido ensordecedor dentro de ti que te empujan cada vez más al precipicio”.

Sarah Babiker, en El Salto, habla de “la imaginería cultural entorno a la locura —los hits musicales, los histriónicos movimientos faciales, los gritos angustiantes, el empanamiento resultado de la medicación—” que están presentes en la obra y destaca el potencial de “las voces de quienes atraviesan esto, su mirada sobre una sistema capitalista que exige demasiado de los cuerpos y es impiadoso con las mentes, la propia supervivencia en la cultura del demasiado, o la pérdida de control como fracaso”.

Lo que enferma

Una escenografía sencilla para una obra que impone./ Ruka Teatro

Una escenografía sencilla para una obra que impone./ Ruka Teatro

En la obra se apuntan algunos de los elementos sociales y culturales que nos enferman. A algunas más, a algunas menos, a algunas más habitualmente, a otras de manera más esporádica. La falta de redes de apoyo, el capitalismo, la LGTBIQAfobia, el amor romántico, la presión, los centros comerciales y sus dinámicas terroristas. Imposible no acordarse del No hay rock’n’roll de Alicia Ramos mientras las actrices suben y bajan unas delirantes escaleras mecánicas: “No sé qué pasa con las personas normales ni qué se les ha perdido en los centros comerciales”.

La vida es otra cosa merece la pena. Han trabajado en diferentes fases para tejer una red “con diferentes colectivos activistas” con el objetivo de que el proyecto “se expanda y repercuta en la sociedad yendo más allá de su propia naturaleza como pieza teatral”. A través de talleres de movimiento, escritura y artes plástica trazaron el “camino hacia lo escénico”, nutriéndose del material volcado en estos encuentros. Al acabar la función, como es habitual en el Teatro del Barrio, hubo un pequeño coloquio entre el público, las actrices y Marta Plaza, que ha participado en la elaboración de la obra.

Marta Plaza hizo una arenga a favor del acompañamiento mutuo, a la comunidad, a imaginar otras formas de acompañar el sufrimiento público.

Y Plaza puso los puntos sobre las íes, puso el cuerpo a las metáforas, la verdad. Yo, para qué os voy a mentir, he aprendido prácticamente todo lo que sé sobre violencias psiquiátricas con ella. He aprendido a entenderlas y, ahí, ante el público, Plaza hizo una arenga a favor del acompañamiento mutuo, a la comunidad, a imaginar otras formas de acompañar el sufrimiento público, a la red.

Ante el sufrimiento psíquico, estamos nosotras. O nos dotamos de herramientas –y aprovechamos las que ya existen– o estamos condenadas a la violencia institucional que ata a la cama a las personas que sufren. Decía Plaza que, en su casa, el sistema le ha sumado dolor al que ya sentía: “Ahora el dolor inicial me parece pequeño con el que cargo ahora”. Quizá no podamos evitar el dolor, pero podemos tratar de acompañarlo en red, en común. Lo explicaba así en el artículoCrear en común un mundo habitable para todas”: “En ese mundo ya en construcción los cuidados no se confundirán con control y seguridad, sino que irán asociados al acompañamiento: un acompañamiento de nuestros procesos y de nuestras dificultades, donde la toma conjunta de decisiones volverá a acercarnos a un mayor bienestar y conexión con nuestras necesidades y deseos”.

Mientras, busca dónde ver La vida es otra cosa, que algo consuela.

Download PDF

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

Download PDF

Título

Ir a Arriba