Leire Martínez, la currela condenada a ser la eterna otra

Leire Martínez, la currela condenada a ser la eterna otra

La artista lleva 17 años currando en La Oreja de Van Gogh, sosteniendo comentarios de mierda, dejándose la piel y, ahora, así, los que se supone que son sus compañeros la despiden con una frialdad nauseabunda.

Imagen: J. Marcos

Leire Martínez, en un concierto en Navalmoral de la Mata en 2009.

16/10/2024

Han sido unos rastreros. Me da lo mismo las explicaciones que puedan dar después o la película que puedan montarse para justificar sus actos. Lo que Pablo Benegas, Álvaro Fuentes, Xabi San Martín y Haritz Garde, integrantes de La Oreja de Van Gogh, han hecho con Leire Martínez es una guarrada.

[Leire, tía, lo siento. No me puedo ni imaginar lo que has tenido que vivir estos años y me arrepiento de todas las veces que he dicho esa tontería que hemos dicho alguna vez casi todes: “Ojalá que vuelva Amaia”. Lo siento porque entre todas hemos contribuido a colocarte en un lugar de mierda, que ninguna trabajadora se merece. Vale ya de arrastrar sombras y acarrear con viejas estrellas trasnochadas] [Amaia, tía, no vuelvas. Mándalos al carajo. Así no se hacen las cosas. No, no, no. Lo vuestro fue bonito y fue importante para muchas de nosotras, pero por algo te irías. Piénsalo. Refresca tu memoria. Niégate a contribuir al dolor de quien tomó tu relevo con tanto amor y dedicación. No seas caprichosa, Amaia].

Leire Martínez, la vocalista de la banda hasta hace un par de días, decía hace poco en una entrevista que no le afectaban los continuos rumores sobre la vuelta de Amaia Montero al grupo, que se acrecentaron notablemente tras su aparición en un concierto de Karol G. cantando Rosas: “Lo que no me gusta es que se me ningunee”, decía. Aseguraba también que sería el grupo quien lo decidiera si tenía que decidirlo (“pero no me gusta escuchar y ver determinados comentarios”) y, efectivamente, la banda ha decretado enviar un comunicado frío en el que se la calzan. Podían haber dicho, simplemente: “Que te den, Leire”. En el fondo es un poco lo mismo.

La tía lleva 17 años currando con ellos, sosteniendo comentarios de mierda, dejándose la piel y, ahora, así, los que se supone que son sus compañeros la despiden con una frialdad nauseabunda. Este tema da para muchos salseos y muchas risas, lo sé, pero es tremendo. Es tremendo por dos cosas. Por un lado, Leire Martínez ha sido la eterna otra, esa que nunca consigue su lugar de legitimidad. Se le ha tratado como se tratan a las amantes que acaban por “usurpar” el lugar de la mujer legítima. Nunca va a ser suficiente, siempre condenadas a la otredad, a la sustitución, a llegar tarde. Siempre condenadas a no tener una voz propia aunque, en este caso, Pablo Benegas, Álvaro Fuentes, Xabi San Martín y Haritz Garde, sin la voz de Leire Martínez, tendrían que haberse conformado con participar en algún homenaje trasnochado a su banda cuando Amaia Montero decidió mancharse.

Leire Martínez ha sido la eterna otra, esa que nunca consigue su lugar de legitimidad. Se le ha tratado como se tratan a las amantes que acaban por “usurpar” el lugar de la mujer legítima

Pero, además, es que Leire Martínez es una trabajadora a la que su empresa, y sus compañeros, han tratado sin ningún respeto. De cuidados, en fin, de cuidados no vamos ni a hablar. Al parecer, al menos según dicen en Telemadrid, ella ha dicho que se pronunciará cuando esté mejor y ha dejado claro que no ha firmado ningún comunicado. No la han necesitado para decirle que hasta luego, que se busque la vida, que ante ellos se ha abierto una nueva oportunidad que van a aprovechar aunque eso suponga pisarle la cabeza. Cuántas veces hemos visto dinámicas similares en algunos proyectos y empresas. La verdad es que aquí hay un melonazo que me gustaría que algún compi con más tiempo que yo pueda abrir estos días: ¿qué papel tiene Leire Martínez exactamente en La Oreja de Van Gogh?, ¿a quién pertenece la empresa que factura los bolos de la banda?, ¿es un proyecto compartido entre todos o hay un par de jefecillos que toman sus decisiones sin contar con nadie más?, ¿qué relación laboral vincula a Leire Martínez con La Oreja de Van Gogh?, ¿se le ha comunicado su despido en forma y tiempo o su vinculación laboral con la banda la va a dejar ahora desprotegida?

 

[Leire: Cuenta con nosotras. Hagamos que las caritas se les empapen pero de vergüenza]

La Oreja de Van Gogh, la banda que formaron en 1996, nos ha dado grandísimos momentos a varias generaciones. Algunos de sus temas forman parte de la banda sonora de nuestras vidas, pero estos días simplemente nos han demostrado que se trata de un proyecto de cuatro tipos que no tienen ninguna intención de cuidar a quienes han hecho posible su éxito poniendo voz a sus canciones. Leire Martínez, que no pudo despedirse de su público, lloraba cantando Rosas en el último concierto que ha dado. Ahora, esas lágrimas toman otra dimensión. Me recuerdan a las lágrimas con las que algunas amigas salen del trabajo, a esas lágrimas tímidas que anuncian algunos dolores que nadie ve desde fuera: “Una de esas lágrimas que van desde tu cara al mar. La vida viene y va y se va”.

[Nunca somos capaces de verlo en el momento, pero, Leire, vas a estar mejor. Voy a recetarte a ti también una canción que me receto a mí misma a diario. Es de Marlena con The Tyets. Si no las conoces, creo que podrán gustarte: Estaré millor demà. Suerte, Leire.]
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