“Ponemos la amistad por delante del grupo, y eso no tiene precio”
Penadas por la Ley encabezaron en los años noventa, sin planearlo, la pionera historia del punk argento hecho por mujeres. Treinta años y cinco discos después, viven en el País Vasco y siguen resistiendo en los escenarios con sus letras feministas y LGTBIQA+. Hablamos con Naty Penadas, su guitarrista, del “hazlo tú misma”, de Milei y del valor de la contracultura feminista.
Penadas por la Ley en concierto./Foto cedida
Seguimos en un camino,
que no hemos elegido,
el de la desigualdad.
Por ser mujeres nos matan,
y nos quieren silenciar.
No, no vamos a callar
No, no vamos a olvidar
Ni abandonar la lucha
No, no nos vamos a rendir
No vamos a permitir
Que esto continúe así.
“No nos vamos a callar” del álbum Malos tiempos para la libertad (2017)
El rock argentino ha consagrado a numerosas bandas en la historia de la música mundial. Actualmente, formaciones como Fin del Mundo o Dillom auguran la continuidad del sonido más electroacústico, manufacturado y extremo que puede producir una guitarra, una batería y un bajo. Pero, ¿y el punk argentino?, ¿qué sabemos de este subgénero bastardo del rock gestado entre las provincias de Jujuy y la Tierra del Fuego?
La elipsis se dibuja más o menos corta cuando buscamos a la pionera banda argentina de mujeres erigida discográficamente en este género musical explícito y en ocasiones didáctico. El contenido lírico de estas bandas se diferencia drásticamente de las letras que escribieron y escriben los hombres desde las entrañas de uno de los géneros cúlmen de la masculinidad musical.
“Conocí a Penadas por la Ley por un recopilatorio. ‘Tengo que ir a verlas’, me dije. Cuando terminaron de tocar les dije: ‘¿Cuando ensayáis?’ Y hasta hoy.”
En Bilbao, sumergida entre montes y urbanizaciones, encontramos la casa de una de nuestras protagonistas. Quedamos con Natalia Pérez, Naty, guitarrista de Penadas por la Ley, una formación de mujeres a veces, otras veces mixta, que lleva ocupando los escenarios argentinos, vascos y españoles desde principio de la década de los 90. Su evolución en el sonido y las letras dibuja la línea de tiempo perfecta para ayudar a consagrar un género musical que persiste, contra todo pronóstico, ante las nuevas tendencias sonoras.
Penadas por la Ley publicó su quinto disco, Iraultza gara, en 2021 y actualmente estáis dando conciertos por distintas ciudades y festivales de España. ¿Para cuándo el próximo disco?
No sé, quizá un año como mínimo, porque siempre lo hacemos de manera autogestionada y con sellos independientes que nos apoyan, en México, Alemania… y, si lo queremos hacer en vinilo, tarda muchísimo. Pero a mí ya se me están ocurriendo cosas. Aunque todo esto es mi manera de ver. Luego hablas con Fabi y tendrá la suya.
Si nos remontamos a vuestros inicios hace poco más de treinta años en La Plata, Argentina, ¿qué se os pasó por la cabeza para montar un grupo punk?
Fabi nunca veía mujeres en el escenario y lo echaba de menos, así que le propuso montar una banda de punk a una de sus amigas, que tocaba la guitarra, y su hermana se puso a la batería. Tenían una cantante. Surgió el nombre de Penadas por la Ley, porque Rosana, la hermana de Fabi, nunca había votado y en Argentina el voto es obligatorio. Entonces, si no votas estás penada por la ley.
Yo miraba que no había grupos como La Polla Records de mujeres. Conocí a Penadas por la Ley porque habían salido en un recopilatorio que se llama Sick Boy Records del año 1994. “Tengo que ir a verlas”, pensé y me fui a un concierto suyo muy lejos. Yo en esa época vivía en Tigre, que es una ciudad que está a unos cien kilómetros de La Plata. Cuando terminaron de tocar les dije: “Guau, me ha encantado. ¿Cuando ensayáis?”. “Mañana en La Plata”. Hice tres horas y media de viaje, cogí un montón de buses, llegué al ensayo y hasta el día de hoy. Al poco tiempo, la guitarrista dejó el grupo y Fabi me vino a buscar. En una semana estábamos dando nuestro primer concierto.
Según varias publicaciones especializadas, con vuestro disco debut Sexo Débil (varios sellos, 1997) os convertisteis en la primera banda punk de mujeres en editar un disco en Argentina.
Esto es verdad y nos enteramos después. Es un poco lo que te decía, no había mujeres tocando. Yo empecé a tocar con Penadas por la Ley y empezamos a trabajar en el disco con ganas. También dejó el grupo Rosana, así que tuvimos un chico a la batería, muy poco tiempo porque, además, queríamos seguir siendo un grupo de chicas. Nos pusimos a ensayar con Mariana a la batería, que falleció hace unos años. Grabamos el primer disco.
Entonces, como vivíamos tan lejos las unas de las otras y costaba tanto quedar, aprovechábamos a tope los días. Ahí ensayábamos, ensayábamos y aireábamos, porque imagínate. Y así compusimos las canciones que fueron luego para Sexo débil.
¿Pensasteis en hacer letras feministas y de orientación LGTBIQA+ desde el primer momento?
No, la verdad es que yo creo que hacíamos letras feministas sin tenerlo claro, sin decir “somos feministas y vamos a hacer letras feministas y temas LGTB”. Salí del armario después del primer disco, porque entonces todavía no me había enamorado de una persona de mi mismo género. Ahí sí que ya me atravesaron más esas cosas.
A nivel musical, ¿cuáles son los mejores recuerdos que tienes de esa época en la Argentina?
La verdad que fue una época muy bonita, muy solidaria. Yo no tenía guitarra cuando empecé a tocar. Mi primo me prestó la suya. Siempre alguien te prestaba un ampli. No sé, era como lo que yo había leído del punk. Tenías que irte a dos horas de bus a un sitio donde se vendían fanzines, leer ahí, ver qué pasaba y cómo lo hacían otros grupos en otros países. Grupos con los que coincidimos, como El Sepulcro o Argies, que a día de hoy seguimos en contacto y que siguen tocando. Para mí el punk era “hazlo tu misma”, coge un instrumento y di lo que piensas.
Cuando llegué acá, me chocó un poco ese choque cultural de decir: “Aquí todo el mundo mira cómo tocás, mira qué instrumento tenés, que llevás” y dejamos de tocar muchos años. Me afectó mucho. Me sentí como: “Guau, no es lo que yo pensaba”. Me imaginaba otra cosa en el País Vasco. Igual porque tenía esa idea que yo me había hecho de los grupos que escuchaba, que igual eran grupos que en los ochenta sí vivían así, pero yo llegué en el 2000 y ya eso no era aquel Euskadi.
“Nuestro sueño siempre fue venir a Bilbao, por Kortatu, La Polla Records, Parabellum o Eskorbuto”
¿Y por qué decidisteis venir a desde Argentina a Bilbao?
Por punkarras. Nuestro sueño siempre fue venir aquí por la música que escuchaba. Yo creo que, si no hubiésemos escuchado Kortatu, La Polla Records, Parabellum o Eskorbuto, pues quizás no estaríamos aquí. Esos fueron los grupos que nos hicieron conocer el País Vasco y hacernos esa idea. Mi sueño era ver un concierto en Bilbao.
Tanto Fabi como tú sois madres. En los últimos años se valora mucho el hecho de poder elegir no serlo, sin desprestigiar el hecho de quererlo. Entonces, ¿qué te aporta tu carrera musical a la maternidad?
Llevo treinta años con Penadas, pero llevo más años tocando. A mí la música me salvó la vida. A día de hoy sigue siendo mi terapia. Me gusta componer, escribir va con mi estado de ánimo. No podría dejar de hacer música, no creo que lo vaya a hacer nunca. Y como eso es parte mía y hace que yo sea feliz y esté equilibrada, creo que es lo mejor que le puedo dar a mi hije. Que tenga una madre saludable y que sepa que le gusta hacer esto y que se respeta. Porque si yo quiero que se respete el día de mañana, tengo que dar ejemplo respetándome a mí misma.
“Incluso en la dictadura, seguía habiendo cultura y contracultura. Entonces esta resistencia está en la Argentina de Milei”
Una de las primeras propuestas del presidente de Argentina, Javier Milei, cuando llegó al poder fue la de eliminar varios ministerios, entre los que se encuentra el de Cultura, que pasó a ser una secretaría dentro del Ministerio de Capital Humano [el 6 de noviembre los medios publicaron un nuevo cambio, a Presidenica, bajo el argumento de que la cultura “fomenta la identidad y el sentido de pertenencia, lo que a su vez fortalece el tejido social, y tiene un impacto significativo en el desarrollo económico, a través de industrias creativas, turismo cultural y actividades artísticas que generan empleo y contribuyen al crecimiento sostenible”]. Según el periodista Manuel Manarino para la Rolling Stone, el arte y la cultura son percibidos por el partido de Milei La Libertad Avanza como “actividades secundarias, prescindibles, hasta inútiles”.
Tenemos que poner sobre la mesa que Milei está ahí porque la gente le votó. ¿Qué personas votaron a Milei? ¿Y por qué? Porque Milei, bajo mi humilde opinión, es un sociópata. ¿Cómo tiene que esar la gente en Argentina para votar a esa persona con una motosierra?
Pero, incluso en la dictadura, seguía habiendo cultura y contracultura. Mi madre vivió la dictadura en la adolescencia, iba a conciertos prohibidos. Siempre había otras puertas que golpear, otros sitios donde se van haciendo cosas alternativas, a espaldas de, en ese caso, los militares. Entonces esta resistencia, esa contracultura está, no me cabe duda porque hay mucha gente que me está escribiendo y no sé ni cómo sentirme cuando me dicen: “Vamos a resistir”.Esas ganas de luchar me emocionan. Y por otro lado me digo que también cansa la lucha.
Hay una frase de la peli Martín Hache que me gusta mucho. Federico Luppi dice: “Argentina es una trampa. La trampa es creer que la vas a cambiar”. Y esa película tiene más de veinte años.
“No nos educan para creer que podemos estar sobre el escenario, sino que somos las que acompañamos”
En una entrevista para un sitio digital, contáis que un profesor de instituto de Barcelona os escribió para deciros que puso vuestro tema “No es NO” a su alumnado, y las propias estudiantes hicieron un Me Too en clase. Esto evidencia que chicas de 14 o 15 años también sufren violencia machista. ¿Sois conscientes de la importancia que tiene la música feminista para las jóvenes a día de hoy?
Bueno, eso nos flipó y alguna vez me han vuelto a escribir. En general, me cuesta mucho encontrar letras feministas en lo mainstream; encuentro más bien todo lo contrario. Y eso también influye, porque se normaliza el machismo. Por eso hay tantos chicos jóvenes machistas que creen que el feminismo está exagerando. Hacen falta letras explícitas. El punk, además, es muy claro en cómo entra.
En España, los feminicidios han descendido desde 2003 (cuando se empezaron a contabilizar) hasta 2023, pero el año pasado han sido asesinadas más mujeres por violencia machista que en 2022, según datos del Ministerio de Igualdad. Los datos oficiales ya revelan que en 2024 han asesinado a más de la mitad de mujeres que en 2023. Al mismo tiempo, los discursos negacionistas de la violencia de género crecen entre los jóvenes. El Periódico publicó una encuesta según la cuál un 23,1 de la juventud de entre 15 y 29 años opina que la violencia de género es un invento ideológico. Un porcentaje que casi se ha duplicado desde 2019. ¿La respuesta a estos datos es más música feminista contestataria?
Más música feminista sí, pero no solo eso. La respuesta para todo es la educación. La educación en casa, en las escuelas. Que los que crean esto realmente vean los datos, que sepan lo que es el feminismo. Hablando con una persona de Buenos Aires, me decía que Milei ganó muchos votos entre la gente joven porque creían que ya no tenían derecho a decir piropos a las chicas de la calle.
¿Qué significa para ti la amistad que os tenéis Fabi y tú?
Estoy superagradecida. Para mí Fabia es la hermana que no tengo, la hermana que me dio la vida, y hemos sabido en cada momento poner la amistad por delante del grupo y eso para mí no tiene precio. Hemos sabido parar, discutir y seguir quedando porque estábamos aquí muy solas y necesitábamos amigas que nos conozcan.
Ahora que estamos en una época más adulta, las dos amatxus, estamos en un momento muy guay de la amistad. Tenemos una conexión brutal y nos parecemos muchísimo, esencialmente. Lo que falta es apoyo, red, si cambia eso vas a ver cómo hay más mujeres tocando. Y sobre todo que se lo crean, porque tampoco nos educan para creer que podemos estar sobre el escenario, sino que somos las que acompañamos.
Habéis editado discos en países como Brasil, Japón, Francia y Portugal. Habéis girado por otros muchos países más. Si os digo que estáis escribiendo la historia del punk hecho por mujeres, ¿qué respondéis?
Bueno, puede ser que seamos una parte de esta historia. Seguramente después de tanto tiempo somos una pequeña parte porque hay muchas más mujeres haciéndolo. Pero sí, sin duda también formamos parte de esto tan bonito que es el punk hecho por mujeres.