Cómo follar bien
Estos artículos te van a hacer que tu cabeza viva un multiorgasmo.
Ilustración de nazarkru (iStock).
Como el posicionamiento web es un arma peligrosa y los algoritmos de redes sociales pasan del feminismo, hemos usado un titular de clickbait y de lo que sabemos que la gente busca en internet para invitarte a leer temas que no queremos que pasen desapercibidos.
Como este perfil del trabajo de Han Kang, publicado antes de que ganara el Premio Nobel de Literatura. ¿Qué es el ser humano y por qué anida la violencia en él?, se preguntó para escribir la novela Alas.
Sobre violencia escribe también Cristina Rivera Garza, quien en 2024 ha recibido el Premio Pulitzer por su novela El invencible verano de Liliana, que no es una obra sobre la muerte, sino sobre la vida de la joven: el dolor no lo empapa todo, ni la rabia, tan lógica ante una pérdida tan grande, a la vez que necesaria para movilizar la escritura.
“Mi gran compañía en tiempos oscuros y apocalípticos es la literatura”, dice la escritora María Fernanda Ampuero. “La migración marca mi escritura, mi vida, mi forma de ver el mundo, mi empatía con el resto. Porque la migración es la gran periferia, es el gran margen. Si tú habitas los márgenes porque eres racializada, queer, loca, disca, ser migrante acentúa el margen. La migración es la potenciadora de todas las diferencias, las expone, las explota, las hace inmensas”, comparte.
Las letras, la literatura, las narraciones y los lenguajes están cada vez más presentes en Pikara Magazine. “El castellano como instrumento de poder lo ha querido muerto, pero el kichwa pervive”, dice la escritora ecuatoriana Mónica Ojeda, que ha publicado Chamanes eléctricos en la fiesta del sol. “El peligro de caer en una palabra que ya no duele, que no permite sentir nada. Eso es lo que hay que evitar cuando una escribe sobre violencia. No hay que instrumentalizar el lenguaje, hay que darle el espacio de organismo vivo”, añade.
Para Mari Luz Esteban aprender euskara la convirtió en otra persona. “Cuando empiezas a hablar una nueva lengua, cualquier lengua, pasas vergüenza muchas veces, pero también por eso soy euskaldun, porque he pasado esa vergüenza, y por eso también escribo. Y escribo también sobre la vergüenza por ser mujer. Las nombradas mujeres, y en general los colectivos subalternos, tenemos experiencias específicas de vergüenza, una vergüenza que, en el caso de las mujeres, tiene que ver en general con aspectos concretos de la vida –‘fisiología femenina’, imagen corporal, sexualidad- que al mismo tiempo son cruciales para que se nos defina y se nos posicione de una manera subordinada en la sociedad”, explica.
Desde hace años, el fascismo, el ascenso de la ultraderecha y la reacción machista son temas transversales en Pikara Magazine. Karla Guevara y Alejandra Burgos, defensoras de derechos humanos de El Salvador, apelan a la solidaridad internacional para seguir imaginando realidades feministas en un contexto de pérdida democrática: “No nos dejen solas, queremos sembrar otro tipo de futuro”. Hay que mirar a El Salvador, a Argentina, también a Estados Unidos y hay que leer a Alicia Valdés. Y escuchar a Adriana Guzmán: “El patriarcado es un sistema de todas las opresiones, articula el colonialismo, el racismo, el capitalismo, el extractivismo, pero se construye sobre el cuerpo de las mujeres”.
Y las mujeres son las que construyen alternativas, como hacen las integrantes de Ko-energia, una plataforma que desde 2019 ha acompañado desde una perspectiva ecofeminista la formación de una veintena de comunidades energéticas frente a los grandes oligopolios y lo hacen desde la base, desde las personas a las personas, “eso es lo feminista, es lo contrario al modelo instalado”.
Ah, y no dejes de leer este artículo, porque Teresa nació presa, nació desaparecida y torturada por la dictadura argentina. Y hoy está viva. Y puede contarlo.
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