Las trobairitz, trovadoras que inspiran

Las trobairitz, trovadoras que inspiran

Entre 1180 y 1260 se conocen al menos 20 mujeres poetas. Su denominación como trobairitz aparece por primera vez en el libro 'Flamenca', novela "subida de tono" del siglo XIII que inspiró a Rosalía.

04/12/2024

Marta Bueno Saz*

Flamenca es una novela medieval del siglo XIII de autoría desconocida que estuvo prohibida por su carácter subversivo. En sus 8.100 versos se habla de las mujeres y el amor, de vivir sin culpa por sentir placer y del derecho a tener criterio propio.

Rosalía le pone música en su álbum El mal querer y lo hace con una calidad musical extraordinaria. La protagonista es una mujer atractiva, gran lectora, bondadosa, que practica sexo con libertad, que sufre maltrato por un marido celoso y que se reconstruye a sí misma. El final es una de las partes que faltan en esta novela incompleta. Se consideró una obra subida de tono y dejó huella hasta finales del siglo XIV. Tiene una vigencia absoluta, según Roca Editorial, uno de sus sellos en español, porque “supone una reivindicación feminista que trata temas tan actuales como el maltrato, los celos, el consentimiento, la violencia de género, la libertad de elección… todo ello apuntalado por un bello elogio al hedonismo y a la fuerza humana del placer”.

Antón M. Espadaler en el reportaje de WMagazín, explica: “Visibiliza ideas peligrosas: la herejía del espíritu libre e inteligente y libre de pecado”. El placer guiado por la inteligencia sin conciencia de pecado fue algo de gran alcance porque anulaba la diferencia entre hombres y mujeres, los igualaba.

En ‘Flamenca’ “la lectura se convierte en un elemento revolucionario que se rebela contra el orden preestablecido”

En 1834, Raynouard, para Jaime Covarsí, le dio el título por el que se conoce esta obra en la actualidad. Encontró el manuscrito único de la obra en la biblioteca de Carcasonne. Dice: “La novela de Flamenca se inscribe en una tradición de textos que puede remontarse desde la época clásica hasta la contemporaneidad. La protagonista lee y gracias a sus lecturas, aprende a vivir. La vida y la ficción contenida en los libros se cruzan irremediablemente. El ámbito de lo privado, en este caso, acaba modificando el ámbito de lo público; lo femenino modifica lo masculino. Y siempre hay un libro de fondo. La lectura se convierte en un elemento revolucionario que se rebela contra el orden preestablecido”.

El corpus de la poesía de las trobairitz se compone de alrededor de 50 poemas

Las trovadoras

En Flamenca aparece por primera vez el término occitano trobairitz para designar a las mujeres poetas medievales. Es el correspondiente femenino de trobador. Se conoce el nombre de 20 compositoras de los siglos XII y XIII, a las que se añaden las autoras de una serie de obras transmitidas de forma anónima. El corpus de la poesía de las trobairitz se compone de alrededor de 50 poemas; de algunos solo hay trozos. La mayoría de estas mujeres escribieron y compusieron en el período que va de 1180 a 1260. De casi todas se conserva solo un poema, o incluso en algunos casos una cobla (estrofa). Destacan dos nombres como autoras más prolíficas: Castelhoza y la condesa de Dia, a las que se atribuyen cuatro poemas respectivamente.

Aunque la poesía trovadoresca está hecha para ser cantada y, por tanto, habría tenido una melodía, solo se ha conservado la música de un poema escrito por una mujer: A chantar m’er de so qu’ieu no volria, de la condesa de Dia.

Los temas que tratan las trobairitz van desde el amor y los amantes a la religión y la política. Muchos versos de las trovadoras forman parte de la poesía de debate, o tensón, donde una interlocutora, a menudo anónima, y un interlocutor discuten, en verso, sobre un tema; es posible que en proporción, de todos los poemas suyos, estos sean los predominantes porque hay un hombre. Por esto, el único poema que se conserva de Maria de Ventadorn es una tensón con Gui d’Ussel.

Rescatando nombres del olvido

La obra de las 20 trobairitz de las que conocemos el nombre representa solo un cinco por ciento del total de la poesía trovadoresca. Una minoría clara en una cultura literaria dominada por hombres.

En esta lengua occitana se creó el arte de la trobar y se cantaba al fin’amor (el amor cortés, la alegría del amor y de la juventud). Enumeramos a algunas de las autoras, porque lo que se nombra, existe…

La identidad de la condesa de Dia, a veces llamada Beatritz de Dia, que compuso su obra a finales del XII o principios del XIII, ha sido objeto de discusión. Se sabe con certeza que compuso cuatro canciones, pero hay una quinta de atribución discutida. Ya vimos que de una de ellas, A chantar m’er, se conserva la notación musical. El tema de su poesía es el amor, visto desde una perspectiva femenina. Canta las alabanzas de su amante en Ab joi et ab joven m’apais. Expresa su enfado con él en A chantar m’er de so qu’ieu no volria. Se lamenta de su pérdida en Estat ai en greu cossirier. Desmiente chismes y calumnias, un tema frecuente en la lírica occitana medieval, en Fin joi me don’alegransa.

Castelhoza escribe en la misma época que la Ccndesa de Dia. Nació en Auvernia y se sabe que estaba casada. En su poesía habla de las penas de la mujer enamorada. Defiende su posición ante el amor en un poema y lamenta la ausencia del amante en otro, admitiendo que su marido se mostraba muy contento cuando éete andaba lejos.

Aunque las trobairitz trataron el tema de sus enamorados en las composiciones, individuales o dialogadas, se ocuparon también de cuestiones menos convencionales para la época. Por ejemplo, una poeta llamada Beatritz o Bieris de Romans se dirige a una dama Maria en unos términos que hacen pensar en una relación lésbica.

A la mayoría de las trobairitz se las conoce principalmente a través de una razón o vida de algún trovador cercano o con quien compartieron un tensón

El único poema de Gormonda de Montpelher es llamativo por su extensión: Greu m’es a durar tiene 140 versos. Está escrito entre 1228 y 1229 y en este sirventés se defiende a la Iglesia Católica. Esta postura, política y religiosa, de Gormonda no era frecuente entre los trovadores. En un tensón, Na Carenza al bel cors avinenz, las hermanas Alais e Iselda preguntan a Carenza si les recomienda casarse o quedarse vírgenes; ella les aconseja hacerse novias de Cristo.

Desde el punto de vista estilístico, las trobairitz se dirigen a sus amantes directamente más a menudo de lo que lo hacen los trovadores en los poemas sobre sus enamoradas; usan más veces un tono de frustración, añoranza y otros sentimientos intensos. Incluso narran también las preocupaciones por cuestiones muy reales de su día a día, por ejemplo, cómo queda el cuerpo después de parir. Son muy distintas de las que aparecen en la poesía de los trovadores; los hombres cantan a unas mujeres distantes, silenciosas e imposibles de alcanzar. Pero las trobairitz no solo se apropian de la voz del deseo sino que, aparte de las codificaciones poéticas, exploran con sus versos aspectos muy variados de la realidad de la vida de las mujeres de los siglos XII y XIII.

Las trobairitz son referentes

Los nombres y las producciones de las trovadoras se conocen a través de manuscritos que son también la fuente de información para conocer a los trovadores. Las “vidas e razós” (breves escritos biográficos que explican los motivos por los que se escribieron los poemas), constituyen los textos principales para investigar sobre trovadores y trobairitz. Dos de estos manuscritos son particularmente interesantes.

La existencia de una voz femenina en el arte de la trobar significa la existencia de una escritura específicamente femenina, que propone sus propias reglas y sus propios códigos

El manuscrito H, copiado en Italia en el siglo XIV que, además de numerosos textos de trobairitz agrupados bajo un mismo título, tiene ocho iluminaciones de trovadoras. El manuscrito W también llamado Manuscrit du roi tiene diferentes canciones francesas pero también occitanas. Contiene en particular la canción de la condesa de Dia, A chantar m’er de so que no volria, la obra que ha conservado la partitura.

Las biografías son muy breves. Además, a la mayoría de las trobairitz se las conoce principalmente a través de una razón o vida de algún trovador cercano o con quien compartieron un tensón. A pesar de tener pocos datos sobre ellas, las investigaciones señalan que estas autoras provenían en su mayoría de entornos privilegiados, lo que explica que tuvieran la oportunidad de componer en una época poco favorable para las mujeres.

Sobre esta posición privilegiada de las trovadoras existe cierta polémica; algunos estudios subrayan el estatus particular de las compositoras que, en una sociedad diseñada por hombres, tuvieron la oportunidad de expresarse a través de las letras y las artes. Otros matizan esta afirmación porque las occitanas tenían una serie de derechos, en particular el derecho a heredar como los hombres, y el acceso a la educación, que era el mismo que tenían ellos. Con todo, es prudente no caer en la tentación de hacer de la trobairitz el símbolo de una condición femenina occitana ejemplar en la Edad Media. Lo que es innegable es que la existencia de una voz femenina en el arte de la trobar significa la existencia de una escritura específicamente femenina, que propone sus propias reglas y sus propios códigos.

Influyeron en otras escritoras y fueron referentes. Es muy probable que muchas de sus obras se destruyeran, desaparecieran o simplemente cayeran en el olvido porque eran textos de mujeres. Nos han llegado unos 50 poemas frente a los 2.500 de los trovadores.

La producción de las trobairitz tiene un estilo más directo, menos formal que el de los trovadores, sin que sus escritos pierdan valor. Estos versos de la canción Estat ai en grèu cossirièr de la condesa de Dia, lo dejan claro:

Ben volria mon cavalièr
Tener un ser en mos bratz nut
Qu’el se’n tengra per ereubut
Sol qu’a lui fezés cosselhièr,
Car plus m’en sui abelida
No fetz Floris de Blanchaflor:
Eu l’autrei mon còr e m’amor,
Mon sen, mos uèlhs e ma vida.

[Quisiera sostener a mi caballero,
Una tarde, desnudo, en mis brazos;
Y que se considere realizado
Mientras tenga mi cuerpo como cojín
Porque estoy más enamorada de él.
De lo que fue Flora de Blancaflor.
Le entrego mi corazón y mi amor,
Mi mente, mis ojos y mi vida].

No sabemos si estas obras, a veces de carácter muy íntimo, eran cantadas en público. Lo que sí sabemos es que hubo mujeres que pensaban por sí mismas, que reivindicaban vivir sin culpa, que escribían canciones como expresión de su creatividad y que querían ser libres para decidir.

 

Referencias
Anónimo (2019). Flamenca. Trad. Anton M. Espadaler. Roca Editorial
Bec, Pierre (1995). Chants d’amour des femmes-troubadours. Trobairitz et «chansons de femme». Stock / Moyen Âge.
Bruckner, Matilda T, Laurie Shepard y Sarah White (2004). Songs of the Women Troubadours. Routledge
Manrique Sabogal, Winston (2018). ‘Flamenca’, los secretos subversivos de la novela medieval que inspiró a Rosalía ‘El mal querer’
Occitanica.eu. Les Trobairitz
Women and Medieval Song (2021). Medieval Womens Song

 

Este artículo ha sido publicado inicialmente en el blog Mujeres con ciencia.
*Marta Bueno Saz es licenciada en Física y Graduada en Pedagogía por la Universidad de Salamanca. Actualmente investiga en el ámbito de las neurociencias.
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