El silencio genealógico de la Argentina blanca: en busca de la raíz olvidada

El silencio genealógico de la Argentina blanca: en busca de la raíz olvidada

A lo largo de la historia se han sostenido innumerables corrientes discursivas para alimentar el imaginario que habla de nuestro territorio como espejo de una nación europea y “civilizada”.

Fotografía encontrada en un álbum familiar. En la imagen, una de las tatarabuelas de Antonela Ércole tapándose la cara. / Foto: cedida

29/01/2025

El siguiente es un relato sobre mi infancia que, curiosamente, comienza en mi juventud.

Tengo 18 años y estoy sentada en uno de los bancos inmensos de la sede de Marcelo T. de Alvear, que poco a poco se llena de alumnado inquieto. Frente a nosotros –con la elocuencia y fluidez que lo caracteriza–, el profesor se pasea frente a su público hablando sobre cosas tales como el racismo.

Vayan a los álbumes de fotos –nos dice– vayan y pregúntenle a sus abuelos y abuelas que seguro que de algún pariente faltan datos, que acá sangre indígena tenemos todos, pero poca gente se hace cargo.

De repente y de un plumazo sus palabras me transportan a 1999. Mis ocho años se reclinan frente a un álbum de fotos de las que poco y nada sé. Mi abuela, que va pasando las páginas, puede recitar de memoria todos los pueblos de algún rincón europeo por los que transitaron cada uno de sus antepasados paternos, pero no es capaz de decirme dónde nació su madre.

De nada sirve mi intensa curiosidad de niña. Mi infinidad de preguntas es eludida con frases que aún me acechan:
Será mestiza
Criolla, tal vez…
Vendrá… no sé … de “las provincias”…
¿De qué provincias, abuela?

A lo largo de la historia argentina se han sostenido innumerables corrientes discursivas para alimentar el imaginario sembrado por aquella generación de la década de los años 80, que habla de nuestro territorio como espejo de una nación europea, “civilizada” y –por supuesto– blanca. Tal es la fuerza que desarrolló esta matriz que, hoy, seguimos escuchando falacias tales como que la población argentina “desciende de los barcos”.

Este tipo de imaginarios forman parte de la construcción de lo que el sociólogo Anthony Smith llama “mito motor”, entendido como la configuración del complejo mito-símbolo que agrupa recuerdos, valores, mitos y emblemas que son trascendentales para la construcción de nacionalismos. Este mito fundante crea un pasado identitario, una historia común y un sentimiento nacional que, en el caso de Argentina, habla de un pueblo homogéneo, europeo y blanco, en lugar de incorporar las alteridades pre-existentes en pos de una nación plural. Aparece así la figura del Estado –en tanto Estado nación– como reductora por excelencia de la complejidad que encarnan las alteridades e identidades diversas, negándolas en su construcción y multiplicidad.

En el caso argentino, el Estado utilizó diversos dispositivos destinados, entre otras cosas, a la enseñanza de las costumbres y la validación de los cuerpos que bajo la mirada local resultaban “legítimos”. Estos dispositivos se vieron reflejados tanto en los discursos como en las manifestaciones artísticas o académicas (la literatura, la historia, el folklore, entre otras). Se puso en marcha la construcción de lo que los académicos Balibar y Wallerstein denominan “etnicidad ficticia”, ligada a la producción de una raza que tuvo lugar como proyecto de blanqueamiento de una sociedad donde tanto lo indígena como lo afro fueron desterrados. Es esta idea de la Argentina blanca la que puso en jaque a estas otras identidades, avalando procesos de exterminio, invisibilización y asimilación, sostenidos bajo el paradigma de un racismo científico que sustentaba la inferioridad de la población negra e indígena con respecto de la población blanca.

En Argentina se produjo una fuerte negación de la presencia africana, así como también de sus contribuciones

Por otra parte, comenzó a tomar forma otro mito constitutivo del ethos social, el cual aún en la actualidad reza en sus máximas que “en Argentina no hay negros”. Este mito se erigió como la piedra angular que sostuvo a la invisibilización como forma de racismo, alimentándose de varios factores. A saber, se produjo una fuerte negación de la presencia africana, así como también de sus contribuciones. La historiografía desvalorizó sus aportes relativizando su participación en la conformación del Estado. La cultura nacional negó su presencia quitándole incluso la autoría de sus aportes. Se construyeron diversos argumentos para sostener el diezmo de esta población como, por ejemplo, el reclutamiento de hombres negros para las luchas independentistas, o las epidemias de fiebre amarilla, a pesar de que la evidencia documentada lo contradecía.

¿Cómo explicar entonces la persistencia de estos mitos invisibilizadores hasta nuestros días? Como indican algunos estudios, no se trató de una desaparición del pueblo negro, sino de un fenómeno de reclasificación del mismo, borrando de las lógicas clasificatorias ciertos términos como otra parte de la estrategia invisibilizadora. Ejemplos de este tipo de clasificaciones pudieron vislumbrarse en la aparición de expresiones alternativas como las de “morocho”, “trigueño”, entre otras, que no solo dieron cuenta del mestizaje, sino que relegaron el vocablo “negra” para referirse estrictamente a aquellas personas que mostraran rasgos fenotípicamente asociados –desde el imaginario colectivo– al continente africano. Estas categorías puestas en marcha durante el siglo XIX permitían a su vez que, en los censos, la población “trigueña” fuera clasificada como blanca, debido a las categorías dicotómicas de la época.

Dejo los libros. Vuelvo al álbum de fotos. Resuena en mí la frase que dice que en Argentina lo afro y lo indígena nunca desapareció, sino que se mestizó. Pienso en mi raíz perdida. Escarbo con desesperación y solo encuentro ausencia.

El silencio genealógico es un zarpazo esquivo
una grieta estanca
y una de las tantas caras del racismo de una Argentina que cada día se levanta y se
acuesta sintiéndose celeste
y, sobre todo,
blanca.

Download PDF

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

Download PDF

Título

Ir a Arriba