Lo más duro fue el tabú
Es una experiencia dura físicamente, que te deja agotada, débil y dolorida. Pero lo peor es no poder contarlo.
Isabel
Aborté hace cuatro años. Con una pareja esporádica, un amigo, no usamos preservativo y aunque tomé la píldora del día después, esta falló y me quedé embarazada. Siempre fui consciente de que había cometido un error al no usar precauciones, y ha sido el único sentimiento de culpa que he tenido después, por las consecuencias que tuvo en nuestra relación ese momento.
En cuanto supe que estaba embarazada, llamé a una amiga que ya había pasado por un aborto voluntario, y que me indicó a qué clínica ir y cómo iba a ser el proceso. Nunca antes habíamos hablado de su aborto mas que de pasada, y agradecí mucho que ella me contara lo que había sentido y cómo iba a ser el proceso.
En esos días, pensé muchas veces que tenía suerte: suerte porque no tenía trabajo en ese momento, así que no tuve que dar explicaciones para poder ir a la clínica el día de la intervención y guardar reposo unos días después. Suerte, porque tenía algunos ahorros y pagar el aborto, unos 500 euros, no fue un esfuerzo económico y no tuve que acudir a la seguridad social, donde el proceso hubiera sido muchísimo más largo. Y suerte porque no tuve dudas de que tenía que hacerlo: para mí no era el momento de ser madre, ni la manera de serlo.
¿Abortar es un trauma? No a nivel psicológico, pero sí que es una experiencia dura físicamente, que te deja agotada, débil y dolorida. No creo que después de haber pasado por esa experiencia, nadie desee
repetirla y si lo hace, será porque sabe que las consecuencias de un embarazo no deseado traen mucho más dolor, de otro tipo, que un mes sangrando.
Lo más duro en cuanto a sentimientos, para mi, era el tabú. No poder contarle a mis amigos o a mi familia por qué el mes que tardé en recuperarme había estado tan cansada y recluida en casa. No saber si contárselo o no a mi siguiente pareja, y cómo hacerlo para que entendiera mi cuidado con los anticonceptivos, por ejemplo. Creo que hay amigas a quienes nunca les he contado nada y sin embargo siempre pienso que sería importante contar mi experiencia a otras chicas, para que si un día tienen un embarazo no deseado, tengan toda la información.