María Magdalena y algunas otras putas bíblicas
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Alicia Palmer, guionista del comic ESCLAVAS (Ed.Ponent 2014)
Este verano tras un viaje por el sur de Francia, visitando enclaves que encierran leyendas sobre los Cátaros como defensores de los descendientes de Jesús y María Magdalena (una de las hipótesis sobre el verdadero significado del Santo Grial) y lugares en los que (esta vez con evidencias históricas, aunque también adornadas de leyendas) desembarcó y vivió María Magdalena, ejerciendo apostolado del cristianismo tras su huida de Palestina, al igual que hicieron muchos de los primeros cristianos discípulos de Jesús… Se despertó en mí el interés por conocer la verdadera historia de una mujer tan especial.
En mis pesquisas he llegado a la conclusión de que para descubrir quién fue realmente María Magdalena y acercarse a la verdadera historia de Jesús de Nazaret y todo lo que rodea su vida dentro del contexto geográfico y la realidad de su época, los ‘textos apócrifos’ (los no aceptados por la Iglesia Católica) son más fiables que los cuatro Evangelios oficiales y los Hechos de los Apóstoles que han sido adaptados según los intereses de adoctrinamiento de la Iglesia.
Pero incluso en los textos canónicos se deja entrever la especial relación de complicidad de Jesús y Magdalena a quien llegan a nombrar como Apóstol de los Apóstoles. Tanto unos textos como otros, señalan a ella como la persona en la que confiaba y preparaba especialmente Jesús para continuar su misión (y no en Pedro sobre el que Cristo edificó su Iglesia, según un dogma de fe bastante posterior a su vida: “Si alguno dijere que el bienaventurado Pedro no fue constituido por Cristo Señor, cabeza visible de la Iglesia… sea anatema”, Concilio Vaticano 1869).
Inseparable compañera de Jesús, para lo bueno y para lo malo, estuvo con él durante todo el Calvario, algo que no hicieron sus fieles apóstoles varones (incluso al que se le consideraba el mejor de sus seguidores negó, hasta tres veces, conocerle por miedo a represalias… pero eso es otra historia a tratar en otro momento).
Son muchos los indicios que apuntan a que Jesús y María Magdalena, además de ser pareja podrían haber contraído matrimonio (el famoso episodio de lavado de pies del amado y el masaje con ungüento y perfume de nardos encaja dentro del contexto de un ritual de ‘pedida de mano’ para la sociedad judía de la época).
En plena fase de recopilar información sobre un personaje que lejos de ser la mujer pecadora (prostituta) arrepentida que nos quiere hacer creer la versión oficial de Iglesia Católica, se trataría más bien de una lideresa que pone las pilas a los apóstoles escondidos tras la ‘supuesta’ muerte y resurrección (esto también es otra historia que requiere un tratamiento aparte) de su Maestro. Me planteaba la posibilidad de elaborar un guion para una novela gráfica que contribuyera a rescatar de la historia una mujer notable que en este caso, ante la dificultad de invisibilizarla, a pesar del empeño puesto en ello, la Iglesia ha optado por atacar y desacreditar desde sus orígenes hasta nuestros días.
En esto estaba (documentándome) cuando me encuentro con la noticia (¡¡No me lo puedo creer!!) de la publicación del comic de Chester Brown ‘María lloró sobre los pies de Jesús’[1].
Una obra donde apoyándose en una serie de pasajes bíblicos relacionados con la prostitución, muestra mujeres que aparecen en los textos sagrados “libres y dueñas de su destino” dispuestas a ofrecer su cuerpo por dinero u otros favores.
Por supuesto, en esta exposición, María Magdalena es la máxima abanderada de la “primera actividad vocacional del mundo”; pero ni siquiera María, la madre de Jesús (y de sus hermanos y hermanas… aunque esto también es una historia a tratar en otra ocasión) está libre de sospecha, pues el autor apunta como más defendible la posibilidad de que el embarazo de María fuera consecuencia de yacer con hombres a cambio de dinero que por mediación de una paloma inseminadora. Esto último no lo discuto, pero prefiero la hipótesis, bastante extendida, que sostiene que Jesús se crío en el seno una familia convencional que subsistía gracias a la carpintería de José.
La obra en cuestión me ha parecido floja y con una argumentación demasiado artificial.
Esta vez el planteamiento de su tesis no me ha sorprendido, pues es el mismo que utilizó en su anterior obra ‘Pagando por ello (memorias en comic de un putero)’ donde reclama “su derecho como hombre” a pagar por utilizar cuerpos de mujer tras la justificación de defender el derecho de las mujeres a alquilar libremente su cuerpo.
En esa ocasión, se presentó como ‘valiente apología de la prostitución’ lo que en realidad es una cobarde apología de Explotación Sexual donde asistimos a una serie de encuentros sexuales previo pago, supuestamente autobiográficos, en los que las ‘trabajadoras sexuales’ son libres y nada hace suponer que lo hagan bajo coacción… aunque nos encontremos menores (pero si ella dice que no, será que no); mujeres que sufren (le desagrada que pongan gesto de pasarlo mal y le digan que todo va bien, la solución en este caso pasa porque cambien el gesto y se impliquen más); extranjeras que no hablan su idioma y son demasiado serviles; incluso mujeres que suplican, desesperadas, que no las rechacen frente a la madame alegando que su condición de pagador le da derecho a exigir una mercancía que se ajuste a sus expectativas. En definitiva, todo muy empático y en un contexto de total preocupación del autor por la realidad vital de la persona, cuyo cuerpo y voluntad, le pertenece durante el tiempo que cubra la tarifa[2].
Pero lo más preocupante de todo esto es que la nueva obra se presenta como “Un trabajo de investigación e interpretación que pretende arrojar luz sobre uno de los temas más conflictivos de nuestra era”. ¡JA!
[1] http://www.lacupula.com/catalogo/maria-lloro-sobre-los-pies-de-jesus
[2] http://www.elcultural.com/primeroscapitulos/pagando_por_ello.PDF