Por favor, ¿le importaría mirarme el coño?
Nota: Este artículo se enmarca en la sección de libre publicación de Pikara, cuyo objetivo, como su nombre indica, es promover la participación de las lectoras y lectores. El colectivo editor de Pikara Magazine no se hace responsable ni del contenido ni de la forma de los artículos publicados en esta sección, que no son editados. Puedes mandar el tuyo a participa@pikaramagazine.com. Rogamos claridad, concisión y buena ortografía.
Izaskun A.
Este articulo va dirigido, sobre todo, a mujeres, niñas, trans o cualquier persona con vulva. Si alguna de vosotras ha tenido alguna vez un herpes vaginal sabrá lo que es arrepentirse de haber nacido, cada vez que tenéis que miccionar.
Todo empezó con un dolor desconocido para mí. Por aquel entonces, no llegaba a dolor, era más bien molestia, qué tiempos tan felices… Tras un par de días con esta sensación, fui a la consulta de mi médico de cabecera. Un hombre. Le comenté mi inquietud. Me hizo orinar en un vaso. Me confirmó mi infección de orina y me recetó un antibiotico. ¿Me miró el coño? No. Continuamos.
Pasaron tres días y cada vez me dolía más la vulva al evacuar. Había percibido heridas en los labios menores (sí, los detalles son absolutamente necesarios), y aunque seguía todo tipo de consejos de otras mujeres que solidariamente compartían su sabiduría conmigo, aquel dolor iba a más. Así que decidí ir al medico de urgencia de mi ambulatorio. Un hombre. Le comenté mi inquietud. Me hizo orinar en un vaso. Me confirmó mi infección de orina y me recetó un antibiotico. ¿Me miró el coño? No. Continuamos.
Al día siguiente, me dolía tanto mear que lo hacia exclusivamente con la vulva sumergida en una palangana de agua caliente, al igual que las parturientas, utilizaba el agua para paliar el escozor. Así que fui de nuevo a mi ambulatorio a visitar a otro médico de cabecera. Un hombre. Solo que esta vez le dije que por favor, me mirara la vulva. Porque aquello no se correspondía con las descripciones de cistitis de mis camaradas con vagina. A la tercera va la vencida y ¡Sorpresa! ¡Esto tiene toda la pinta de ser un herpes vaginal! Vete lo antes que puedas a urgencias ginecologicas del hospital.
A día de hoy sigo un tratamiento para el herpes. Tengo la esperanza de que algún dia podré dejar de orinar en una palangana. Pero lo que realmente quiero es que este dolor que tengo sirva para algo. Si sirve para que a alguna mujer le diagnostiquen un herpes antes de que tenga que sufir el dolor que yo he pasado me daré por satisfecha. Si voy al médico porque me duele el dedo gordo del pie, el médico me dice “Quítese los zapatos”. Si voy al médico porque me duele el codo el médico me dice “Remánguese por favor”. Pero si voy al medico porque me duele el coño, el médico me dice “¿Tienes flujo de algún color especial? ¿Has notado algún granito?” Solo falta que me pida que le haga un dibujo. Yo no soy médico pero tú si. Yo te puedo decir que me salen hortensias por el coño pero tu deber es confirmarlo. También sé que es culpa mía no habérselo reclamado. Pero ahora he aprendido. Y espero que vosotras aprendáis algo también.
Personas con vagina del mundo. Si vais al médico por alguna preocupación relacionada con vuestros genitales, enseñádselos a vuestros médicos. Y si hace falta insistís. Le decís que tenéis una amiga (yo) que ha tenido herpes vaginal y que estáis aterradas frente a la posible perspectiva de tener que orinar en una palangana de agua caliente. Vuestras vulvas os lo agradecerán.