Mujer contemporánea
Las historias protagonizadas por hombres se destinan a toda la audiencia pero los relatos que ponen en el centro las vidas de las mujeres se clasifican como productos especializados y dirigidos al sector femenino.
Alaitz Arruti
Nunca me había planteado que los libros, o las historias, tuviesen género hasta que escribí mi segunda novela.
Tenía la portada del libro, la edición terminada y la fecha de publicación definida cuando Amazon me pidió clasificar Las cuatro esquinas de mi pasado, en uno de los tantos géneros que su web te lista. Mientras leía las opciones, una llamó especialmente mi atención: Mujer contemporánea. Inmediatamente me sentí identificada y acepté esa opción como género de mi novela.
Al principio no le dí mayor importancia, tuvieron que pasar varios días para darme cuenta del problema real que se esconde detrás de aquella “simple” elección. ¿Acaso Mujer contemporánea es un género literario? Como quien habla de una novela negra o un thriller… ¿Qué tipo de lectura es Mujer contemporánea? ¿El que tiene como protagonista a una mujer o el que escribe una mujer? ¿y porque no existe Hombre contemporáneo? ¿o Persona contemporánea? ¿Quiere esto decir que las novelas protagonizadas y escritas por mujeres no pueden ser históricas, policíacas o de aventura? Una novela escrita por una mujer joven, con una protagonista joven, ¿está condenada a ser única y exclusivamente Mujer contemporánea?
Parece que ser mujer implica solo eso, ser mujer, contemporánea.
Aquella elección fallida de mi nueva novela me hizo pensar en mi escritura y dudar de mi propia capacidad de comunicación y empatía con el género masculino. Pedí entonces a un hombre de mi confianza que leyese el manuscrito, invadida por el temor de haber escrito una novela Mujer contemporánea y no haber sido capáz de transmitir nada más que cuatro episodios concretos de la vida de Elena Bas, la protagonista.
- ¿Crees que he escrito un libro solo para mujeres? –le pregunté cuando finalizó la lectura.
- ¿Acaso hay libros para mujeres y libros para hombres? –respondió él sorprendido.
- Pensaba que no –le dije– pero parece ser que sí.
Quizás era cosa mía, una paranoia absurda nacida del miedo natural al estreno, las críticas y todo lo que viene después de la salida del libro. Pero no, no estaba equivocada y la confirmación me la dio la revista Palabra Abierta al publicar una reseña sobre mi nueva novela.
<<Las cuatro esquinas de mi pasado, una novela que puede interesar a mujeres de cuarenta años>>.
Yo tengo treinta y uno, la protagonista de la historia cuarenta, ambas somos mujeres ergo mi novela puede interesar solo a mujeres de cuarenta años.
La estadística lo confirma, mis lectoras son en un 80% mujeres. Contemporáneas, supongo.
Lo que nos pasa a las mujeres no les interesa a los hombres. Nuestras historias sufren también discriminación de género.