Espabila
En este espacio se aplaude con los dedos. Poesía para ti y para todas.
Leire Ugadi
Ya, sí, te entiendo.
Pero joder; cuando te dije que debíamos conocer desde dentro
contra lo que estamos luchando
no
me refería
a que te lo
follaras.
Que te lo metieses hasta la cocina
no
que te lanzaras a su cama.
Que sí, que sé que los escasos orgasmos que te arranca
son extasiantes
pero eso, son pocos
y te exigen demasiado. Te hacen olvidar
todo eso por lo que has luchado. Ahora mírate,
no sabes si quieres joderlo
o seguir jodiendo con él.
Tienes más cara de lo segundo.
Preciosa, como siempre
peligrosa, como nunca. No digo que
aquel día que os encontrasteis fuese
del todo malo: algunas ni llegan a sospechar que existe, tú
lo viste. Saliste a la calle sin maquillar
y te distes de bruces contra ese maldito
amasijo de ideas erróneas
a la par que atractivas.
Pero que el haberlo reconocido –por tarde que lo hicieras– sea para
combatirlo, hostia, que de aliades anda sobrado
y sus apólogos
nos dan palique
por todos lados.
Te advertí de que intentaría comerte la cabeza
–igual que el coño, solo que con más destreza–
y tú que no, que eras fuerte
y yo que vale, pero él muy persistente.
Utiliza estrategias de desgaste
de esas que te anulan
sin ni siquiera tú enterarte. Para cuando te das cuenta
ya ha distorsionado hasta tu mejor parte
y no serás la primera en odiarse, cansarse
rendirse.
No pienses que te estoy echando en cara
tus incoherencias, sabes que me encanta verte
luchar contra ellas como una guerrera en esta odisea pero
asumiéndolas te veo tan… humana,
más real,
más cercana.
Te aseguro que en esos momentos, para no comerte a besos,
me cuesta un infinito aguantarme las ganas. Pero despierta, joder,
que hace tiempo que se nos ha hecho de día
y esa parte de tu conciencia parece seguir dormida.
En otros temas no me molestaría, ni te agobiaría
lo que pasa es que
este en concreto
maneja tu parte más nociva. Ya, sí, me estoy metiendo donde no me llaman
pero he sentido tus gritos en lo más profundo de la sororidad,
como una jodida patada y he tenido que venir corriendo
aunque no me reclamaras. Sabes que apoyo la pedagogía de
errores y caídas
de aprehensiones frente a doctrinas
pero no te puedo ver
tomando lecciones suicidas. Porque la más lista de esa
jodida fosa común en la que nos meten
nos ayuda más en la línea de frente
aún siendo mucho menos inteligente.
Venga, espabila
y ponte las botas.
O mejor empieza por las bragas; que no te vuelva a pillar en pelotas.