Arianna Giménez Beltrán

En 2012, a mi madre le diagnosticaron cáncer de mama. En ese entonces, yo vivía en otro país. Cuando colgué el teléfono, el mensaje era claro: los médicos le sacarían un pecho en cuestión de días. Volví a Barcelona, de donde somos, para acompañarla durante la operación y fotografiar el preludio de lo que han sido estos cinco años.

Meses después, me tocó volver -esta vez para quedarme-. Todo seguía en su lugar, pero la enfermedad había dado un nuevo significado a las cosas. “Metafóricamente, el cáncer no es tanto una enfermedad del tiempo como una enfermedad o patología del espacio. Sus metáforas principales se refieren a la topografía (el cáncer se «extiende» o «prolifera» o se «difunde»”; escribía Susan Sontag en La enfermedad y sus metáforas, en 1978. No solo por el cuerpo, sino que tiñe todo lo que le rodea.

Las personas sanas, por mucho que nos pese, contribuimos a esta invasión y, lo que es más peligroso, a la creación del estigma. Aunque lo hagamos sin darnos cuenta y sin querer. Hay muchas maneras de hacerlo, unas más sutiles que otras. “Me encuentro gente por la calle que lo primero que hace es mirarme los pechos. Luego me dicen sonrientes, ¡te veo muy bien! ¿Y ellos qué saben?”, decía mi madre en alguna ocasión. “Ari, solo haces fotos de cosas feas”.

Clic. Tenía razón.

Había seguido tomando fotografías, pero tardé en darme cuenta de que solo lo hacía cuando la enfermedad se manifestaba. Fotografié visitas al médico. Fotografié todas las operaciones que siguieron después. Fotografié a mi madre desanimada y cansada. Había reducido su historia a dolor y tristeza. Esta realidad estaba allí, pero no era la única.

As we grow [Mientras crecemos], antes llamado Mum is ill [Mamá está enferma], nace de las fotografías de esos días para dar paso a nueva interpretación de lo sucedido. Aún en desarrollo, As we grow se ha transformado con el tiempo pasando de ser una crónica de un ser querido enfermo a la historia de una mujer.