Después del 8M
Marivi Eizagirre Balles
Foto de Daniel López García | Vía Flickr | Licencia Creative Commons
En ese día histórico, se ha escuchado la voz de las mujeres en todo el mundo, hemos salido a la calle a reivindicar nuestros derechos, la igualdad, los cuidados, la brecha salarial, el […]
Marivi Eizagirre Balles
En ese día histórico, se ha escuchado la voz de las mujeres en todo el mundo, hemos salido a la calle a reivindicar nuestros derechos, la igualdad, los cuidados, la brecha salarial, el maltrato y el feminicidio impune, si, hoy es el después. ¿Y ahora qué? Todos los medios se hacen eco de nuestro movimiento a nivel mundial, que no va dirigido contra los hombres, sino que es un planteamiento mental y una práctica de vida que pretende el bienestar de todas las personas sin distinción de género, y quiere igualar a todas las personas en este sistema heteropatriarcal y desequilibrado en el que, siempre siempre siempre, perdemos las mujeres.
No nos podemos parar aquí. A partir de hoy, hay que exigir cambios, superficiales y profundos, institucionales y personales, cada una en la medida de sus posibilidades, con educación y respeto, decir “planto” y que no aceptamos muchos hechos y actitudes cotidianas que nos infravaloran.
Desde hoy seguiremos luchando para que las “kellys” no trabajen jornadas interminables y durísimas con sueldos ínfimos, para que en las empresas de limpieza los trabajos llamados finos (limpiar cristales o despachos) no se los den sólo a los hombres y los retretes siempre a las mujeres, para que las cuidadoras de nuestros mayores internas y externas cobren sueldos dignos con una seguridad social acorde a sus sueldos; seguiremos luchando para que las mujeres profesionales no tengan que parar su carrera por ser madres, sigan cobrando y cotizando igual a la seguridad social hasta que los hijos vayan a la guardería, para que las maltratadas nos sean objeto de mercadeo político, para que el maltratador sea el expulsado, el señalado y el repudiado por la sociedad, para que nuestras mayores y viudas cobren lo mismo que sus maridos; seguiremos luchando para que esos hechos diarios que te hacen de menos, esos comentarios despectivos sutiles y constantes, esa desvalorización emocional por el hecho de ser mujer (histéricas, sexo débil, mujeres florero, señoras de), y tantas y tantas injusticias que se nos olvidan, y que no podemos por su extensión, ni enumerar, acaben.
Por todo esto, desde hoy seguiremos luchando, todos los días son 8M, juntas seguir reivindicando, saliendo a las calles, exigiendo sin dar un paso atrás. Somos la mitad de la sociedad y queremos nuestro espacio en igualdad libres de machismo. Queda mucho por hacer.