Un calvo al capitalismo por Navidad

Un calvo al capitalismo por Navidad

¿Qué pasa para que una felicitación de Navidad con cinco culos de mujeres acabe publicándose en el periódico local y las redes sociales saquen a relucir toda la lacra machista y reaccionaria de nuestro tiempo?

30/12/2020
Esta foto del colectivo ‘Subversives Castelló’ ha desatado la misoginia en redes sociales

Esta foto del colectivo ‘Subversives Castelló’ ha desatado la misoginia en redes sociales

Subversives Castelló somos una asamblea feminista, anticapitalista y no mixta de Castelló de la Plana que nació en 2016. Nuestro objetivo es la emancipación de las mujeres obreras mediante la destrucción del racismo, el fascismo y el patriarcado que imperan en nuestra sociedad. Y es este último gran lastre, el patriarcado, el que hizo que nuestros culos llegaran a hacerse virales en las redes sociales y en los medios de comunicación el pasado sábado.

Con motivo del consumismo que se apodera de las fiestas navideñas, lanzamos nuestra campaña de Navidad con un claro mensaje anticapitalista. El día de Nochebuena, las calles de Castelló amanecieron luciendo mensajes como: «Hi ha més possibilitats de tindre un accident laboral que de que et toque la loteria» o «El capitalisme et consumeix». Para darle un tono humorístico al final de la jornada nos echamos una foto haciendo un calvo delante de El Corte Inglés para felicitar las fiestas a todas las mujeres que nos siguen. Ingenuas de nosotras porque ¿desde cuándo las feministas podemos tener sentido del humor y dejar de estar amargadas todo el día? Sabíamos que esta acción sacaría a relucir la misoginia tan peligrosa y el machismo que continúan existiendo en nuestra sociedad; lo que no nos esperábamos era lo que vendría a continuación.

A los pocos minutos de lanzar la publicación, nuestras redes sociales se inundaron de mensajes de cosificación, sexualización, insultos, apología de la violación y ostentación del machismo más vomitivo por parte de hombres a los que el sistema les otorga impunidad absoluta para escribir frases como: «Puestas así, la verdad que penetraría a las cinco» o «ya tengo paja para esta noche».

Pero el acoso e intento de derribo, no acabó ahí: la denuncia en masa de la publicación de Instagram hizo que la foto fuera eliminada.

Esto no quedó solo en una caza de brujas y vorágine de insultos misóginos y reaccionarios, sino que, desde corrientes pseudointelectuales izquierdistas, sin conocer lo más mínimo nuestro proyecto, todas las acciones que realizamos y la formación que tenemos, nos acusaron de caricaturizar el movimiento y ser falsas feministas de clase. Desde comentarios sobre nuestras Adidas o nuestro móvil de última generación a comentar que somos un chiste para las verdaderas mujeres obreras y las milicianas que combatieron en la Guerra Civil. Porque claro que no, según ellos nosotras no tenemos ni idea de lo que es partirse el lomo ni ser precarias, ni venimos de familias obreras que no llegan a fin de mes, ni hemos vivido el sobresfuerzo de nuestras madres para sacar adelante una familia donde el trabajo de cuidados recaía totalmente sobre ellas, tampoco hemos tenido que sufrir el racismo institucional, nunca nos han insultado por la calle por ser lesbianas y, sobre todo, nunca hemos padecido la violencia sexual que padecen todas las mujeres desde que nacen por el mero hecho de serlo. Lo importante aquí es que llevamos Adidas, que tenemos un móvil con cámara de última generación o que con nuestra acción no hemos hecho caer el capitalismo. ¿Cómo podemos pensar que enseñar el culo es revolucionario? Porque claro, todo hubiera sido más legítimo si hubiéramos hecho la fotografía con cámara oscura o con un daguerrotipo, si hubiéramos llevado zuecos de madera como las clases pobres de la Edad Media, o si hubiéramos guillotinado al director de El Corte Inglés de Castelló en la Plaza del Ayuntamiento. Las caretas que ocultan el machismo más rancio y reaccionario siempre acaban cayendo, vengan de donde vengan.

Personajes históricos como Caterina Segurana nos han enseñado que mostrar el culo siempre enfada a nuestros enemigos, y eso parece que ocurrió con gran parte del casi millón de personas que ha visto nuestro tuit. Aunque parezca obvio, tenemos que seguir explicando que mostrar el cuerpo desnudo de las mujeres no es un acto de exhibicionismo, sino que precisamente el propósito es quitarle la carga de objeto sexual y que no tiene nada de denigrante. Tenemos claro que la cosa no va de cinco culos, lo que molesta a la sociedad no es que sean culos, sino que seamos mujeres. Sabemos que si hubieran sido hombres, la foto no hubiera pasado de lo anecdótico y humorístico. Lo que molesta a esta sociedad patriarcal es que la mujer se sienta con la misma libertad y rebeldía que un hombre.

Apostamos siempre por la autodefensa feminista en las calles y también llamamos a la autodefensa en las redes, a apoyarnos entre compañeras, hacernos fuertes en todos los espacios de la sociedad y que los machistas no nos silencien ni en las calles, ni en las redes, ni en ninguna parte. Porque todo esto no va de nosotras, sino de los culos de la mitad de la población. Las mujeres somos el problema para esta sociedad misógina y capitalista, no una simple felicitación navideña.

Al final, los ataques masivos al feminismo en Twitter son una representación más de lo que vivimos en las calles y refuerzan la existencia de la lucha feminista. Nuestra respuesta siempre será seguir luchando, fortalecernos, plantarles cara y de vez en cuando dedicarles un calvo.

Como dijo Mao Tse Tung, las mujeres sostenemos la mitad del mundo, somos la mitad de la población y no habrá revolución posible sin nuestra fuerza.


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