Una propuesta de protección integral feminista para las defensoras
Una madre que busca justicia por su hija desaparecida. Una maestra que exige educación pública gratuita, laica y de calidad. Una trabajadora de la maquila que demanda un mejor salario. Una activista por los derechos LGTBI. Una líder indígena o campesina que defiende su territorio. Una joven que se moviliza por la despenalización del aborto. Una periodista que saca a luz pública complicidades entre la policía y el crimen organizado... Todas ellas son defensoras de los derechos humanos.
Mesoamérica: territorio hostil
Mesoamérica es una de las regiones del mundo más peligrosas para las mujeres. En 2016 al menos 631 mujeres fueron asesinadas en Honduras; 217 en Guatemala; 183 en El Salvador; 49 en Nicaragua; y en México más de 2.000.
Los asesinatos de estas mujeres no representan hechos aislados, sino que son la consecuencia brutal de la hegemonía del patriarcado heteronormativo, neoliberal y extractivista sobre la cultura e instituciones de la región. Bajo esta hegemonía, nuestros cuerpos luchan por la libertad y la justicia en un contexto sumamente adverso frente al asedio de diversas formas de violencia, de los fundamentalismos de derechas y religiosos, de las redes de trata, la explotación laboral en las maquilas, la carga de cuidado en los hogares y los mandatos de género que nos impiden desarrollar nuestros proyectos de vida en libertad y autonomía.
Ante la negligencia e incapacidad de nuestros Estados buscamos incansablemente a nuestros hijos e hijas desaparecidas mientras seguimos descubriendo y abriendo con nuestras propias manos fosas clandestinas. En nuestros territorios, los gobiernos privilegian los intereses de las empresas privadas sobre los bienes colectivos como la tierra, el agua, el aire; mientras que los militares, la policía y el crimen organizado ocupan y tiñen de sangre nuestras calles en una guerra absurda disfrazada de ‘seguridad’ cuyo botín, muchas veces, son nuestros cuerpos y vidas.
Los crímenes de odio contra personas LGTBI, indígenas y migrantes no cesan y siguen permaneciendo impunes porque aún en nuestros países no todas las vidas importan. Miles de mujeres pobres están condenadas a morir o ir a la cárcel por no poder acceder a métodos anticonceptivos o al aborto. Los medios masivos de comunicación silencian todo esto, mientras medios de comunicación oficialistas y otros poderes fácticos acallan toda forma de protesta social.
Mientras todo esto pasa miles de mujeres en El Salvador, en Guatemala, en Honduras, en México y en Nicaragua, día tras día, defienden la esperanza y la convicción de justicia e igualdad, trabajando para contribuir a erradicar las violaciones a los derechos humanos en nuestra región. Lo hacen en sus familias, comunidades, centros de trabajo y en las plazas públicas. Todas ellas son defensoras de derechos humanos.
El continente americano es la región más peligrosa para quienes defienden derechos humanos. En 2016, de los 281 asesinatos contra personas defensoras de derechos humanos registrados en todo el mundo, 217 ocurrieron en las Américas. Por ello, las mujeres que defienden derechos humanos enfrentan un doble riesgo: por ser mujeres y por ser defensoras.
Nuestra región vive un luto perenne de defensoras y periodistas. Entre 2012 y 2016 al menos 53 mujeres defensoras de derechos humanos han sido asesinadas en Mesoamérica. En este mismo período desde la IM-Defensoras hemos registrado 3.886 agresiones contra defensoras en la región. En la mayoría, un 59 por ciento, han participado actores vinculados al Estado, y en un 37 por ciento se ha identificado algún componente de género. Las mujeres que defienden el territorio, una vida libre de violencia o el derecho a la libertad de expresión e información son las más agredidas.
¿Qué es la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras)?
La Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras) surgió en 2010 como respuesta al incremento de la violencia y las agresiones contra personas defensoras en la región mesoamericana y la falta de opciones efectivas de protección a mujeres defensoras en riesgo. Fue fundada a través de una alianza entre JASS-Mesoamérica, Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca (México), UDEFEGUA-Unidad de Protección de Defensoras y Defensores de Derechos Humanos de Guatemala, La Colectiva Feminista para el Desarrollo Local (El Salvador), AWID-Asociación por los Derechos de las Mujeres en el Desarrollo y FCAM-Fondo Centroamericano de las Mujeres (Nicaragua) con el objetivo de fortalecer y vincular a defensoras que participan en distintas organizaciones y movimientos sociales en redes de protección y solidaridad para aumentar la visibilidad, el reconocimiento y el impacto de su trabajo por los derechos humanos y reducir los riesgos de agresiones. Actualmente también forman parte de la IM-Defensoras las cinco articulaciones nacionales promovidas en Honduras, México, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, quienes integran a más de 837 defensoras de derechos humanos.
#ProtecciónIntegralFeminista
Las organizaciones y articulaciones nacionales que conforman la IM-Defensoras diseñan alternativas de protección integral feminista para responder a la violencia que enfrentan las defensoras tanto por la labor que realizan como por el contexto de discriminación contra las mujeres imperante en la región. De esta manera, favorecen que puedan continuar con su trabajo en condiciones de igualdad y bienestar.
Algunos de los resultados de las estrategias que integran el Modelo de Protección Integral Feminista de la IM-Defensoras son:
- La construcción de cinco articulaciones nacionales de defensoras de derechos humanos en El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua que desarrollan estrategias de seguridad, autocuidado, denuncia, atención y acompañamiento de casos, fortalecimiento de capacidades, documentación y denuncia pública en el marco de un trabajo colectivo.
- La creación de un Sistema Regional de Monitoreo de Agresiones a Defensoras en Mesoamérica que opera registrando agresiones a defensoras en cinco países, que permite un análisis histórico y comparativo con perspectiva de género sobre las agresiones, los impactos y las necesidades de protección de defensoras. Con la información se han publicado informes especializados en la materia sin equivalente en el continente americano y que han sido referidos y empleados en audiencias, informes y visitas regionales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, así como por organizaciones internacionales de derechos humanos.
- Sostiene permanentes campañas de denuncia y comunicación internacional que han contribuido a generar opinión pública favorable a las defensoras, su trabajo y sus necesidades de protección. Las acciones urgentes y de solidaridad para defensoras en riesgo son una estrategia de empoderamiento de las defensoras y al mismo tiempo constituyen medidas que pueden disuadir la violencia en su contra en sus contextos nacionales.
- Una estrategia de autocuidado que incluye el fortalecimiento colectivo de capacidades, la asesoría y el acompañamiento de casos, así como la generación de una nueva cultura cuyo objetivo central es favorecer un activismo sostenible que permita a las defensoras gozar de condiciones mínimas de bienestar y trabajo que fortalezcan su aporte a los derechos humanos.
- La creación y administración de Fondos de Respuesta Rápida de Seguridad y Autocuidado, sensible a las necesidades de género, que desde el 2012 a la fecha han posibilitado reforzar la seguridad y el bienestar de más de 2,251 defensoras, 400 familias y más de 500 de sus organizaciones.
- La instalación y sostenimiento de tres casas de acogida, ubicadas en El Salvador, Guatemala y México, para defensoras enfrentado riesgo inminente; y la Casa de Respiro y Sanación ‘La Serena’, en México, para defensoras en condiciones de desgaste y burn out. Todas ellas abiertas a recibir a defensoras de toda la región mesoamericana y, eventualmente, a sus familias. Desde el 2012 hasta la fecha han salvado la vida de al menos 100 defensoras.
Fruto del reconocimiento de los resultados de su Modelo de Protección Integral Feminista y los efectos para incrementar la protección de defensoras de derechos humanos, en 2014 la IM-Defensoras se hizo merecedora del premio Letelier-Moffitt, instaurado en 1978 por el Institute for Policy Studies (IPS) con el objetivo de reconocer a organizaciones de base y organizaciones de derechos humanos en las Américas.