Silvana Estrada: “No he participado de las fronteras, ni de ponerle nombres a las regiones, pero sí soy fan de tener identidad”
La cantante mexicana Silvana Estrada profundiza en su último trabajo en la pérdida del amor romántico y en la violencia machista.
Aprovechando una parada “estratégica”, como denomina la cantante mexicana Silvana Estada (Xalapa, 1997) a las pausas durante el viaje para comprar “un dulcecito y un poco de agua”, Pikara Magazine entrevista a una de las voces más carismáticas de la escena latinoamericana actual. Comprometida con la despenalización del aborto en su país, conseguida el 7 de septiembre de 2021, o la lucha contra la violencia machista, a la que ha dedicado el tema Si me matan, esta cantautora tiene claro dónde está el hilo invisible que la conecta con el lugar donde aprendió a ser feliz y a cantar, sin perder de vista el diálogo entre el folclor y las raíces.
En el documental Volver a lo Sagrado enseñaste un poco más de cómo fue el proceso de grabación de tu primer disco en 2016, reeditado en 2020, pero también de la relación tan especial con tus vínculos en una época bisagra para ti, entre la escuela y tus canciones ¿Cuáles han sido tus referentes femeninos?
Decidí dedicarme a la música porque me enamoré de la voz y del canto. Si yo pienso en cantar, siempre pienso en mujeres. Por ejemplo, en Mercedes Sosa, en Violeta Parra, en Chavela Vargas y, primerito, primerito, siempre pienso en mi madre. Mi mamá canta muy bonito. De hecho, en algún momento, se dedicó a cantar con mi papá. Tenían un grupo de música latinoamericana. Y luego, en mis referentes poéticos a la hora de componer, también hay muchas poetisas. Me gusta mucho Idea Vilariño, Alfonsina Storni… Por ahí tengo un montón de imágenes que yo conecto mucho con mujeres y con ideas de feminidad. Es bien diferente hablar de Lucia Berlín que hablar de Alfonsina Storni o de Virginia Woolf, pero está bueno ir revisando la idea de feminidad a través de las cosas que voy leyendo porque van cambiando mucho, aunque se mantiene el núcleo de sensibilidad.
Siempre dices que tuviste una infancia muy feliz, pero tu adolescencia no lo fue tanto según has dicho, ¿qué rescatarías de esa etapa en términos musicales?
En la adolescencia escuchaba Billie Holiday y Ella Fitzgerald. Yo creo que la adolescencia fue muy importante porque le puse un crecimiento y un piececito al pop, que en realidad también me gusta mucho. Cosas como pop bonito en inglés que me dieron mucha referencia después para componer, porque son formas muy funcionales de canción. Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana… A Julieta Venegas la escuché de niña. Ella fue la primerita de las cantautoras pop mexicanas. De hecho, fue el primer disco que me compraron: El Sí en 2003 de Julieta.
Estudiaste jazz en Veracruz y luego en Estados Unidos, pero nunca has renunciado a tus raíces y, de hecho, es una de las señas de identidad de tu música. ¿Cuán importante es no perder la memoria?
Yo creo que te da un lugar en el mundo estar conectado con la raíz. A mí me gusta mucho la idea de la raíz y no por una cuestión geográfica patriótica, para nada. No he participado de las fronteras, ni de ponerle nombres a las regiones, pero sí soy fan de tener identidad y de saber que adonde quiera que vaya tengo un lazo con un punto del mundo y que ese punto del mundo son mis padres, es la casa donde crecí, son los amigos y las amigas de la infancia y los árboles de mi jardín… Me gusta que haya un hilito que me conecte al lugar donde aprendí a ser feliz y a cantar. La raíz nos da identidad y la identidad nos da claridad de quiénes somos, mismo para romperla, ¿sabes? También la identidad tiene un diálogo muy interesante con la tradición y ahora mismo está siendo renovada, por ejemplo, en México, con el folclor. Y yo, siendo una artista quizá muy conectada con la raíz y que muchas veces se me menciona como una artista folclórica, en realidad, no pertenezco a ningún folclor. Y, en ese sentido, me gusta que se esté revistando el concepto de folclor y el diálogo con la identidad.
Muchas personas te llaman la Chavela Vargas millennial y, si bien en tus conciertos cantas alguna de sus canciones más conocidas, como La Llorona, ¿estás cómoda con esta etiqueta siendo, además, Generación Z?
(Risas). Es verdad que soy Generación Z, me da mucha risa. Para empezar, que me comparen con Chavela Vargas es un honor. Yo jamás me atrevería a hacerlo. Jamás. Chavela Vargas fue un astro, una estrella que cruzó por nuestro planeta y deberíamos estar muy agradecidos, pero no es normal lo de Chavela. Una persona con tanta sensibilidad y tanta pasión por la vida, yo creo que no lo hemos vuelto a tener. Yo no me compararía, no me haría eso (risas), pero que alguien lo haga me llena de orgullo y es un honor. Al mismo tiempo, creo que es una etiqueta, como todas, que necesita la gente. Los artistas no necesitamos una etiqueta porque sabemos qué hacemos y quiénes somos. Lo que es difícil luego es que, si tú lo ves de afuera, necesitas referentes para ver lo que está pasando adentro, en la obra o la carrera de una persona. Necesitas ejemplos y conectar con otros referentes. Entonces yo entiendo, y no me genera nada más que honor que me hayan querido comparar con Chavela, pero yo no me pondría ninguna etiqueta.
Canciones como Te Guardo, Al Norte o incluso Universo amor con Playa Limbo muestran un amor romántico con el que ya no te sientes tan identificada, ¿cómo ha sido el proceso de deconstrucción de ese amor romántico?
Marchita es todavía es un disco muy, muy romántico. Tiene una cosa bastante especial y es que es un disco muy introspectivo, centrado en el desamor y en el dolor. Es un viaje al interior, digamos, para entender el duelo amoroso. Ahora que me preguntas por la deconstrucción romántica, tengo la música que escribí toda la cuarentena y los años pasados para un disco nuevo que quiero empezar a grabar. Y ese disco, te quiero decir hablando de la deconstrucción romántica, que tiene un poco más de humor y ligereza. Creo que cuando escribí Marchita había mucho peso en el romance, en el amor y las esperanzas… Es tan personal e interior que es un disco sobre la idea de la pérdida del amor y el disco nuevo, este que te cuento, es bastante más ligero. Y sigue siendo amor, porque me gusta mucho hablar de esos temas, pero lo noto menos serio.
México es uno de los países más peligrosos del mundo para las mujeres y tú decidiste crear un espacio seguro con Si me matan el pasado 8 de marzo. ¿Qué significó para ti escribir la canción?
Para mí fue muy importante sacar esa canción porque, como dices, ahora mismo México es de los lugares más peligrosos para una mujer y yo soy una mujer joven, que vivo sola desde hace mucho tiempo, desde los 15 años, y trabajo desde hace un montón. En ese sentido, me ha tocado conocer a muchas mujeres y vivir como viven muchísimas mujeres en México, conociendo no solo el miedo, sino el terror de la calle. Imagínate: el terror de estar en una fiesta, de salir con alguien… Para mí era muy importante hacer una canción que me curara esa herida que ha sido el duelo de nuestra propia libertad. Yo siento que, en Latinoamericana, las mujeres dolemos muchísimo de nuestras propias vidas, porque nos las cortan todo el tiempo. Nos mutilan nuestros derechos, nuestra confianza y es muy difícil oponernos a ello. Siento que, en nuestras sociedades machistas, las mujeres somos lo que nos dejan ser y hay que hacer un esfuerzo muy grande para hacer lo que queremos y no todas las mujeres tenemos el privilegio de ser como queremos ser. Muchas veces hay que hacer lo que nos dejan porque si no nos matan. No es lo mismo hablar de yo, que soy de una familia de izquierdas, que a lo mucho mis papás se enojaban conmigo, a una chica que su papá la va a matar o su novio la va a matar. Para mí era muy importante curarnos esa herida, porque al final quería dejar en claro que, si nos tocan a una, nos tocan a todas, y que, más allá de hacer una canción panfletaria o política desde el enojo, porque es un tema muy sensible, me parecía importante hablarlo desde la belleza, la sensibilidad y la hermosura, que me parece la esencia de lo que te hablaba. De las mujeres que a mí me inspiraban toda la vida que te comentaba, esas mujeres que se inspiraban en la belleza como solidez.
¿Qué está significando cantársela en todos los conciertos a alguna compañera que viene a verte, tal y como hiciste en el videoclip?
Quería una canción que curara, con esperanza y con amor, esa herida vital y también que fuera un canto sororo, de entender que no estamos solas, que nos tenemos las unas a las otras y que se entendiera, de aquí lo de tener una compañera diferente para cantarle la canción a los ojos, que es un problema que concierne a todas las mujeres, porque todas, seamos del país que seamos, sabemos lo que es tener miedo simplemente por ser mujer. En ese sentido, se me hace superbonito y ha sido una experiencia preciosa cantarle esta canción a una mujer diferente, porque te das cuenta cómo la mirada se torna muy igual, muy parecida. Se prende una lucecita que es igual en todos nuestros corazones.
En tus redes sociales apoyas distintas causas. Por ejemplo, en julio compartiste una publicación de ONUMujeres en la que felicitaban al congreso de tu estado, Veracruz, por las reformas aprobadas para despenalizar el aborto hasta las 12 semanas, respondiendo a las obligaciones reconocidas en los tratados internacionales ratificados por México. ¿Cuál crees debe ser el papel de personas conocidas en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres?
Yo creo, ahora mismo, que es superimportante darle representatividad y voz a las personas que están luchando por los derechos sexuales y reproductivos y, en general, por las luchas que consideremos justas. Ahorita es muy importante porque tenemos los medios, ya no dependemos de una disquera gigantesca que nos filtre la opinión, ahora es tan fácil como usar Twitter o Instagram. En ese sentido, yo creo que hay que comprometerse. No es una obligación, tampoco. Tengo compañeras que no ponen nada y/o, que incluso, tendrán sus dudas sobre ciertos temas y yo lo respeto muchísimo. Pero yo pienso que, si está una segura de una causa, pues vale mucho la pena al final darle voz y representatividad a la gente que no la tiene. Simplemente ser mujer, estar liderando una banda, componiendo, haciendo una gira, hablando de las cosas de las que hablo y cantando así me parece que le estoy dando voz a un montón de niñas. Lo que hablábamos de Julieta. Yo no hubiese sigo cantante si no hubiera tenido una figura como Julieta, o como Natalia o como Ximena. Esas figuras son un ejemplo de: “Mira, ella puede, yo lo voy a intentar”. Te hacen creer que es posible. En el caso de lo que yo comento y hablo de ciertas causas, como la despenalización del aborto, me siento muy comprometida. Al final, considero que hay muchas luchando duro, duro en los tribunales y en las calles y yo, con lo que pueda apoyar, apoyo. La despenalización del aborto en Veracruz ha sido una lucha larguísima, yo no te puedo explicar cómo ha sido de complicado. Yo nunca he podido estar en una marcha porque siempre que ha habido yo estoy de gira. Entonces, yo lo que sea que pueda poner, yo lo voy a poner.
Este verano has pasado de tocar en el Café Berlín de Madrid al Festival de Jazz del Palacio Real en la Plaza de la Armería. ¿Cómo se trabaja sin perder de vista los autocuidados y al equipo?
¿Cómo son los autocuidados? Mira, me gustaría mucho saber (risas). Estoy aprendiendo apenas. Esta gira ha sido muy complicada, porque ha habido mucho trabajo y, sobre todo, hacía mucho que no estaba de gira por lo que me siento muy fría. Lo he hablado con un montón de compañeros, esa idea de que ya no nos acordamos cómo era no dormir, cómo era hacer 70 entrevistas y luego cantar, porque nos pasamos un año y medio durmiendo las horas que quisiéramos (risas). Después de la pandemia me da la impresión de que va haber más cuidados. Por ejemplo, a mí ahora me hace mucho ruido no dormir. Sobre cómo cuidar al equipo y cómo cuidarse una misma tiene que ver con ir escuchando las necesidades primero de una y después las de las demás. Por ejemplo, ahora que pasa, que estoy muy cansada porque ya no me acuerdo como era girar y duermo más, quiero dormir siesta (risas). Y el equipo, también tiene sus necesidades y se hablan y tratamos que se haga una experiencia gozosa. La gira tiene que ser una convivencia gozosa y procesos gozosos siempre que se puedan.
Silvana Estrada continua esa convivencia gozosa que en los próximos meses la llevará de vuelta a México y después a Estados Unidos para continuar con su primera gira internacional después del confinamiento que vivió en 2020 derivado de la pandemia. Con un canto sororo de esperanza y amor, seguirá mirando en sus conciertos a los ojos de las mujeres que se enfrentan día a día a la violencia machista y a la deconstrucción del amor romántico.
Conoce a las artistas referencia de Silvana Estrada: