Palos y circunferencias. Así fue. Mi oncólogo cogió un papel en blanco y empezó su particular obra de arte para explicarme cómo sería el tratamiento. El dibujo, la verdad, quedó bonito, me di cuenta que iba para largo. Pero no dibujó nada que explicase los efectos que tengo hoy. ¡A día de sí que entiendo los palos!

A mí cuando me preguntan qué tal estoy, contesto dos cosas: “Si quitamos lo malo, bien” o “si no entramos en detalles, bien”. Porque toda la noción que tienes de estar bien o estar mal, se pone patas arribas cuando te diagnostican. ¿Todo ok?, me preguntan por WhatsApp mis amigas. Todo ok, partiendo de que mi ok no es el tuyo.

En este capítulo se sitúa en cuando estás de lleno en el dragón cáncer, cuando ya tienes el diagnóstico y te han dado el pase VIP, que contiene resonancia magnética, TACs y contrastes para ver si tienes metástasis, un tratamiento hormonal y una preservación de óvulos (porque mientras crees que tal vez te estás muriendo tienes que decidir si querrás ser o no querrás ser madre y pincharte muchas y muchas agujas), un test genético, también una bonita cirugía que corte por lo sano, también puede incluir radioterapia (radiación tipo Chernóbil que mate las células malignas, montada en una máquina que parece una nave espacial), inmunoterapia, hormonoterapia y, la joya de la corona, la quimio.

Que conste que no queremos agobiar a nadie, el pase VIP no se escoge y conlleva esta locura de pruebas, y tra-tra, tratamientos…Aunque opinamos que conocerlos y hacerlo sin tabús empodera y permite acotar los miedos, que son normales. Y ayuda a la cabeza a procesar la paradoja de que para curarse hay que pasar por alguna trastada que otra bastante gorda.

En este capítulo se habla de tratamientos participan Amaia Goirigolzarri Alegria e Ihoana Zabalegi Hernaiz, además del oncólogo Jesús Blanco.

Escucha el capítulo #01: