Todas las vidas en el centro
Los trabajos de cuidados son imprescindibles para sostener la vida. No se pueden seguir invisibilizando y mercantilizando. ¡Volveremos a tomar las calles!
La pandemia sacó a la luz el horror de unas residencias de mayores sin medios, sin personal suficiente, con las trabajadoras agotadas y las usuarias sufriendo las consecuencias. Pero la crisis de cuidados tiene muchas más caras. Si la crisis no estalla es debido a la explotación de las trabajadoras de hogar, que cubren las necesidades a las que ni las instituciones, ni las familias llegan. Con unas condiciones de trabajo pésimas, debido a la desregulación del sector y la situación de discriminación a la que la Ley de Extranjería somete a las trabajadoras migradas. A todo ello se le suman la precarización laboral y el desempleo, las bajas pensiones, el encarecimiento de la vivienda, de la gasolina y los servicios básicos (agua, energía, alimento…) que profundizan la crisis social.
Seguimos siendo las mujeres de clases populares las que sostenemos los cuidados en las casas, en los centros de trabajo, en las relaciones. Seguimos acumulando una pobreza de tiempos y recursos. Con dobles jornadas de trabajo, supliendo los escasos y precarios servicios públicos, haciendo malabares para llegar a todo e inmolando nuestras vidas en el proceso.
Por todo esto, el movimiento feminista se vuelve a activar. Queremos revolucionar los cuidados para cambiarlo todo. Con el objetivo de transformar el actual regimen de cuidados capitalista y heteropatriarcal iniciamos un proceso de movilizaciones.
Esta crisis no se resuelve con parches. Sabemos que ahora todo el mundo habla de la importancia de los cuidados. Pero nosotras no queremos migajas. La solución no será con más digitalización, ni apelando a lo “comunitario” de forma abstracta que reproduce la feminización y la familiarización de los cuidados. Se han apropiado de nuestro discurso para vaciarlo de contenido y nosotras queremos llenarlo de propuestas y medidas concretas.
Apostamos por un derecho colectivo al cuidado, por el derecho de todas las personas, a lo largo de toda la vida, a dar y recibir cuidados en condiciones de libertad, dignidad y com- promiso. Esto va mucho más allá de las situaciones de dependencia. Implica la capacidad de decisión sobre cuánto, cómo y a quién queremos cuidar; asimismo, implica garantizar no poder rehuir a la responsabilidad de cuidar desde situaciones de privilegio.
Para que se convierta en una responsabilidad social y no un negocio. Queremos impulsar medidas de transformación social para que los cuidados dejen de ser un bien de mercado.
Con el objetivo de transformar el actual sistema de cuidados iniciamos una dinámica de lucha, proyectamos un proceso a largo plazo y como primer hito marcamos el próximo 8 de marzo.
Queremos sumar fuerzas con las que están luchando por mejorar las condiciones de trabajo en el sector de los cuidados, con los colectivos que defienden la calidad de los servicios públicos. Queremos impulsar alianzas con los movimientos sociales y con todos aquellos y aquellas que quieran revolucionar los cuidados para cambiarlo todo.
Llamamos a todas las feministas de Euskal Herria a que activen asambleas feministas en cada pueblo para organizarse y unirse a este proceso. Está disponible una caja de herra- mientas online para hacer llegar el material a todas partes. Seguiremos organizándonos de pueblo en pueblo y barrio, coordinándonos en comarcas y provincias,en todas partes de Euskal Herria.
¡Volveremos a tomar las calles! Gora borroka feminista!
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