Hay muchos tipos de “salidas del clóset”, que se dice ahora. No es lo mismo ser gay que lesbiana, ojo con decir que eres bisexual y no te digo nada si dices que eres no binarie. Tampoco es lo mismo ser bollera blanca o negra o ser cis. En fin, que hay muchas salidas del armario y las malditas bollodrameras hablan de la suya. Bake fue una estratega: “Lo sabía desde pequeña y me limité a hacer un plan mental”. Hasta que lo dijo, sufrió en silencio como con las hemorroides. Sí, así lo cuenta. “Homosexualidad forte”, que dice Terci.

“Lo que hacía básicamente era intentar ser la mejor amiga de mis amigas y luego me echaba novias por internet. Y ahora igual se enteran de que carlos@hotmail era yo. Eso me reconfortaba porque decía, vale, soy capaz de enamorar a una chica“, explica Bake. “Yo también me hacía pasar por un hombre pero en la vida real”, añade Terci. Bake no tuvo una conversación de “soy bollera” en su familia. “Daba señales todo el rato para evitar esa conversación”.

A Terci durante mucho tiempo le aterrorizaba salir del armario. Ahora hace “como los demás”. No dice que es lesbiana pero habla con toda naturalidad de sus parejas, de su novia. “Nunca sale de mi boca que soy lesbiana”. Lo dijo con 20 años: “Tardé en hacerlo hacia afuera y hacia mí misma”. Decir que le gustaban las mujeres suponía un riesgo, claro. Unos problemas que con ciertas edades no sabes ni cómo enfrentar. Nació en un entorno muy cerrado y los maricones que veía por la tele eran eso, “maricones”. Y las lesbianas eran muy pocas y, en general, “como señoros infiltrados”. Ahí, dice, puede haber un problema: “Cuando no entendías bien tus sentimientos por las mujeres, sufrías una crisis de identidad brutal y me comportaba como un tío para gustar a las mujeres. Tú eras Carlos pero yo me parecía a Carlos, aunque no me sintiera como Carlos para nada”. Si quieres saber más, dale al play.

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