El sexo lésbico no es una categoría de porno cishetero. Y esto no va solo de amor sino de libertad sexual. Hablamos de roles, deseo, consentimiento y fantasía. Bake tiene la teoría de que la gente LGTBI somos más imaginativas porque hemos proyectado lo que no podíamos vivir.

No es lo mismo tocarte pensando en Cate Blanchett (quién no lo hace), a obsesionarte con alguien conocido que no te corresponde. “Sobre todo cuando no hemos salido del armario, que suele ser en la adolescencia, esto nos pasa muchísimo”, dice Terci. La diferencia con la gente heterosexual es que, en la mayoría de los casos, pueden cumplir con sus fantasías, pero las personas LGTBI, no. “Es más probable que se convierta en un amor secreto”, añade. El miedo a salir del armario puede llevar a un círculo vicioso: te vicias a los amores no correspondidos. Es peligrosísimo para tu autoestima y te lleva a enamorarte con heteras casadas que nunca te amarán. “También les pasa a muchos y muchas heterosexuales, ojo”, recuerda Terci.

Total, amiga, que no te enganches a la imaginación y vive. Vivir por y para alguien, sea real o esté solo en tu cabeza, dejas de vivir por y para ti misma. “La gente heterosexual tiene referentes y puede empatizar con relaciones de las series de televisión”, dice Bake, “nosotras no y nos los teníamos que fabricar”. Terci cree que ahí se generaliza un poco, porque las personas heteras gordas, racializadas… también tienen falta de referentes. Por eso, “lo de las fantasías es muy común”. De esto habla, comentan, el documental de Yes, we fuck. Os dejamos por aquí una entrevista de Lucas Platero a quienes lideraban el proyecto, Raúl de la Morena y Antonio Centeno, por si queréis saber más.

Pero bueno, volviendo a los mitos eróticos, a Terci le encanta Cate Blanchett y a Bake… ¡Cristina Cifuentes! Bueno que en este capítulo nos dan todo titulares. Dale al play.

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