“Los derechos de la naturaleza no se negocian”

Juventud por el clima

“Los derechos de la naturaleza no se negocian”

El Foro de los Pueblos por la Justicia Climática y la Regulación Financiera ha reunido a movimientos ecosociales del norte y el sur global con el fin de señalar la financiación de los proyectos extractivistas.

27/09/2023

Ilustración usada en el foro de Basilea.

Como activistas del norte global las militantes de Juventud por el Clima somos conscientes de que hay lugares en el mundo en que ser activista no solo es una necesidad presente y acuciante, sino que puede significar verdaderos riesgos para la vida y la seguridad propias, sobre todo cuando las problemáticas de los desastres de la crisis climática y del saqueo de los recursos naturales en tu territorio no pueden ser ignorados de ninguna manera.

En España, a pesar de las trabas existentes para la movilización social y que cada vez es más difícil ignorar las consecuencias de la emergencia climática (desde grandes sequías a aún mayores inundaciones), vivimos esta crisis de una forma más privilegiada y puede ser más difícil hablar con personas que sí la viven con todas estas amenazas. Personas en la primera línea de fuego de las consecuencias de los desastres causados por las grandes empresas que financiamos desde Europa. Las personas del sur global nos solicitan que que pongamos fin a la financiación de combustibles fósiles que salen de sus territorios y son extraídos a base de destrucción y muerte y que las grandes empresas contaminantes y organismos internacionales se hagan cargo de los desastres que causan allí.

El Foro de los Pueblos por la Justicia Climática y la Regulación Financiera, celebrado a finales de junio, tuvo como punto clave un diálogo de saberes, donde se escuchó a voces plurales de distintas luchas. Basilea fue la sede del evento, ciudad donde se sitúa el Banco Internacional de Pagos, la entidad que establece guías globales de regulación financiera y que celebró su reunión general anual también aquellos días. Allá aprendimos sobre las experiencias de personas que luchan contra el extractivismo fósil y por la preservación de sus medios de vida en Uganda, Argentina, Colombia, México, Perú, Canadá, Senegal, Filipinas y Sudáfrica. En este encuentro quedaron patente los métodos neocoloniales usados para perpetuar un sistema que va en contra de la vida y el planeta.

Durante cuatro días en Basilea activistas de todo el mundo discutieron la necesidad de acabar con la financiación de proyectos que explotan combustibles fósiles. También sirvió para tejer redes entre activistas del norte y del sur global. Las redes de ayuda mutua y apoyo son esenciales, tanto en el activismo elegido como en el obligado. El reconocimiento del privilegio de quienes luchamos desde el norte global es esencial, así como saber orientarlo hacia las campañas de solidaridad como altavoz para esas personas que son visible y directamente afectadas por nuestro sistema es lo que forma un ecologismo interseccional.

“La única lucha de nosotros como humanidad es la lucha por la vida, por el territorio, porque nosotros, seres humanos y naturaleza, somos un solo elemento”

Aunque la crisis climática sea un problema global con soluciones extremadamente locales, el generar lazos y las campañas solidarias entre personas que vienen de contextos más seguros y privilegiados y aquellas que luchan en las primeras líneas son fundamentales para visibilizar las luchas ocultadas en los medios de comunicación y educación del norte global. Que haya sido uno de los pocos eventos a gran escala en Europa en el que se ponga en el centro a las comunidades indígenas debería servir de ejemplo y motivación para que otros movimientos, más allá de End Fossil Finance, tengan iniciativas similares.

“La única lucha de nosotros como humanidad es la lucha por la vida, por el territorio, porque nosotros, seres humanos y naturaleza, somos un solo elemento”, dijo Paulo Añokazi, abogado, profesor, parte de la comunidad indígena Uitoto y secretario técnico de la Mesa Permanente de Pueblos y Naciones Indígenas de Colombia. Su pensamiento colectivo es muy distinto del predominante individualista de Europa al hablar siempre en la segunda persona del plural . “Siempre uso la palabra ‘nosotros’, porque yo solo no soy nada”, explica. “Yo soy un puro mensajero que viene a transmitir el daño que le están haciendo a mi comunidad y a la Tierra. Mientras no se entienda que todos nosotros incluida la Tierra somos solo uno, no vamos a poder proteger ni el planeta ni nuestras comunidades”, contestó al transmitirle cómo de relevante nos parece esto desde Juventud por el Clima, ya que hace evidente que su activismo viene desde una perspectiva colectiva.. Por esta misma razón, nosotras también hablamos desde el “nosotras”.

Si el derrame de más 9.000 barriles de petróleo hubiera ocurrido en las costas españolas y no en Perú, Repsol no hubiera salido impune, considera María Elena Foronda

Paulo Añokazi ha apoyado importantes procesos como el Plan de Salvaguarda del Pueblo Uitoto en el trapecio amazónico, el fortalecimiento de la Jurisdicción Especial Indígena y el reconocimiento de los 16 Sujetos de Reparación Étnica Colectiva de la Amazonía, así como la implementación de medidas de reparación. Muchas corporaciones internacionales quieren operar proyectos extractivistas en territorios indígenas, desplazando a la población y destruyendo los medios de vida de miles de personas, por eso su trabajo es fundamental. En el Foro de los Pueblos aparecieron nombres de empresas que lideran estos proyectos, son grandes empresas mineras y de comercio de materias primas, como Glencore (Suiza), BHP Billiton (Australia) y AngloGold Ashanti (Inglaterra). Estas entidades suelen actuar con impunidad, casi siempre al margen del Gobierno colombiano. Las personas que se oponen a estas operaciones se juegan la vida: Colombia es el país con mayor número de asesinatos de defensores del medio ambiente en 2022, 60 personas.

En el encuentro también se escuchó el nombre de grandes empresas con sede en España, como es Repsol. Macedonio Vázquez, secretario general del Sindicato de Pescadores Chimbote, y María Elena Foronda, activista en Natura, instituto ambientalista de Perú, contaron cómo se vivió el derrame de más de 9.000 barriles de petróleo en la costa peruana de Ventanilla en el año 2022. Este desastre ocurrió, según explicaron, por problemas de mantenimiento y mala operación de esta empresa. La comunidad pesquera artesanal de un área de más de 10.000 kilómetros no podrá pescar ni consumir pescado en los próximos 22 años. También explicaron que este tipo de catástrofes son limpiadas muchas veces por niños y niñas, sin medidas de seguridad y por salarios casi nulos.

Macedonio Vázquez, que lucha todos los días contra la pesca de arrastre y las problemáticas ambientales que afectan directamente a la economía local, contó las consecuencias de estos derrames y cómo están viviendo los pescadores esta situación y recalcó la importancia de los sindicatos para defenderse unidos de las grandes corporaciones. María Elena Foronda recuerda que si esto hubiera ocurrido en las costas españolas, Repsol no hubiera salido impune. Lo ocurrido en Ventanilla se ha llevado por delante la biodiversidad del lugar, dañando seriamente dos áreas protegidas, la Zona Reservada de Ancón y los Islotes de Pescadores, perteneciente a la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, así como vidas, culturas y economía local. La solución, como Foronda remarcó, es cerrar la refinería porque “los derechos de la naturaleza y las personas no se negocian”.

Manifestación durante el Foro de los Pueblos de Basilea. / Foto cedida por las participantes

El Foro de los Pueblos tuvo como objetivo conectar estas situaciones con la financiación de bancos privados para proyectos extractivistas. Sin el apoyo económico, este tipo de planes en los que se explotan los territorios no serían posibles. Por eso, uno de los eventos finales fue una gran manifestación que ha acabado delante de la torre del Banco de Pagos Internacionales, con la entrega de nuestra petición y demandas a la dirección de la entidad.

Esto ha sido solamente el principio de la consolidación de unas redes esenciales para enfrentarnos a la citación de cada vez mayor emergencia. Son necesarios muchos más encuentros como estos para difundir los distintos extractivismos a los que distintas personas están expuestas. Sin embargo, el hecho de que esto haya tenido lugar y el resultado final haya sido una red significativamente mayor de la que teníamos antes es muy positivo y demuestra el potencial que tenemos para seguir luchando hacia el cambio. El reto ahora es continuar co-construyendo más espacios como estos para impulsar la concienciación de los distintos extractivismos alrededor del mundo y sus responsables, así como a quién están impactando.

Download PDF

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

Download PDF

Título

Ir a Arriba