El ‘masking’ en las adolescentes autistas
La mayoría de estudios sobre los Trastornos del Espectro Autista se han hecho con hombres lo que dificulta el diagnóstico temprano en niñas y provoca que lleguen a la adolescencia enmascarando lo que son, imitando comportamientos de otras personas.
La aparición de personajes neurodivergentes en las series y películas poco a poco es una realidad. Pero, ¿suelen ser mujeres autistas? Por el momento solo conozco una serie surcoreana: Woo, abogada extraordinaria. En esas películas y series tendemos a ver a hombres con pocas habilidades sociales y mucha inteligencia, pero no mujeres.
Las mujeres que tienen TEA (Trastornos del Espectro Autista) tienen un trastorno que altera su capacidad para comunicarse y relacionarse con otras personas, además de aparecer dificultades de procesamiento sensorial e intereses restringidos. Supongo que ahora mismo te vienen a la cabeza muchos personajes televisivos como Rayman, Sheldom o The good doctor. Aparte de su condición todos tienen en común que son hombres. ¿Esto significa que el autismo es algo predominante en hombres? Pues muchos investigadores han pensado esto, así que sus muestras eran muy desiguales, apenas había mujeres en ellas.
Pero, ¿por qué? De cada cuatro o cinco niños autistas solo se diagnostica a una niña. Si hablamos de Asperger, la proporción es asombrosa: solo hay un caso por cada diez hombres. Aquí me gustaría hacer un inciso: el Asperger se suele asociar a altas capacidades de forma histórica, aunque en realidad esto se debe a que, al tener intereses restringidos, las personas autistas se especializan en un tema y lo conocen a fondo. Es llamativa la diferencia tan asombrosa entre géneros, sobre todo en lo que llamamos autismos de alto funcionamiento, es decir los más autónomos.
Los resultados de muchos estudios están en cierta forma falseados, ya que no conocen la incidencia y las características de los TEA en la mitad de la población, la mitad femenina.
Se han hecho numerosos estudios sobre el tema y la representación en ellos era generalmente de una mujer por cada ocho hombres, con lo que sus conclusiones no son válidas para las mujeres. Es decir, los resultados de muchos estudios están en cierta forma falseados, ya que no conocen la incidencia y las características de los TEA (Trastornos del Espectro Autista) en la mitad de la población, la mitad femenina. En la última década se están haciendo muchas revisiones de ellos en los que la muestra femenina está representada de forma equitativa, como Suckle (2021), ‘DSM-5 and Challenges to Female Autism Identification’, e incluso estudios sobre mujeres autistas exclusivamente tal como hacen Carpenter, Happé y Egerton (2019) en ‘Girls and autism’.
Una de las razones por las que el diagnostico de las niñas es más tardío se debe al enmascaramiento o masking
En los últimos años han aumentado los diagnósticos de diferentes trastornos, y se oyen algunas voces que dicen que “antes no pasaba esto”, que “ahora hay muchos más niños con trastornos” . Supongo que son los mismos que dicen que antes se podía hablar de todo y ahora enseguida te cancelan. Siento desilusionarles pero siempre ha habido casos de TEA. Lo que pasa que antes no sabíamos ponerle nombre, daba miedo etiquetarse. A pesar de todos los estigmas que hay sobre ellos, ahora es más accesible el diagnóstico. A partir de los 18 meses es cuando se comienza a diagnosticar en los niños . En cambio, en el caso de las niñas a no ser que sea muy aguda su sintomatología, se les diagnostica más tarde y depende de su Cociente Intelectual, de la persona que evalúa, de las madres y padres, entre otros. Vamos, que el diagnóstico en el caso de las niñas se alarga en el tiempo mucho más que en el caso de los niños y esto hace que, mientras no se tenga diagnóstico, no se sepa cómo actuar y la pequeña sufra por no saber lo que le pasa.
Una de las razones por las que el diagnostico de las niñas es más tardío se debe al enmascaramiento o masking, que es una estrategia de socialización que utilizan particularmente niñas y mujeres autistas en la que se cohíben y usan su capacidad de observar reacciones, comportamientos y patrones de sus iguales para imitarlos. A sí logran integrarse y estar fuera del radar de los diferentes en muchas ocasiones.
Si la adolescencia asusta a todo el mundo, imagínate pasarla sin saber que tienes un diagnóstico, acostumbrada a enmascarar todo el día tus reacciones, tus comportamientos… Lo más común es que aparezcan otros síntomas como ansiedad, dificultades en la regulación emocional, depresión, problemas alimenticios o problemas de sueño, ya que estas consecuencias no están investigadas en profundidad. A veces incluso pueden llegar a ser más . En lo que no hay discusión es en la dificultad que tienen de verse a sí mismas. La adolescencia es un momento de cuestionamiento de todo lo que nos rodea, así que al juntarse con un enmascaramiento, se convierte en una bomba de relojería.
El masking es un arma de doble filo: por un lado, es una herramienta para encajar en la sociedad y evitar ser etiquetada y apartada ; por otro, genera pérdida de identidad
El enmascaramiento de las mujeres, la herramienta para complacer
Los diagnósticos tardíos producen en las mujeres fatiga social, dificultades con la reciprocidad socioemocional, ansiedad, depresión, pensamientos de suicidio y comportamientos autolesivos entre otros. Cuanto más tarde se haga el diagnó stico, más prevalentes serán estos síntomas. El enmascaramiento es agotador porque no pueden bajar la guardia en ningún momento. Todo esto se ve acrecentado si el diagnóstico se recibe ya en la etapa adulta, en la que descubrir lo que las sucede les abre, a estas mujeres, un mundo diferente, ya que comienzan a autoconocerse, aceptarse, perdonarse y validarse.
El masking es un arma de doble filo: por un lado, es una herramienta para encajar en la sociedad y evitar ser etiquetada y apartada ; por otro, genera pérdida de identidad, ya que se confunden entre lo que ellas son y lo que son las otras personas. ¿El enmascaramiento es innato o se trata de una respuesta adaptativa? ¿O es que la sociedad las empuja a ello? Históricamente, las mujeres hemos tenido menos libertades pero muchas más expectativas sobre nosotras mismas, ya que desde pequeñas se nos enseñas a complacer, a sonreír, a mirar a los ojos, a saber encajar… Básicamente, a enmascararnos. Por lo que no sorprende que las mujeres que tienen TEA usen este aprendizaje para crearse una coraza que impida etiquetarlas.
Ponerse una máscara es una manera de emborronarte. Se sabe que ahí hay alguien pero no se sabe muy bien quién y cómo es. Si la llevas puesta demasiado tiempo te puede pasar como a Jim Carrey en La máscara, que se apropia de ti y dejas de ser tu misma. Al final, se vuelve algo contra ti, una trampa. Las niñas y mujeres con TEA necesitan un diagnóstico apropiado y temprano para reconocerse ellas mismas, sin ser el reflejo de nadie y sin sufrir la incertidumbre de porque son así y no como el resto.
Nota de las editoras: algunas lectoras nos han señalado que no conviene hablar del diagnóstico temprano sin mencionar que es la puerta, en muchas ocasiones, a las violencias del psistema, como la medicalización o electroshock. Sabemos que es cierto, pero a veces no todas las perspectivas están recogidas en un mismo artículo. Por eso, dejamos por aquí otros artículos que hemos publicado sobre el tema como El yugo de la psiquiatría o Gestión colectiva del malestar para hacer la revolución.