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“Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros” El feminismo ante el reto de la discrepancia
¿El feminismo debería posicionarse en contra de la gestación subrogada? ¿Hay entre tantas voces críticas, alguna que defienda este procedimiento?
Violencia ‘luz de gas’: “Desaparecí, y no sé cuándo”
El llamado 'gaslighting' es un mecanismo de violencia psicológica con el que el abusador altera la percepción de la realidad de la víctima, haciéndole dudar de su memoria, su percepción o su cordura.
El día en que ESO me pasó a MÍ
“El viernes salí, sospecho que me drogaron e intentaron abusar de mí”, dije al policía. Tenemos miedo a la violación pero pensamos que es algo que les pasa a las otras. Hasta que me pasó a mí. Ahora me niego a que se convierta en un tabú, en una jaula.
Embarazos en diferido
No hay cifras oficiales, pero se calcula que alrededor de 1700 bebés de familias del Estado español nacen cada año a través de la gestación subrogada. Mientras partidos políticos, y movimientos sociales se enrocan en un debate ético, las personas interesadas pelean por cumplir su sueño: crear una familia
Nire amesgaiztoetako lodia
Emakumeoi ezartzen dizkiguten edertasun-kanonek banaka konpondu ezin diren zenbait arazo sortzen dituzte, eta horiek errazten dituzten gizarte-egiturak ulertuz eta salatuz baino ezingo ditugu ebatzi
La gorda de mis pesadillas
Los cánones de belleza que nos imponen a las mujeres generan problemas que no pueden ser solucionados individualmente sino comprendiendo y denunciando las estructuras sociales que los favorecen
‘CIStius, altius, fortius’: Medallas olímpicas a la normatividad
En la antesala de los Juegos Olímpicos de 2016, una ciclista canadiense lleva al Comité Olímpico Internacional (COI) a juicio y un triatleta estadounidense compite por primera vez en una prueba mundial. Pese a las trabas del COI y de las federaciones, las deportistas trans e intersexuales revolucionan la concepción del género en las competiciones y el deporte mismo.
“Mis padres me comparaban con gente exitosa y perdí el norte”
Acompañamos a una lectora que se siente estancada, sin objetivos que le ilusionen. Su experiencia, atravesada por la presión social y familiar de “tener que hacer algo”, nos sumerge en dos grandes retos: buscar nuestra orientación profesional y encontrar nuestro lugar en el mundo.
Amor
Mi nueva razón de vivir son un puñado de gordas que me traen por el camino de la dulzura. Cuando nos conocimos, se dio esa impresionante conexión que te hace sentirte hermanada. Fue la rehostia. Como si nos conociéramos de siempre. Como si lleváramos toda la vida queriéndonos.
“Sí, me siento bloqueada. Y mucho”
Una lectora que se encuentra en desempleo y recién separada nos pide claves prácticas para “encontrar nuestro propósito en la vida cuando sientes un bloqueo de un tamaño superior a los recursos internos de los que dispones”.
El ‘coaching’ pide a gritos sus gafas violetas
Estrenamos consultorio sobre desarrollo personal de la mano de Beatriz Villanueva. En este artículo introductorio nos ilustra qué plantea el 'coaching' feminista: acompañar procesos de empoderamiento sustituyendo la visión individualista y meritocrática por un enfoque que tiene en cuenta el género y otros condicionantes socioculturales.
¿La vida bucólica es la vida mejor?
Quiero pedir un fuerte aplauso para esas personas que deciden pasar de malos humos y cláxones, por haberse marchado a coexistir con vistas a las estrellas, tomates no transgénicos, pasifloras y leña para el invierno. Yo lo he intentado, pero en este momento no ha podido ser.
Sobre-peso, y sobre-no-peso
"Sé que toda esa gente que nos valora más cuando somos menos gordas, lo hace por nuestro bien y nunca porque los estándares de belleza del siglo XXI actuales les influyen. Sé que los comentarios por mi salud, no son gordofobia sino consejos responsables". María Unanue ironiza sobre la gordofobia.
Patetismo hardcore o bienvenida a la vida real
Este artículo no pretende ser esperanzador, ni alegre, ni fresco, ni veraniego. Mis fobias sociales crecen por momentos. No tengo un duro. Me siento socialmente muy presionada para hacer algo útil con mi vida y cumplo 31 años. ¡¡Socorro!! Nunca he sido yo de las que se asustan con las crisis impuestas desde fuera, pero este golpe bajo de los 30 a los 31 es tan mierdamente cliché que no me lo esperaba por nada del mundo.
No compres, adopta
Soy madre primeriza de una bolita de pelo negra. Estoy monógamamente enamorada de ella, Anais, así que os cuento los fascinantes descubrimientos que una puede llegar a hacer gracias a la maternidad perruna.
(Me) corro (la voz)
Hasta los 19 años, sólo tenía orgasmos cuando comía patatas fritas con kétchup. Le reproché a mi madre no haberme hablado del clítoris y haberme ahorrado así el sufrimiento de los orgasmos fingidos. Ahora también sé que las personas con vagina tenemos próstata y eyaculamos. Como dice Diana Pornoterrorista, hay dos maneras de vengarnos del silencio al que han sumido a nuestros coños: corrernos a chorros y contarle esta posibilidad a todo el mundo.
¿Hay que pensar antes de hablar?
Sin comerlo ni beberlo, empecé este 2015 trabajando para un centro católico concertado con selfies de nuestro salvador Jesucristo en la parte superior de la pizarra. Por si el hecho de que un colegio religioso elija a una lesbiana armarizada con personalidad muy rara no fuera suficiente, debo añadir que soy inmensamente feliz trabajando ahí.
Veo Gran Hermano
¿Soy la única en la sala que decide dedicar sus jueves y domingos por la noche a observar a una fauna cuyos comportamientos en ciertas burbujas feministas creíamos abolidos y penados por ley? No lo defiendo, no me gusta porque sea televisión de calidad, ofrezca modelos ejemplares o me haga aprender sobre mí misma. Me gusta porque me entretiene.
Movil-ización
Laura Pausini en su día fue una visionaria: “Ya no responde ni al teléfono, pende de un hilo la esperanza mía, yo no creí jamás poder perder así la cabeza por él”. Que conste que ÉL es el teléfono. No se refería a ningún maromo.
Miss-celánea
El verano llega a su fin. Todo el mundo sabe que septiembre es la muerte. Sobre todo hoy. Estoy en mi día tres de regla, retorciéndome de dolor como si fuera una gusana a punto de no convertirse en mariposa. Más bien soy una Mari-Sosa. No quiero hablar. No quiero salir a la calle. No quiero nada.