Cuatro veces: la primera era ilegal y estuve a punto de morir
La clandestinidad fue la que me mantuvo en agonía y la cual no la deseo a nadie
La clandestinidad fue la que me mantuvo en agonía y la cual no la deseo a nadie
Y muchas otras lo sé. Falto porque yo aborté este verano. Tengo 37 años, dos hijas, trabajo y pareja estable.
Las lectoras de Pikara cuentan sus experiencias de interrupción voluntaria del embarazo, vivencias diversas que coinciden en destacar la satisfacción de haber decidido sobre sus cuerpos y sus vidas
¿Fue por dinero? No. ¿Porque quería seguir estudiando? No. ¿Porque no quería dejar de trabajar de camarera? No. Sencillamente fue porque NO QUERÍA.
Aborté en la primavera de 2009, con 20 años de edad. Fue una decisión fácil, desde que vi el resultado en el test de embarazo no me cupo duda de lo que tenía que hacer, aunque me realicé una segunda prueba en compañía de una amiga para estar completamente segura. La primera y única pastilla del día después que me había tomado no había hecho efecto, mala suerte.
Yo he abortado. Sí, lo he hecho. Y lo digo. ¿Te apetece seguir leyendo?
En cuanto le comuniqué el positivo del primer test empezó a dejar de contestar a las llamadas o a los mensajes
Fue antes de la despenalización del aborto en Portugal. El ginecólogo me dijo que un bebé es un regalo.
Me quedé embarazada con 36 años. Con pareja estable y trabajo más o menos. Años antes quería haber sido madre, pero no vi el momento propicio.
Mi conflicto y mi dolor sólo vinieron por el hecho de ser juzgada y condenada vilmente por mi entorno
Hace unos cinco años me quedé enbarazada por un fallo con el presevativo. La que entonces era mi pareja y yo, llevábamos tan solo un [...]
Esta es una historia menor, no es de un aborto, es la historia del pequeñísimo gesto de tomarse la pastilla del día después en dos años distintos.
Yo me fui de fiesta a mediados de febrero, las pastillas ese finde fallaron (supongo que porque me las tomé más tarde) y al cabo de un mes, sabía que estaba embarazada.
Es una experiencia dura físicamente, que te deja agotada, débil y dolorida. Pero lo peor es no poder contarlo.
Tuve un embarazo gemelar monocorial (misma placenta), y tuve que decidir si seguir adelante con gran riesgo de perder a las dos o de que Violeta luchase cada día por sobrevivir, o asegurar la vida de Iris.
La ministra de Salud de El Salvador, María Isabel Rodríguez, se desmarcó de la posición del Gobierno saliendo en defensa de Beatriz
El caso de Beatriz evidenció que la actual ley de aborto supone un callejón sin salida para las mujeres en El Salvador, un país con altos índices de violencia sexual y embarazos en adolescentes.
Ante el Día Internacional por la Despenalización del Aborto, Mugarik Gabe resume las reflexiones compartidas en el Tribunal de los Derechos de las Mujeres
Ania Yoel cuenta la invisibilidad, discriminación y estigma específicos que vive como bisexual
Delirium tremenda cuenta su sorpresa como feminista que descubre el BDSM