El antigitanismo que nos define
El pueblo gitano, uno de los más antiguos y más extendidos de Europa, lleva sufriendo 600 años de estigmatización, exclusión y marginación, mientras gran parte de la población paya miramos para otro lado.
El pueblo gitano, uno de los más antiguos y más extendidos de Europa, lleva sufriendo 600 años de estigmatización, exclusión y marginación, mientras gran parte de la población paya miramos para otro lado.
Hace poco se anunciaban las nominaciones a los premios Goya con una absoluta y notoria ausencia de mujeres. Entre los hombres se teje una red, sutil pero patente, que deja fuera a muchas mujeres de distintos ámbitos culturales y artísticos.
La santa Hildegarda de Bingen introdujo lúpulo en la bebida, creando la cerveza tal y como la conocemos hoy en día.
La visibilidad de las relaciones lésbicas sigue siendo una asignatura pendiente. Los medios de comunicación se muestran sorprendidos o silencian muchos romances entre mujeres.
Un dictador que ha tenido una escultural sepultura durante décadas va a ser ahora dignamente desenterrado, con flores, rezos y, seguramente, algún ‘viva’. Muchas de las personas a las que asesinó su régimen ni siquiera podrán tener ese privilegio; porque no están, son polvo, son cenizas, son apenas un olor o las púas de un peine desdentado.
Hay casi 300 niños y niñas en palestinos, de entre 12 y 18 años , juzgados bajo leyes militares en cárceles de Israel. Los menores “son interrogados como los adultos, sin abogados, sin sus padres. Y se usa la tortura para que hablen”, explica la abogada Sahar Francis.
Las escritoras y lectoras del género romántico crean un espacio en el que construir sus deseos y su sexualidad.
Nuestros ejes de reivindicación no pueden ser burbujas aislantes: hay que articular las luchas.
Las tiranías que nos atan a las mujeres no son la copa menstrual o la lactancia, sino sabernos juzgadas por nuestras elecciones sobre nuestros cuerpos.
El feminismo y el activismo LGTBI encuentran nuevos referentes en las redes sociales.
Cuando hay falta de agua son las mujeres las más perjudicadas, las que buscan soluciones para que el vital líquido no falte a la familia. Sin embargo, las políticas sobre el agua se diseñan y dirigen con una visión técnica y masculinizada que obvia las necesidades y aportaciones de las mujeres
Conocer nuestra historia es imprescindible para seguir caminando juntas hacia el objetivo final: vidas libres de violencia.
Las cárceles son cosa de hombres: las mujeres representan el 7,6% de la población reclusa del Estado español.