Toes somos pisapraos (a pesar nuestru)
Nun se sabe qué ye peor: ver dende casa cómo’l turismu too lo roye o les poques posibilidaes qu’hai d’evitar participar d’eso en poniendo un pie fuera.
Nun se sabe qué ye peor: ver dende casa cómo’l turismu too lo roye o les poques posibilidaes qu’hai d’evitar participar d’eso en poniendo un pie fuera.
A quien como yo no tiene ni un coche, ni un trabajo reconocible, ni una fuente de ingresos, ni una relación estable, le es difícil no sentirse una outsider todo el rato en un universo pensado para la identidad productiva.
El sistema educativo está hecho para excluir a las personas pobres y migrantes, para mantenernos siempre en la exclusión y que no subamos ningún escalón.
Tenemos muchos aprendizajes pendientes como sociedad antes de que el suicidio y sus cifras vayan a dejar de ser un problema. Aprendizajes a la hora de acompañar el sufrimiento psíquico, la locura, el dolor, en cómo escuchar y sostenernos juntas.
Con la sentencia a seis sindicalistas de CNT Xixón parece que no solo se atacan las herramientas de solidaridad de la clase trabajadora, sino también un modelo sindical que aboga por las secciones sindicales y no por los comités de empresa.
La relación nieta-abuela, al contrario que la de madres e hijas, está poco explorada. Quizás no es tan estructural ni tan presente, pero sí esencial para la tierra y las raíces de nuestra infancia, para el abono de nuestra identidad y para la melancolía de nuestra adultez.
Ni el Gobierno marroquí ni el español esperan una reacción social de calado tras el asesinato de una mujer en la frontera porque creen que la asesinada era una sin nombre, una donnadie, alguien que no nos importa. De nosotras depende demostrar hasta qué punto se equivocan.
En muchas ocasiones, personajes de razas no blancas han sido interpretados por personas blancas sin que se desatara la polémica que sí está habiendo con una sirenita afroamericana.
Crece el interés de los hombres por deconstruirnos y, con él, la demanda de lecturas feministas. ¿Es interesante que leamos sobre masculinidades y a otros hombres o esto vuelve a perpetuar la mirada androcéntrica?
Reflexión sobre el feminismo hegemónico blanco y sus jerarquías raciales para una mujer de sinodescendiente, a partir del libro de Rafia Zakaria, ‘Agains white feminism’.
Cuando la modelo Sian Lord exhibe su pierna ortopédica a conjunto con su atuendo, lo que está haciendo es invitar a que las miradas de soslayo se traguen la hipocresía
Una perspectiva juvenil sobre teorías y prácticas colectivas.
Las agresiones y el acoso sexual no siempre parten de los hombres. En ocasiones, las mujeres reproducimos dinámicas y estereotipos machistas que hieren transformando espacios seguros en lugares hostiles. Frente a la falta de referentes, reclamo y reflexión.
En un crucero como el que te puedes permitir está “todo incluido”. Todo lo “quiero y no puedo” que puede ser algo en el capitalismo. Ilusión y lujo que no provoca mucha ilusión ni es, en realidad, muy de lujo.
¿Y si dejamos de echar balones fuera y hacemos del deporte un auténtico amplificador de los valores de igualdad e inclusión?
La polarización en el debate sobre la prostitución ha barrido a las abolicionistas que se sitúan en los grises y que, sobre todo, no defienden posturas transexcluyentes ni punitivistas.
Akaso, estudio txiki, xume eta estuegiak izan daitezke, baina, aniztasun, indarrez eta elkartasunez eraiki nahi den mundu justuago baten konkistarako jaioak dira. Irrati libreak.
La lucha antirracista tiene un largo recorrido que la mayoría de las personas blancas ignoramos. Ha sido el hogar que ha sostenido la resistencia de las personas negras y afrodescendientes en distintas latitudes, un hogar que han creado y les pertenece y al que debemos acercarnos con verdadero respeto, y no con ese respeto impostado ni todo ese aparato de fragilidad.
Se analiza la natalidad como una cuestión de estado pero no como un problema social: muchas mujeres que eligen ser madres no podrán serlo.
La repetición de imágenes de cuerpos no blancos agredidos lleva a deshumanizar tanto a esos cuerpos como a quienes las ven. Ante estos ataques conviene criticar al sistema, no normalizar en el imaginario que ciertos cuerpos pueden recibir violencia.