Cruising. Sexo marica fuera de campo
En un mundo interconectado, el encuentro al abrigo de parques, matorrales, servicios y estaciones, ¿sigue vigente en la comunidad gay?
En un mundo interconectado, el encuentro al abrigo de parques, matorrales, servicios y estaciones, ¿sigue vigente en la comunidad gay?
Las cárceles son lavaderos. Así las llaman las personas LGTBIQA+ latinoamericanas que han sobrevivido a procesos de violencia, castigos de reconversión y discriminación entre rejas. La exclusión les acerca las puertas de los centros penales. Pero en la entrada esperan también compañeras organizadas que son familia, arte y sanación
Las mayoría de las víctimas de trata con fines de explotación sexual son mujeres de países empobrecidos que han de recurrir a las mafias para poder migrar debido a la política de cierres de fronteras. Los mismos partidos políticos que han convertido esta problemática en una prioridad global, raramente afrontan sus causas.
Mientras el mar gallego sigue sufriendo las consecuencias de desastres medioambientales que se suceden cada vez más a menudo, las mujeres se dedican a limpiar y cuidar (también) las playas ante la inacción de las instituciones.
Si pensamos en una espía, es fácil que nombremos a una bailarina neerlandesa: Mata Hari. Pero lejos de este mito, otras mujeres con nombres mucho menos conocidos tradujeron su compromiso político en arriesgadas tareas de información con el fin de desbaratar a países enemigos.
¿Puede la actividad física estimular la reinserción dentro y fuera de la cárcel? Investigadoras y participantes de este tipo de programas constatan el potencial rehabilitador y reeducador del deporte mientras luchan contra las trabas de la burocracia y la pasividad institucional.
La práctica de la rebusca, habitual en Extremadura y Andalucía, está desapareciendo. A la par que los grandes capitales entran en el campo, se está produciendo una expulsión de las clases trabajadoras.
Gloria Rivera cuida a su hija que tiene discapacidad. María de la Merced Hernández, a dos nietos y a los animales de la calle de su comunidad rural, mientras es trabajadora remunerada del hogar. Estas son sus historias, pero también las de los malabares casi imposibles de la conciliación en El Salvador, donde las políticas aprobadas no llegan aún a quienes las necesitan.
La falta de estudios y el estigma que reproducen los medios de comunicación sobre las personas con síndrome de Diógenes silencia la realidad de quienes conviven con problemas de acumulación.
Mujeres alquilan su vientre en redes sociales y grupos de WhatsApp en busca de sortear la comisión que se llevan las agencias. Además de un espacio de compraventa, estos foros se convierten en un lugar de acompañamiento las implicadas en un proceso que suele ser muy solitario.
"Santa Marta se ha convertido en víctima de todo este actuar gubernamental", denuncia Vidalina Morales, una de las lideresas de esta comunidad de El Salvador.
Ante los nuevos movimientos del Gobierno de El Salvador, la comunidad de Santa Marta teme que se derogue una legislación única en el mundo que prohíbe, desde 2017, la minería en el país centroamericano.
Santa Marta es de las pocas comunidades de El Salvador con una propiedad colectiva de la tierra, además cuentan con unos altos niveles de organización. Este reportaje aborda la historia de la comunidad.
Las mujeres con diagnósticos psiquiátricos se enfrentan a grandes dificultades cuando deciden ser madres y para disfrutar de su sexualidad. Las instituciones, lejos de ofrecer el apoyo que necesitan, acaban configurándose como una traba.
Alejandra Holzapfel y Haydee Oberreuter, sobrevivientes de tortura durante la dictadura chilena, son dos de las caras de la labor de visibilización de la violencia contra las mujeres, especialmente de la violencia sexual y el aborto forzado como un tipo específico de tortura.
Tres cuartas partes de las personas que cobran pensiones no contributivas, las de menor cuantía, son mujeres. Colectivos feministas reclaman cambios en el mercado de trabajo para romper esta brecha de género.
Durante los últimos meses la comunidad queer libanesa está siendo atacada por discursos y comportamientos de odio a diferentes escalas. Colectivos de activistas ven detrás de esta escalada la sombra de un poder dispuesto a todo para desviar la atención, en un contexto interno candente.
La campaña difundida por Emakunde en torno al 25 de noviembre alerta de que la pornografía es una escuela de violencia sexual. Expertas critican que el mensaje institucional contrasta con la falta de compromiso para implementar la educación sexual integral en el currículum educativo.
El modelo médico de atención a la transexualidad se ha basado en la patologización y en la exclusión de las personas con diagnósticos psiquiátricos. Las conexiones entre el activismo loco y trans señalan la violencia del diagnóstico y animan a revisar el cuerdismo en el activismo queer.
El Estado peruano no ha investigado la dimensión del odio. No sabe cuántas fueron las víctimas LGBTIQA+ en la Amazonía. Este reportaje recoge testimonios inéditos de personas trans y homosexuales que resistieron a los años del terror, pero también narra la continuidad de la violencia contra los colectivos de la diversidad sexual a manos de nuevos verdugos.