Pocas veces se habla de la familia en relación al trabajo y se propone como lugar de intimidad cuando es la unidad básica de esta sociedad: la razón por la que se supone que hemos de desear trabajar y por la que podemos ir a trabajar.
Nun se sabe qué ye peor: ver dende casa cómo’l turismu too lo roye o les poques posibilidaes qu’hai d’evitar participar d’eso en poniendo un pie fuera.
En muchas ocasiones, personajes de razas no blancas han sido interpretados por personas blancas sin que se desatara la polémica que sí está habiendo con una sirenita afroamericana.
Las feministas queremos acabar con la familia, dicen desde la derecha. Pero nos ha costado cuatro capítulos del curso llegar hasta el meollo... ¿de qué hablamos cuando hablamos de abolir la familia? Nos lo cuenta Sophie Lewis.
Acompañadas por Iria Vázquez Silva, falamos de urbanismo feminista. Hablamos de repensar los espacios y para qué están pensadas las ciudades.
Se analiza la natalidad como una cuestión de estado pero no como un problema social: muchas mujeres que eligen ser madres no podrán serlo.
Gero eta marka gehiagok adierazi nahi dute, publizitatearen bitartez, «feministak» direla; «iraunkorrak» direla adierazteko darabilten arinkeria berdinarekin egin ere, askotan. Halako garbiketen bidez, eskaera sozialak merkantilizatu nahi dituzte.
Sara Boureiyi, activista antirracista, feminista y ecologista, habla de que la conexión entre racismo, ecologismo y feminismo es estrecha. Por eso, asegura, las más perjudicadas y las grandes luchadoras (invisibilizadas) son las mujeres racializadas.
La economista italiana Antonella Picchio expone sus teorías sobre la reproducción social y la distribución de la renta. “Las mujeres son pobres porque no las pagan por lo que hacen”, afirma.
Si hablamos de poner la vida en el centro, el punto de partida común es comprender que hay un conflicto capital-vida.
Los estudios muestran que los y las trabajadoras no concilian mejor por teletrabajar desde casa, sino que las mujeres que teletrabajan recurren a reducir las horas que le dedican al trabajo para poder conciliar, a cambio de menos ingresos y un deterioro de su carrera profesional.
La economía feminista trabaja en la idea de la necesaria cooperación público-comunitaria para organizar socialmente los cuidados.
La disputa cultural debe prestar atención a todo aquello que está mostrando que la identificación entre vida y capital está fallando: ansiedad, tristeza, falta de sentido, cansancio, estrés, aceleración, vacío… Estas experiencias son invisibilizadas al ser leídas como problema individual y silenciadas porque son expresión de una fragilidad que tratamos de no mostrar.
En la mina de oro de Kadumwa, situada en la República Democrática del Congo, las mujeres tratan de conseguir el control de algunos pozos de mineral, normalmente en manos de hombres, para lograr mejores condiciones laborales en un contexto de explotación sistemática.
Uno de los objetivos de esta declaración es ampliar y profundizar en el debate rural, agrario y alimentario para explicitar la raíz del problema: el sistema capitalista.
La aplicación Femme au Fone, coordinada por un grupo de periodistas congoleñas, permite a mujeres de la provincia de Kivu Sur, en República Democrática del Congo, denunciar agresiones como violaciones y acusaciones de brujería vía SMS incluso desde las comunidades rurales peor comunicadas.
El defecto de la gorda va más allá de la corporalidad: el cuerpo se convierte en un reflejo de la incapacidad para transformarse.
Las II Jornadas por un feminismo sindicalista, celebradas este febrero en Madrid, recogen las voces de las más precarizadas y abogan por la organización estatal, una organización intersindical que articule las luchas de los territorios.
El defecte de la grossa va més enllà de la corporalitat: el cos es converteix en un reflex de la incapacitat per a transformar-se.
El modo de vida imperial consume una cantidad de materia y de energía por encima de sus posibilidades. En un escenario limitado del que no puede desacoplarse la economía, la mejor forma de energía no es la que se ahorra a través de la modernización, sino la que no se demanda como fruto de una transformación voluntaria y comunitaria del modelo de desarrollo.
