Comer fresas o no, el (sin) sabor de la falta de derechos
Ante los casos de explotación laboral y sexual que han sufridos varias temporeras marroquíes durante la recogida de la fresa, la autora reflexiona sobre el consumo de estos frutos rojos.
Ante los casos de explotación laboral y sexual que han sufridos varias temporeras marroquíes durante la recogida de la fresa, la autora reflexiona sobre el consumo de estos frutos rojos.
La autora analiza la relación con su huerta y la importancia de nutrir el suelo con abonos naturales, provenientes de la ganadería extensiva.
Nasreen Sheikh pide que todas nos involucremos para cambiar la forma de producir y comerciar con bienes hacia un modelo respetuoso con los derechos de las personas y el medioambiente.
El feminismo no se puede comprar porque la emancipación no está en venta.
¿No sabes qué vas a regalar estas navidades? ¿Ya tienes todos los ejemplares y todas las bolsas de Pikara en papel? Entonces os compartimos una selección de artículos menstruales para regalar (o regalarse) en estas fechas.
Este sistema para una concepción integral de la agricultura entró en la isla en 1993 a través de una brigada de solidaridad australiana. Hoy, más de 1.200 agricultores y agricultoras cultivan –y viven– bajo parámetros de cooperación, sostenibilidad y no agresión a la naturaleza. La necesidad propicia algunas de sus prácticas: aprovechamiento de recursos, reutilización, reciclaje y consumo responsable.
La venta ambulante ha permitido a los gitanos, pero especialmente a las gitanas, desempeñar una actividad laboral por cuenta propia, sin que nadie les esclavice ni les haga cambiar su manera de vestir o de hablar. Pero el siniestro pacto entre el antigitanismo institucional y el capitalismo devastador la han asfixiado.
Más allá de comprar y vender, la alimentación es un acto político que se vive y se cocina en el ámbito privado.
Adaptación del reportaje de Keren Manzano “Los rotos de la industria fashion” a los criterios de lectura fácil (LF) por Lectura Fácil Euskadi Irakurketa Erraza. Recomendamos su lectura en un ordenador por su mejor adaptabilidad.
¡Qué ricas las fresas! Solas, con nata, en batido... Una empresa de fresones de Huelva ha ofrecido patrocinar a nuestras queridas cómicas feministas. Pero estas fresas se nos indigestan porque han sido recolectadas por jornaleras en situación de explotación que han denunciado abusos sexuales.
Ecológicos, veganos o económicos. ¿Cómo conciliamos juguetes eróticos con nuestros criterios de consumo responsable? Damos algunas ideas.
Kalpona Akter, activista y sindicalista bangladesí, habla sobre los cambios en las condiciones laborales de las trabajadoras textiles cinco años después del derrumbe del edificio Rana Plaza.
Iberdrola, investigada por alterar el precio de la luz, que corta el suministro a personas precarias y que genera importantes conflictos y problemas medioambientales en América Latina, patrocina desde hace meses el fútbol femenino. ¿Este patrocinio es el que explica el auge del fútbol femenino o su actual visibilidad se corresponde con una transformación de mayor calado deportivo y social?
Ha empezado una nueva fase de articulación feminista global que busca romper la fragmentación que nos ha impuesto el capitalismo y el neoliberalismo.
Todo el barrio conoce a doña Antonia, que hace casi 30 años fundó, junto a varias vecinas, una asociación de artesanas. Ha sido ministra de Desarrollo Productivo de Bolivia.
Más de 130 mujeres de todo el Estado se han reunido en el primer congreso de género y energía para proponer alternativas al actual sistema energético. Un modelo con enfoque de derechos, descentralizado, renovable y que tenga en cuenta la vida son las pautas que debería asumir la transición energética.
Las tres o cuatro horas que dura el guiso dan para mucho: las cuñás, las primas, las sobrinas, las tías, las hermanas, las hijas, las madres, las abuelas reforzamos la sustancia del potaje, un potaje que año tras año es la excusa tradicional del empoderamiento, de la sororidad, de la hermandad de la pejnalipen, un momento esencial del año, insólito y primordial.
Las mujeres de trabajadores de Coca-Cola se involucraron hace cuatro años en el campamento contra el cierre de la fábrica de Fuenlabrada (Madrid). Ahora presentan un villancico alternativo para estas fiestas y afirman que sus protestas siguen siendo más necesarias que nunca: “Debemos ser un ejemplo. Es un antes y un después en la lucha obrera”, dicen.
El sector energético, que sigue en manos masculinas, enriquece a unos pocos mientras empobrece a muchas
Hablamos con Cesca Badal, de La bioFranquesa, de la transformación de la agricultura en la zona de costa de Castellón, de compaginar huerta y crianza y de los trabajos invisibilizados.