Defender la tierra: peligro de muerte
117 personas han sido asesinadas en el mundo por cuidar el medioambiente, según recoge el informe anual de Global Witness.
117 personas han sido asesinadas en el mundo por cuidar el medioambiente, según recoge el informe anual de Global Witness.
Pertsonei euren lurraldeetan bizitzea galarazten dieten eta planeta suntsitzen duten politiken aurka gaude. Kanporatzeak eragiten dituzten arrazoietan erantzukizunak hartzeko garaia da, bai eta leku seguru bat zein nazioarteko babesa bermatuko dituen mekanismoak martxan jartzekoa ere.
Nos pronunciamos contra las políticas que impiden la vida de las personas en sus países de origen y devastan el planeta. Es hora de asumir responsabilidades en las causas que provocan su expulsión y de habilitar mecanismos que les permitan alcanzar un lugar seguro y recibir protección internacional .
La Protección Integral Feminista es un pacto que viene del aprendizaje de la resistencia de las defensoras de los pueblos originarios y de muchas mujeres que han luchado desde los distintos movimientos sociales de Mesoamérica.
Esta abogada, Premio Nacional de Derechos Humanos en Colombia y especializada en los derechos de las mujeres rurales, vive un exilio temporal en Bilbao: “Yo trabajaba con personas victimizadas y ahora soy una”.
Durante el mismo año, se contabilizan 4.803 agresiones contra defensoras de derechos humanos en Mesoamérica, según datos preliminares de la IM-Defensoras.
Los patrones de judicialización de la solidaridad en Europa y su utilización contra el derecho a migrar y al asilo han provocado que un achicamiento del espacio cívico en los países de la UE.
La defensora hondureña del río Guapinol tuvo que dejar su país por su seguridad en 2019. Tras conseguir el asilo político, vive en Basoa, una casa independiente y comunitaria para activistas en el valle de Arratia (Bizkaia), desde donde continúa su lucha.
En Canadá y Estados Unidos, unas 10.000 mujeres nativas permanecen desaparecidas o sus muertes violentas siguen sin esclarecerse. Asociaciones como Red Ribbon Skirt Society luchan contra el trauma histórico, la invisibilidad y el limbo jurisdiccional.
Barrio de Ituzaingó, en Córdoba, Argentina, un ejemplo de defensa frente a la violencia.
La sanadora maya apunta que la sostenibilidad política de los feminismos tiene que abordar la relación con los territorios: “Acuerparnos es enunciar las violencias machistas contra la tierra”.
Mayra Acuña y Ángela Ocampo, activistas feministas de Colombia y sobrevivientes de violencia machista, han creado su propio colectivo después de pasar más de 20 años en organizaciones mixtas.
Esta maya q’eqchi’ de Guatemala es la lideresa de la oposición pacífica contra la hidroeléctrica Oxec. “Las mujeres han sido la base fundamental en las resistencias”, dice.
El caso de la hidroeléctrica colombiana Hidroituango, a punto de entrar en funcionamiento, muestra cómo un determinado modelo de desarrollo provoca impactos invisibles pero muy violentos, como la pérdida de condiciones de vida, carencias en el acceso a la salud o miedos constantes. “Nos han quitado las ganas de vivir”, dicen las mujeres afectadas.
En el país hay más de 200 personas presas políticas, 21 de las cuales son mujeres; entre ellas varias feministas y defensoras de derechos humanos, como es el caso de Tamara Dávila.
La represa llamada a convertirse en la más grande de Colombia cuando arranque sus turbinas en las próximas semanas deja un reguero de violencia y desplazamientos que sufren personas como la activista del Movimiento Ríos Vivos Ana Anaya, 32 años, cuatro hijas y un hijo, con quienes tuvo que huir de su municipio natal. Hoy las amenazas continúan en las afueras de Medellín.
El documental de María Laura Vásquez recoge las voces y resistencias de mujeres indígenas a partir de la ocupación pacífica del Ministerio del Interior en 2019.
La trabajadora humanitaria española ha pasado 10 meses en una prisión israelí acusada de financiación terrorista por ser empleada en una oenegé que da asistencia sanitaria a la población palestina. Tras su puesta en libertad, ha viajado a España donde ha recibido el apoyo de colectivos de solidaridad con Palestina.
Esta periodista ha sido criminalizada por alojar a personas en situación de calle frente a la inacción del Estado belga.
Después de cuatro años de hostigamiento, de miles de pronunciamientos en solidaridad y apoyo y de la inconsistencia de la acusación, la lideresa Q´eqchi´ de Guatemala ha sido condenada a dos años de prisión.