“Beldurra zabaldu nahi dute gure artean, ilunpera eraman nahi gaituzte berriz”
Zehrish Khan trans aktibista da eta Pakistango Gender Interactive Alliance (GIA) erakundearen programak zuzentzen ditu.
Zehrish Khan trans aktibista da eta Pakistango Gender Interactive Alliance (GIA) erakundearen programak zuzentzen ditu.
Pertsonei euren lurraldeetan bizitzea galarazten dieten eta planeta suntsitzen duten politiken aurka gaude. Kanporatzeak eragiten dituzten arrazoietan erantzukizunak hartzeko garaia da, bai eta leku seguru bat zein nazioarteko babesa bermatuko dituen mekanismoak martxan jartzekoa ere.
Nos pronunciamos contra las políticas que impiden la vida de las personas en sus países de origen y devastan el planeta. Es hora de asumir responsabilidades en las causas que provocan su expulsión y de habilitar mecanismos que les permitan alcanzar un lugar seguro y recibir protección internacional .
La Protección Integral Feminista es un pacto que viene del aprendizaje de la resistencia de las defensoras de los pueblos originarios y de muchas mujeres que han luchado desde los distintos movimientos sociales de Mesoamérica.
En un contexto histórico de colonización renovada por la presión que ejercen países europeos o Estados Unidos, los gobiernos centroamericanos han alentado la creación de un tipo de industria que tiene mucho de esclavitud. Jornadas de trabajo interminables, salarios mínimos y escasos derechos laborales delinean la industria de la moda.
Si en la pugna bipartidista entre gobiernos del PP y del PSOE posicionarse en contra o a favor de los avances sociales ha sido hasta ahora clave para diferenciarse, en el Gobierno de coalición, dicen, el Ministerio de Igualdad ha avanzado “demasiado” en feminismo, hasta para la “izquierda”.
Después de cuatro años de Bolsonaro, lideresas de distintos pueblos originarios de Brasil valoran haber ocupado espacios de decisión, pero denuncian las violencias coloniales que siguen viviendo en sus aldeas.
Con su historia, Beatriz sabía que tenía el potencial de cambiar la legislación sobre el aborto en toda la región centroamericana. Decidió convertirse en una mujer más que expone su cuerpo para poder cambiar el relato hegemónico. Y en esa historia sí nos vemos todas reflejadas.
Laberintos burocráticos, quedar relegadas a labores de limpieza y cuidados, carecer de contrato y de derechos laborales o sufrir menosprecios y vejaciones son situaciones habituales sobre todo durante los primeros años en el Estado español.
Esta abogada, Premio Nacional de Derechos Humanos en Colombia y especializada en los derechos de las mujeres rurales, vive un exilio temporal en Bilbao: “Yo trabajaba con personas victimizadas y ahora soy una”.
Nuestros derechos, desde el derecho a la alimentación y nutrición adecuadas hasta los sexuales y reproductivos, se están subordinando a otros intereses, algo imposible de aceptar en el marco de Naciones Unidas, donde la indivisibilidad de los derechos humanos debería ser una norma básica.
La separación forzada de madres de sus hijas e hijos es una de las muchas violencias racistas, capitalistas y patriarcales que se perpetúan contra de las mujeres migrantes y racializadas, en especial a aquellas que se encuentran privadas de su libertad.
¿Cómo atraviesan la pandemia? ¿Qué respuestas hubo de parte del Estado? ¿A qué redes afectivas y comunitarias acuden?
La situación de las mujeres encerradas en los CIEs es el resultado de una sucesión de violencias racistas, clasistas y patriarcales ejercidas desde las instituciones.
Durante el mismo año, se contabilizan 4.803 agresiones contra defensoras de derechos humanos en Mesoamérica, según datos preliminares de la IM-Defensoras.
Movibles, escurridizas e intercambiables. Aparecen, crecen, se esfuman, pueden expandirse y ocupar ciudades enteras, islas, desiertos, montañas y mares. Extienden sus tentáculos por estaciones de autobuses y trenes, paradas de metro, plazas, barrios. Matan incluso en vida.
El 68 por ciento de las mujeres relata haber sufrido violencia durante su estancia en el centro de Aluche, según un informe de Mundo en Movimiento.
Los patrones de judicialización de la solidaridad en Europa y su utilización contra el derecho a migrar y al asilo han provocado que un achicamiento del espacio cívico en los países de la UE.
La defensora hondureña del río Guapinol tuvo que dejar su país por su seguridad en 2019. Tras conseguir el asilo político, vive en Basoa, una casa independiente y comunitaria para activistas en el valle de Arratia (Bizkaia), desde donde continúa su lucha.
A mí, lo confieso, me inquietó que hablando de derechos el vicerregente Gallardo tomara como ejemplo la controversia de Valladolid de 1550, pues aun no sé si quiere que volvamos a esa época.