Esclavitud

  • Concentración de las trabajadoras frente al Ministerio de Sanidad mientras sus uniformes arden en una hoguera. / Foto: Germán Pascual

Guantes amarillos: la lucha de las trabajadoras griegas de los hospitales

|2020-07-23T13:33:18+02:0007/07/2017|Crónica, Planeta|

Cerca de 6.400 limpiadoras, celadoras y camareras de las subcontratas de los hospitales griegos están pendientes de la batalla judicial abierta entre el Ejecutivo y las subcontratas. La falta de determinación y el ahogamiento de la Unión Europea al Estado griego hacen que las profesionales vean peligrar sus empleos. El color de sus guantes, siguiendo la lucha de las empleadas del Ministerio de Economía que en 2013 y 2014 usaron los guantes rojos, se ha convertido en su seña.

  • Imagen del Archivo el Museo de la Minería del País Vasco y del Archivo Municipal de Fotografías del Ayuntamiento de Muskiz.

Mujeres del agujero

|2021-06-23T11:09:28+02:0005/09/2016|Reportaje, Voces|

Obviadas por la épica obrera que ensalzaba al varón asalariado, las mineras vascas sostuvieron la industrialización desde la sombra. Picaban, lavaban minerales, producían dinamita, acogían a trabajadores en sus casas y resistían al juicio social que no las consideraba ni obreras ni mujeres.

La rebelión de los guantes rojos

|2023-02-13T13:44:10+01:0013/02/2015|Crónica, Planeta|

Unos guantes rojos envuelven las recias manos que simbolizan la lucha constante de 595 mujeres afincadas en la puerta del Ministerio de Economía y Finanzas en el centro de Atenas. Son empleadas de la limpieza que reclaman noche y día su puesto de trabajo tras ser despedidas sin explicación en 2013, cuando la crisis tocaba su punto más álgido en Grecia.

Contrato de 40 horas: trabajo como interna

|2020-07-23T13:35:31+02:0022/07/2014|Planeta, Reportaje|

La denuncia de la Asociación de Trabajadoras de Hogar de Bizkaia ante la Inspección de Trabajo por las condiciones de esclavitud de los empleos que gestionaban dos empresas de contratación ha quedado sin sanción. Achacan falta de pruebas y la inviolabilidad de los domicilios. Los testimonios de las empleadas son tajantes.

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