Fue lesbicidio. Seis meses de la masacre de Barracas
A Justo Fernando Barrientos no lo violentó el desamparo del Estado contra jubilados como él. En cambio, que unas lesbianas pobres se sostuvieran entre sí lo llenó de odio. Cumplió el sueño de exterminio que propone la ultraderecha en Argentina, también a escala global. El fuego que mató a tres y dañó a una extiende sus llamaradas mucho más allá de nuestra geografía.