Christine Lavant, una de las poetas austriacas más importantes del siglo XX, entró de forma voluntaria con 20 años en un hospital psiquiátrico. Errata Naturae publica sus 'Notas desde un manicomio', las duras, bellas y valiosas páginas en las que se refugió y en las que relató las opresiones e insurrecciones de sus compañeras internas.
Las murallas de las unidades de psiquiatría, dentro de las cuales algunas de nosotras hemos sufrido violencia o vejaciones por parte de aquellas que debían cuidarnos, donde nuestra palabra dejó de contar y nuestro llanto se ahogó en lorazepam, atadas a una cama
Tras tener un "tiovivo en la cabeza", Marta Plaza participó en la huelga feminista del 8 de marzo gracias a su grupo de acompañamiento, a su pareja, a los puntos de descanso, cuidado de su barrio y a su esfuerzo. "Me siento feminista a tiempo completo; loca a tiempo parcial y huelguista en función de mis posibilidades, que no siempre son las mismas", escribe en este texto, que hace "por si también sumase".
Jordi Évole y su equipo apostaron por apuntalar el modelo psiquiátrico biologicista, ese que obvia nuestras biografías, condicionantes sociales y opresiones sistémicas. Un modelo que no funciona y que quizá se sienta amenazado por las perspectivas alternativas.
No modelo patriarcal de saúde mental, as mulleres deixan de ser as expertas en si mesmas e na súa vida para que o profesional que está diante lles diga, ás veces, con certo ton de condescendencia paternalista, que teñen un problema: elas.
Las dos artistas se valieron de cuentos, poemas, dibujos y relatos explícitamente autobiográficos para hacer frente a sus problemas de salud mental y señalar a las clínicas psiquiátricas como centros de castigo para conductas sociales “desviadas”. Se mantuvieron en los márgenes de un movimiento surrealista que seguía reservando para las mujeres el papel de musas y de amantes, no el de compañeras de trabajo.
Hay una enfermedad que se extiende como la pólvora por las calles del estado. Los profesionales ponen a la sociedad en estado de alerta. Se trata del Trastorno Psicótico Feminista de la Chuminidad.
El yoga es una práctica espiritual muy extendida entre las mujeres occidentales. El ejercicio de un yoga con conciencia feminista, permite aprovechar los beneficios de la conexión yóguica para la expresión de las emociones y la sororidad.
El sesgo de género está muy presente en las cuestiones psicológicas. Una persona extremadamente poco empática, un poco fría y demasiado egoísta puede ser un varón perfectamente funcional o una mujer enferma. Sangre Fucsia nos acerca a las locas, histéricas o desajustadas de la ficción pero también a los grupos de apoyo mutuo.
