“Dime quién eres”
El acoso telefónico es una de las prácticas de control y miedo más utilizadas tanto por acosadores como por exparejas. La impunidad y la falta de denuncias y sentencias condenatorias convierten el acoso en algo invisible y casi gratuito. Un grupo de mujeres que sufrieron acoso por parte de un mismo hombre durante un año llevaron a juicio a su acosador. Resultó culpable. ¿Su condena? Una multa de 70 euros. A Carla su acosador le envió mensajes durante casi diez años. Ella denunció y ganó el juicio. Él, después de cumplir una orden de alejamiento de 6 meses, volvió a la carga.