Descolonizar la lengua
Yásnaya Aguilar Gil nos invita a pregúntanos cómo hacer para que en la defensa de la lengua no repliquemos los mecanismos con los que se nos la impuso.
Yásnaya Aguilar Gil nos invita a pregúntanos cómo hacer para que en la defensa de la lengua no repliquemos los mecanismos con los que se nos la impuso.
Frente a la lógica imperante que cree que los problemas que surgen del sistema racista, clasista y patriarcal se resuelven o se contienen de manera individual y puntual, cobra fuerza la invitación zapatista a organizarnos para resolverlos colectivamente.
No sé si un gobierno de izquierda blanca derogará la ley de extranjería, pero sí sé que uno fascista dará alas a los agresores que ahora están agazapados.
La que fuera pionera en visibilizar la realidad de las personas trans en España ahora lucha para ofrecer un entorno seguro a quienes buscan asilo huyendo del “sexilio” .
Las muertes en las fronteras evidencian la buena salud del sistema racista, capitalista y patriarcal que deshumaniza a parte de la población para garantizar el bienestar de las sociedades europeas.
“Ustedes ni deberían estar aquí”, escuché al salir de una tienda de ropa con mi familia en Madrid.
Pertsonei euren lurraldeetan bizitzea galarazten dieten eta planeta suntsitzen duten politiken aurka gaude. Kanporatzeak eragiten dituzten arrazoietan erantzukizunak hartzeko garaia da, bai eta leku seguru bat zein nazioarteko babesa bermatuko dituen mekanismoak martxan jartzekoa ere.
Nos pronunciamos contra las políticas que impiden la vida de las personas en sus países de origen y devastan el planeta. Es hora de asumir responsabilidades en las causas que provocan su expulsión y de habilitar mecanismos que les permitan alcanzar un lugar seguro y recibir protección internacional .
Las mujeres migradas se enfrentan a la hostilidad de un sistema administrativo y legal perpetuador de actitudes racistas cuando interponen una denuncia e inician un proceso judicial por violencia machista.
Laberintos burocráticos, quedar relegadas a labores de limpieza y cuidados, carecer de contrato y de derechos laborales o sufrir menosprecios y vejaciones son situaciones habituales sobre todo durante los primeros años en el Estado español.
Esta abogada, Premio Nacional de Derechos Humanos en Colombia y especializada en los derechos de las mujeres rurales, vive un exilio temporal en Bilbao: “Yo trabajaba con personas victimizadas y ahora soy una”.
La separación forzada de madres de sus hijas e hijos es una de las muchas violencias racistas, capitalistas y patriarcales que se perpetúan contra de las mujeres migrantes y racializadas, en especial a aquellas que se encuentran privadas de su libertad.
Pasé de ser una viajera a una delincuente en función de un pasaporte, mi aspecto y color de la piel hacían aumentar mi índice de peligrosidad.
Marlene Ponce Espino tuvo que salir de Nicaragua a pie, evitando los puestos fronterizos oficiales. Su trabajo en una organización de defensa de los derechos humanos la puso en la mira del régimen Ortega-Murillo. Licenciada en Matemáticas, a sus 58 años ha solicitado asilo político en España, donde su única salida laboral ha sido como trabajadora interna y de cuidados.
La socióloga Raquel Osborne recuerda a Dolores Juliano, fallecida el 26 de noviembre de 2022. "Te percibíamos siempre como un faro que nos guiaba, una autoritas reconocida por todas las que nos sentíamos próximas (y también a su pesar por las que no lo estaban) porque nos sabíamos cobijadas cuando nos iluminabas el camino a seguir cuando a veces se hallaba tan poblado de sombras", escribe.
La situación de las mujeres encerradas en los CIEs es el resultado de una sucesión de violencias racistas, clasistas y patriarcales ejercidas desde las instituciones.
Movibles, escurridizas e intercambiables. Aparecen, crecen, se esfuman, pueden expandirse y ocupar ciudades enteras, islas, desiertos, montañas y mares. Extienden sus tentáculos por estaciones de autobuses y trenes, paradas de metro, plazas, barrios. Matan incluso en vida.
El 68 por ciento de las mujeres relata haber sufrido violencia durante su estancia en el centro de Aluche, según un informe de Mundo en Movimiento.
La escritura acontece o no acontece. Y esta noche aconteció. Esta noche, en esta primera marcha a la que asisto en esta ciudad que es tan nueva para mí, esta noche donde extrañé más que nunca mi casa.
Los patrones de judicialización de la solidaridad en Europa y su utilización contra el derecho a migrar y al asilo han provocado que un achicamiento del espacio cívico en los países de la UE.