El trend Y Aún Así Me Quedé, en el mujeres jóvenes relatan en Tiktok sus experiencias de violencia, ataña una relevancia histórica que no solo nos interpela, sino que debería desbordarnos, y a la que no podemos permanecer ajenas, por millenials y boomers que muchas seamos.
La invisibilización de las opresiones que no nos afectan directamente es un caldo de cultivo para seguir perpetuando la violencia hacia quienes se salen del cánon de la normatividad.
Tenemos que entender en qué estamos volviendo a fallar y asumir de una vez el reto de crear una política colectiva radicalmente democrática e inherentemente transformativa.
Street View está copado de imágenes de personas que ya no están, al menos, en este mundo. Esto modificará nuestra relación con la imagen del fantasma, que ha ido cambiando con los tiempos y sus tecnologías de representación. Pero también sirve para constatar la realidad distópica a la que nos encamina la era capitalista: un mundo subyugado a las grandes tecnológicas.
Todo lo que envuelve a Samuel habla de nosotros, por lo que es presumible que su memoria perdurará en nuestro país. De todos los muertos que cargamos a nuestras espaldas, de este recordaremos -como en aquel lema que se forjó en julio de 2021- que no estamos todos, porque falta Samuel.
La red social es el lugar donde la publicidad actual ha encontrado su mayor filón, sobre todo a través de las influencers, cuentas que son una mezcla de reality show con consejos prácticos y venta de productos. En ellas también se filtran opiniones políticas, rozando la línea entre publicidad y propaganda.
Si te gustó 'Un buen par', no te pierdas la segunda parte de este divertido viaje por las apps de ligar.
Las aplicaciones están muy bien para aumentar el capital sexual tan deseado hoy en día. Pero ¿y para las que buscan una conexión real? ¿Y para las que no quieren que el capitalismo manche también sus relaciones?
Las influencers que reivindican la estética y los valores de los años 50 en Estados Unidos son un movimiento que crece al calor de internet y se declara profundamente antifeminista.
Rellenar la bio de Tinder es una de esas pruebas de la vida donde no tienes nada que ganar, solo puedes perder.
Este artículo pertenece al proyecto ‘Feminismoz Blai! Propuestas y alternativas para una economía solidaria más ecofeminista’, liderado por REAS Euskadi y apoyado por las diputaciones forales de Bizkaia y Gipuzkoa
Diversos mecanismos, formas y lugares han permitido la organización de la reacción machista en internet y han monetizado el acoso y la polémica.
La protagonista del libro 'Como comida. Un festín de bollerapps' supera una ruptura amorosa a golpe de citas por Bumble y Wapa. Sus creadoras, Lidia Toga y Flor M. Yustas, reivindican “follarse el duelo”, frente a lo que se considera propio de las buenas mujeres y de las lesbianas socialmente aceptables.
El posicionamiento del Tribunal Supremo está lanzando el mensaje de que las miles de agraviadas por las violencias digitales pueden exigir legalmente que los gurús de la manosfera pongan coto a sus ejércitos de trolls.
Da igual si el producto que una persona vende y la otra debe comprar es fruto de un duelo, una enfermedad mortal o un acto ilegal: los sentimientos son merchandising.
Podríamos prestarnos a aquellas que eligen no aparecer, no constar, no nombrarse ni poner su cuerpo directamente. Ellas son un mensaje que es el de todas
La red social permite la espectacularización total de la vida, no solo para unas pocas, sino para cualquiera que tenga una cámara a mano y una cuenta. Pero, cuando nos mostramos, solemos hacerlo según la pose de nuestro tiempo. Y si esta pose cuenta con retoques para ser perfecta, podemos terminar por preferir la imagen de nuestra vida y de nuestro cuerpo y rechazar nuestro cuerpo y vida reales.
No podemos culpar a la herramienta, sino a nuestras pocas ganas —o cansancio—de elaborar un discurso que sustente esas representaciones más allá de su simplificación.
El VIII Congreso de Economía Feminista, centrado en la economía digital, sirvió de repaso de las crisis superpuestas que enfrentamos y permitió plantear alternativas sin caer en el solucionismo tecnológico.
TikTok no es una red social más en el universo de ofertas de entretenimiento de la internet hipercomercial actual. Tienen lugar allí también discusiones relevantes de la agenda de los movimientos feministas y LGBTIQ+. Y, a la vez que se dan formas de censura, también creativas formas de evadirla.
