Lolita o la confesión de un viudo blanco
Paloma Gómez Sánchez Escena de la película Lolita de Stanley Kubrick Leí Lolita cuando apenas tenía unos años más que ella, tal vez catorce [...]
Paloma Gómez Sánchez Escena de la película Lolita de Stanley Kubrick Leí Lolita cuando apenas tenía unos años más que ella, tal vez catorce [...]
*AVISO. Este texto contiene material sensible por hacer alusión a violencias sexuales. Te recordamos que tenemos un Foro en Pikara libre de machitrolls que puede ser un punto [...]
"La condena de 9 años por delito de abuso sexual, entendiendo que no medió intimidación ni violencia, muestra que la justicia española no nos protege a las mujeres". Irantzu Varela comparte una primera valoración de la sentencia a los cinco hombres conocidos como 'la manada'.
Reseña del libro de Roxane Gay: Hambre. Memorias de mi cuerpo por Julia Rípodas “Hay un antes y un después. Antes de ganar peso. Después de ganar [...]
El año del #metoo empezó con dos mujeres que "morían" o "perdían la vida" en los titulares, asesinadas por el terrorismo machista en Madrid. El juicio a La Manada, que ha servido para abrir el debate de qué es "consentir", también ha puesto en evidencia el mal hacer de algunos medios. Bienvenidas a ‘Machismo y medios, lo peor de 2017’.
Pilar del Álamo tenía clarísimo que las palizas, vejaciones y violaciones se acabarían algún día. Ya fuese porque, una vez criados sus hijos, consiguiera escapar. O porque se muriese ella. O porque se muriese él. Ganó la tercera opción, pero habían pasado 28 años. "Y una no está preparada para sobrevivir porque muera otro", reflexiona.
Medios que te acusan si sigues con tu rutina diaria tras ser violada, jueces que te preguntan "si cerraste bien las piernas" mientras pasaba, que qué ropa llevabas puesta. Afortunadamente, la indignación tomó la calle.
El cuarto poder masacra la "hembra": en éste, dejando caer que quizá hubo consentimiento; en aquél, acusando a una inocente. Quien tiene la palabra, manda, y la prensa, que tiene mucho poder y lo sabe, se aprovecha para que, aun renqueante, el sistema se mantenga.
Una lectora cuenta su historia de abusos sexuales y agresiones sexuales. Los agresores siempre fueron personas del entorno más cercano.
Te subís a un taxi y el tipo te mira por el espejo. Pensás que va a chocar si no se concentra en el tránsito. Pero sos una nena y eso lo desquicia. Lo desquicia que seas una nena y que tengas un agujero entre las piernas.
Los agresores de la fiestas de San Fermín han encontrado complicidad en algunas instituciones y en medios de comunicación. Por ejemplo, la Fiscalía de Navarra no ve delito de odio en mensajes impresos en chapas y camisetas que hacen apología de la violación y la violencia.
Nos alegramos de que la sociedad en general le esté dado un lugar prioritario a las agresiones machistas en los espacios de fiesta. Antes quedaban en el terreno de lo personal, de lo anecdótico, las mujeres nos las callábamos y era, por tanto, un tipo de violencia normalizada e invisibilizada.
Igual que si hablamos de mobbing estamos denunciando las formas violentas y las relaciones de poder del mundo laboral; el concepto bullying no deja de señalar a la institución del instituto como una pura fábrica de violencia patriarcal.
Pensaréis que para qué narices estoy contando esto… pues no sé. Creo que es porque en algunos momentos concretos, me doy cuenta de cómo esto me va consumiendo. Me desgasta por dentro. Y me resulta muy difícil hablarlo con alguien fuera de mi cabeza.
En medio de la polémica alzada tras el Caso Cassandra, una imagen viral de un grupo de estudiantes de derecho enciende la llama de la discordia ¿Hay dobles estándares en materia de libertad de expresión?
La Iglesia actúa solo cuando salta el escándalo. Oculta, niega o justifica los abusos que esos 'hombres de Dios' infligen a jóvenes vulnerables. La Santa Sede saca a relucir su poder y nada puede doblegarles.
Nota: Este artículo se enmarca en la sección de libre publicación de Pikara, cuyo objetivo, como su nombre indica, es promover la participación de las lectoras y lectores. El colectivo editor de Pikara Magazine no se hace responsable ni del contenido ni de la forma de los artículos publicados en esta sección, que no son editados. Puedes mandar el tuyo a participa@pikaramagazine.com. Rogamos claridad, concisión y buena ortografía.
“El viernes salí, sospecho que me drogaron e intentaron abusar de mí”, dije al policía. Tenemos miedo a la violación pero pensamos que es algo que les pasa a las otras. Hasta que me pasó a mí. Ahora me niego a que se convierta en un tabú, en una jaula.
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