“Cuerpo de mujer = peligro de muerte”
Guerras, conflictos y crisis pueden tener un impacto especialmente duro en la vida de mujeres, niñas y cuerpos feminizados, donde uno de los mayores riesgos a los que se enfrentan es la violencia de género.
Guerras, conflictos y crisis pueden tener un impacto especialmente duro en la vida de mujeres, niñas y cuerpos feminizados, donde uno de los mayores riesgos a los que se enfrentan es la violencia de género.
Las mujeres son las principales consumidoras de documentales y podcasts de true crime, a pesar de que se trata de un género que puede ser extremadamente violento contra ellas. El tratamiento que se da a estos relatos puede hacer que acaben perpetuando el peligro sexual y reforzando estereotipos que penalizan conductas de las mujeres.
Las ficciones problemáticas pueden ofrecer un descanso, liberarnos por un momento de la culpa, el dolor o la responsabilidad. A veces, lo que hay detrás de una fantasía problemática es la simple búsqueda del alivio.
Un corto documental de Judith Godrèche lleva la violencia sexual al Festival de Cannes y relanza el #MeToo francés. Durante el certamen se han anunciado cambios políticos para la prevención de los delitos sexuales en la industria.
Jenn Díaz publica 'Violencia en tres actos', un paso más en su análisis sobre las víctimas y los victimarios, que deconstruye los perfiles robot asimilados por la sociedad.
La exministra de Igualdad Irene Montero repasa su labor en el anterior Gobierno y, aunque hace un balance positivo, reconoce que quedan “tareas pendientes para garantizar los derechos de las mujeres”. Apunta que una de las tareas pendientes que ha sido más difícil de asumir es lo que tiene que ver con las políticas antirracistas.
Clara Serra cuestiona en el ensayo ‘El sentido de consentir’ el marco del consentimiento positivo, ese que pide dar un sí. Entiende que el reto social es asegurar que las mujeres siempre puedan decir que no. Advierte sobre el punitivismo y traslada al conjunto de la sociedad, con los feminismos al mando, la pregunta de qué hacer con los violadores.
Las violencias sexuales con presencia de drogas han sido objeto de interés (y sobredimensión) mediático en los últimos años. Los relatos mayoritarios sobre estas violencias han puesto el foco en la sustancia, en el comportamiento de las mujeres o en el espacio festivo como lugar paradigmático de ejercicio de la violencia. Estos relatos son problemáticos e improductivos para el análisis, la transformación y la autodefensa feminista. En este texto te contamos por qué.
La parte oriental de República Democrática del Congo se considera una “zona sin ley” después de más de dos décadas de conflictos. Con el aumento de los ataques, las mujeres desplazadas vuelven a denunciar que la guerra se da en sus cuerpos y exigen justicia y paz.
Sin el Protocolo No Callem del Ayuentamiento de Barcelona y la ley catalana contra las violencias machistas es muy probable que el caso Alves hubiera tenido otro tratamiento judicial.
Molly Manning Walker directora de 'How to have sex', nos transporta a los límites de la violencia sexual para preguntarnos cuándo un encuentro íntimo comienza a ser una agresión. Eleva a debate social los cruciales interrogantes: "¿Me han violado?", "¿Yo he violado?", “¿Qué es agredir sexualmente?”.
El caso Alves demuestra que un estándar de buen hacer judicial es posible, y que por tanto, se podría exigir en todos los procesos. Las reivindicaciones feministas están consiguiendo el histórico hito de cambiar la práctica de los tribunales.
El Centro de Atención a Víctimas de Malos Tratos y Tortura Sira explica que víctimas del policía nacional infiltrado en movimientos sociales tienen ideas de suicidio, sentimiento de culpa y otros problemas derivados y considera que todas las afectadas por infiltraciones deben ser consideradas víctimas de tortura.
Las mujeres de Colombia que lucharon por “ser pactantes y no pactadas” materializan su deseo de justicia con la apertura del Macrocaso 11 por parte de la Jurisdicción Especial para la Paz.
Es durísimo emocionalmente reconocernos a nosotras mismas que esa persona a la que queremos, apreciamos, admiramos e, incluso, en muchas ocasiones deseamos nos haya agredido.
El anonimato de las víctimas es una de las principales herramientas para poder compartir los testimonios de abusos. La cuenta de Instagram de @abusosenlamusica, que recoge historias de esta industria, explica que muchas veces decir el nombre de los abusadores es complicado porque supondría identificar a las víctimas y podría tener consecuencias para ellas.
Alejandra Holzapfel y Haydee Oberreuter, sobrevivientes de tortura durante la dictadura chilena, son dos de las caras de la labor de visibilización de la violencia contra las mujeres, especialmente de la violencia sexual y el aborto forzado como un tipo específico de tortura.
La campaña difundida por Emakunde en torno al 25 de noviembre alerta de que la pornografía es una escuela de violencia sexual. Expertas critican que el mensaje institucional contrasta con la falta de compromiso para implementar la educación sexual integral en el currículum educativo.
Los datos para el Estado español de la Encuesta Europea de Violencia de Género recogen también 4,8 millones de casos dentro de relaciones.
Save the children ha publicado un informe en el que analiza cerca de 400 sentencias judiciales de casos de abusos sexuales contra la infancia en España. En ocho de cada diez casos el agresor es una persona conocida o del entorno familiar.