La solución no es más cárcel
Hay algo en el propio sistema de justicia penal que hace que siga amparando la impunidad con la que miles y miles de hombres ejercen las violencias contra las mujeres.
Hay algo en el propio sistema de justicia penal que hace que siga amparando la impunidad con la que miles y miles de hombres ejercen las violencias contra las mujeres.
Es necesario que las mujeres tengamos herramientas para poder defendernos. El “botón del pánico” puede ser una de ellas, pero ¿debemos dejar solo en manos del Estado la responsabilidad de nuestra seguridad e integridad física?
La documentalista nicaragüense Leonor Zúniga ha rodado un corto sobre qué supuso para Zoilamérica denunciar a su padre, Daniel Ortega, de abusos sexuales cuando era una niña. “La gente ha conectado el hecho de que Zoilamérica no recibió justicia en 1998 con el hecho de que estamos lidiando con un dictador violador de derechos humanos”, cuenta.
Más allá de la indemnización económica, hay diversas formas de reparación, un pilar básico de la justicia feminista que debería incorporase de forma prioritaria al debate social y jurídico, como reivindicación inseparable del derecho a vivir vidas libres de violencias.
El clima de inseguridad en la ciudad catalana ha generado reacciones de todo tipo: desde las más securitarias y estigmatizadoras, hasta las contranarrativas feministas más esperanzadoras.
El clima d'inseguretat va aixecar reaccions de tota mena: des de les més securitàries i estigmatitzadores, fins a les contranarratives feministes més esperançadores.
Un rapport sexuel désiré tourne à l’agression sexuelle. Il s’agit d’une situation bien plus fréquente que l’image stéréotypée du violeur inconnu dans la rue, or pour les femmes elle est plus difficile à identifier comme une atteinte à la liberté sexuelle. La culpabilité, la honte d’étaler leur vie sexuelle et la peur de ne pas être crues expliquent que peu de femmes portent plainte ou osent en parler.
Las noticias sobre agresiones sexuales, abordadas desde una perspectiva de inseguridad ciudadana, ponen el foco en el lugar equivocado. Las mujeres no tenemos que controlarnos; los hombres tienen que dejar de agredirnos
La mejor de las series streaming que puedes encontrar ahora trata con excepcional meticulosidad la historia en mayúsculas que da sentido a la lucha feminista: la invisibilidad de la víctima en un sistema confeccionado para la impunidad por defecto del abusador. De paso, renueva el género policiaco y hasta nos ayuda a revisar el estado de la violencia machista en nuestro país.
La doctora en feminismos y género ha analizado, a través del crimen de Alcàsser, los relatos sobre violencia sexual que nos llegan a través de los medios de comunicación.
Cuando era estudiante de Derecho, Ana María asistió a un juicio por violación. Mientras el hombre que violó a la víctima la forzaba, una pecera cayó al suelo, según contaba. Al salir, les compañeras de Ana María decían que era imposible, que un pez no tarda tanto en morir. ¿Cuánto dura una violación?
Medeak denuncia una agresión sexual, lesbófoba y tránsfoba a una de sus integrantes.
Medeak haien kide batek jasandako eraso sexual, lesbofobo eta transfobo bat salatzen du.
El movimiento feminista ha roto con la normalización y el tabú de la violencia sexual. Manifestaciones de apoyo a la víctima de la autodenominada 'La Manada', movimientos como #Metoo o #Cuéntalo, las huelgas del 8M, han puesto este tema en el centro de la agenda de los medios. ¿Pero esa visibilización de la violencia sexual ha servido para empoderarnos o para meternos aún más miedo? Preguntamos en las calles y escuchamos también a Nerea Barjola, autora del imprescindible libro 'Microfísica sexista del poder'.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha declarado, tras diez años de litigio, al Estado mexicano como culpable de las violaciones y torturas sexuales cometidas durante el operativo policial llevado a cabo en mayo de 2006 en San Salvador Atenco. La sentencia afirma que las torturas y las violaciones sexuales han sido cometidas para humillar y castigar a las mujeres.
'Creedme' es un reportaje sobre la investigación de varios casos de violación en Estados Unidos que pone en evidencia los mecanismos que genera el descrédito con el que se suele tratar a las víctimas. Sus autores, T. Christian Miller y Ken Armstrong, ganaron el premio Pulitzer en la categoría de Reportaje Explicativo en 2016. La editorial Libros del K.O. lo acaba de publicar (traducido por Miguel Ros González y con prólogo de Patricia Simón) y nos ofrece este adelanto editorial en clave histórica.
Esta investigadora social aporta claves imprescindibles para entender lo profundas que son las heridas que provoca la violencia sexual en los cuerpos de las mujeres. Podemos sanarnos, sí, pero es mucho más fácil si lo hacemos juntas.
No es fácil demostrar en un juicio que un encuentro sexual no ha sido consentido. Entonces, ¿cómo damos con una solución justa desde la judicatura y las instituciones? ¿Hasta qué punto tiene sentido el endurecimiento del código penal? Algunas voces opinan que ahí ni empieza ni acaba la lucha contra las violencias machistas.
Lo que iba a ser un encuentro deseado, se convierte en una agresión sexual. Esa situación es más frecuente que el estereotipo de violación por parte de un desconocido en la calle, pero para las mujeres es más difícil de identificar como un delito contra su libertad sexual. La culpa, la vergüenza de exponer su sexualidad y el miedo a que no las crean hace que pocas denuncien
No hay dos historias de violación iguales. Ania Yoel necesitó años de terapia y de feminismo para sanar heridas que aún no han cicatrizado. Para Ana VR lo más complicado fue la incomprensión de su entorno al ver que una violación múltiple no la dejaba marcada para siempre. Pero coinciden en aprendizajes clave, como el valor del apoyo entre mujeres para sobrevivir a las violencias machistas.